Mi c♡razón es tuyo |L.S.| |Adaptación|

Extra

Habían pasado dos días de que Danielle se disculpo con su papá.
Todo esta bien y la paz inundaba la casa.

Fue en la noche.

Harry se había encargado de que los niños estuvieran en su cama, con su pijama puesta y su respectivo beso de buenas noche.
Paso por la habitación de William y verifico que el joven alfa ya hubiera dejado su computadora de lado.
Sonríe al verlo dormir y cerró la puerta intentando no despertarlo.

Caminó por el pasillo hasta su propia habitación, necesitaba quitarse esos zapatos, darse una ducha y dormir.
Para su suerte hoy no iría al Chicago, Niall le había avisado que Damian cerraría esa noche ya que habían fumigado en la mañana.
Y Harry se lo agradeció internamente, se sentía muy cansado, demasiado cansado.

Estos días los niños habían robado mucha de su energía y el tener que ir por las noches al Chicago a bailar lo agotaba al doble.

Entro a su habitación y cerró la puerta.

Se dispuso a buscar su pijama, ropa interior y entró al baño.

Y si que le sirvió, tal vez el saber que por esa noche descansaría un poco más lo hizo disfrutar más del baño.
Más tarde que temprano su cuerpo empezaría a resentir los dos empleos, el cansancio se haría más y eso es algo que no se podía permitir.
Necesitaba este trabajo más que a nada, además, los niños se habían vuelto su mundo.

Y luego estaba Louis.

Louis.

Ese alfa testarudo, brusco, necio, frío y hermoso, con unos bellos ojos azules y un cabello castaño que Harry podía asegurar era demasiado suave. Su aroma, su bendito aroma debía ser solo un plus en el alfa.

Harry había estado intentando con todas sus fuerzas, no mentía, el no queria meterse en algo donde podía salir lastimado además no hacia mucho que Louis había enviudado. No estaba bien y así lo sentía.

Salió del baño, ya con su pijama puesto.
Seco su cabello y se recostó.

Estaba mirando al techo cuando unos toques en su puerta lo hicieron bajar su mirada.

"Adelante" Dijo con una sonrisa, ya sabía quien era.

Luz entró a la habitación con su cabello rubio suelto y algo desaliñado, traía con ella a su conejito de peluche, ese que abrazaba todas las noches antes de dormir.

"Pasele mi corazón, ¿por qué estas despierta mi vida, eh?" La niña corre hasta la cama y se sube en ella, rápido abraza al omega y se esconde en su cuello.

"¿Puedo dormir contigo?"

Harry asiente. "Claro que si mi amor, ven vamos a cobijarnos"

Ella sonríe y se deja llevar por el omega, quien la arropa y la abraza debajo de las sábanas.
Harry deja una serie de besos en su mejilla y Luz ríe.

"Es hora de dormir"

La niña asiente, cómoda y feliz.

No pasa demasiado cuando Luz cae en un sueño profundo pero Harry no puede, se queda un rato más intentando dormir y termina por levantarse. Se hará un té.

Sale sin hacer demasiado ruido, y baja las escaleras, todo está apagado y solo.
Camina hasta la puerta que da a la cocina y el comedor, entra y enciende la luz.

Empieza buscando lo que necesita, saca varios recipientes pequeños que contienen especias y pone el agua hervir.
Se recarga a un lado de la encimera, mirando el agua.

"¿Harry que hace aquí?"

La voz de Louis le saca un susto y pega un brinco.

"Señor, avise que llega, me asusta ¿acaso trae tenis?"