Se puede afirmar, sin temor a la equivocación, que una de las cosas menos bienvenidas que uno espera al hacer su rutina matutina es recibir una carta con un citatorio a la corte.
"Se solicita su valiosa presencia para tratar un asunto de suma importancia"
Decía como cortesía la carta que leyó Hyunjin, al terminar de preparar su café, en la comodidad del verano noruego en medio de su sala. Al leer más detenidamente, se tranquilizó al comprobar que no se le adjudicaba ningún cargo legal – bah, sería una tontería –, en cambio en su escaneo visual del documento, identificó un nombre que lo puso reflexivo.
"Dada la terrible situación que atraviesa en este momento la familia Lee, con el reciente fallecimiento del matrimonio, y por solicitud común, habrá una sesión que requiere su presencia para debatir sobre el futuro legal que le depara al heredero principal Felix Lee."
Felix.
No era que tuviera problemas con la justicia, pero era catalogado como un miembro no funcional en sociedad, y por razones más o menos justificables.
Felix padecía del síndrome de Savant, famoso por la característica que quien lo tiene, posee rasgos autistas, pero con el detalle de ser un superdotado en algunos aspectos.
La primera vez que le hicieron un examen psicométrico a Felix, tenía la tierna edad de cuatro años. El psiquiatra, un doctor de renombre y amigo apegado de la familia Lee, diagnosticó el comportamiento del pequeño azabache dentro del espectro autista, combinado con cierta ansiedad social, la cual era muy inusual para su edad.
Ese diagnóstico había sido modificado conforme Felix crecía y desarrollaba ciertas características que lo hubieran catalogado como genio o erudito, de no ser por su limitada capacidad de desenvolvimiento que provocaba malentendidos con personas ajenas a su círculo cercano.
Hyunjin obviamente ignoraba dicho diagnóstico.
Lo había conocido de casualidad gracias a la amistad de sus propios padres con los del joven azabache. De vez en cuando asistían a reuniones pomposas de alta alcurnia en la propiedad Lee ubicada en la bulliciosa Londres, por lo que solo tuvo oportunidad de convivir con el singular chico contadas ocasiones en su infancia y adolescencia. Al crecer, los padres de Hyunjin habían decidido mudarse a la natal Noruega de Inyeop.
De eso habían pasado quince años y ahora Hyunjin, con 36 años, había quedado anonadado por ser involucrado en asuntos de un chico seis años menor que él, cuya única forma de convivencia fue en ratos reducidos y con un diálogo francamente ininteligible; o eso consideró Hyunjin al menos durante su adolescencia. No veía a Felix como alguien cercano ni mucho menos, entonces... ¿Por qué mandarlo llamar?
Releyó el formato y se pasó la mano por el cabello, la fecha del citatorio era en tres días. Inglaterra quedaba a dos horas y media por avión y cuatro y media en tren.
Hyunjin revisó su teléfono móvil y marcó al número de la casa de sus padres.
—¿Diga? —respondió su madre.
—Mamá, hola
—¡Cariño! ¿cómo estás?
—Bien, uhm, me ha surgido una pequeña indisposición para acompañarlos a la opereta el viernes
—Dioses, ¿estás bien?
Hyunjin sonrió de lado. —Sí, nada grave, solo que tengo que volar a Inglaterra
—Oh, extraño nuestros viajes allá... ¿Vas por trabajo?
—No, es... Tengo que hacer una visita a alguien muy especial
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Suficientemente Normal ʰʸᵘⁿˡⁱˣ
FanficFelix padece el síndrome del Savant. "Quiero a Hyunjin aquí" es lo único que pide cuando el notario le pregunta quién será su tutor legal después de la muerte de sus padres 🌱Hyunlix. Hyunjin top, Félix bottom. 🌱Romance | Little Angst (casi nadita...