27

309 31 20
                                    

🔥 mer3831

━━━━━━━━━━━━━━

—¿Adónde vamos?

Tengo mucho sueño. Estoy agotado y feliz de estar a salvo y en un coche con alguien que conozco, alguien que me consuela y me sostiene sobre sus rodillas mientras me aleja a toda velocidad de mi dolor.

—A la casa de un amigo. No creo que estés en condiciones de ir al hotel en el que pensaba quedarme. No sé dónde vives, y la casa de mi padre me parece mala idea ahora mismo.

Me quedo dormido recostado sobre él. Mi mente no para de darle vueltas a las cosas incluso en mi estado de inconsciencia y me entra el pánico cuando me despierto. JaeHyo me está tumbando en la cama, calmándome con dulces palabras y suaves caricias. Estoy medio asombrado de que afirme ser como JaeHyun, luego estoy confuso porque sé que nunca me ha dicho esas palabras. El propio JaeHyun ha dicho que los dominantes y los sádicos son diferentes. Supongo que siempre supe que eran diferentes, pero JaeHyo no es lo que esperaba.

—Duerme.

Cierro los ojos ante su orden y caigo en otro sueño perturbado, uno en el que JaeHyun me busca; está tan enfadado, tan frustrado y lleno de dolor. Le he hecho daño. No puedo soportarlo; me despierto dando vueltas en la cama y llamándolo. Lo necesito, incluso ahora en mi dolor, en mi sueño, en mis sueños, soy suyo. Necesito que se dé cuenta de que quererme y cuidarme, incluso sufrir por mí, está bien. No lo veo como alguien débil, no lo encuentro menos atractivo por ello.

Todavía está oscuro cuando vuelvo a despertarme. JaeHyo me ha dejado solo, pero la puerta del dormitorio está abierta. En mi mente somnolienta y demasiado ansiosa oigo su voz resonando en esta casa casi vacía.

Miro el reloj. Son las tres de la madrugada. JaeHyun me echó del coche sobre las once. Me pregunto si habrá vuelto a por mí. Me pregunto si me estará buscando. Me incorporo. Me pregunto si sabe que estoy con JaeHyo.

—JaeHyo.

Me agarro el pecho y me tapo la boca porque hasta yo me sorprendo de lo asustado que sueno.

—JaeHyo, te necesito.

Aparece al instante en el marco de la puerta.

—Estás a salvo, Taeyong.

—Pero JaeHyun...

—¿JaeHyun? —Levanta las cejas.

—Me necesitará.

—Sí. —Me sonríe cálidamente. —Pero tú necesitas dormir. Tienes que pensar en lo que necesitas, Taeyong. —Se sienta a mi lado en la cama y me aparta un mechón de mi pelo negro de la cara. —Sé que es difícil para ti. Te gusta complacer a la gente, ¿verdad, cariño? —Asiento con la cabeza y frunzo el ceño al oír el sobrenombre. —Pero, ¿qué hay sobre complacerte a ti mismo? ¿Has pensado cómo podrías hacerlo sin complacer a los demás? —Me sonríe demasiado, como si ya supiera mi respuesta.

—No puedo ser feliz si no complazco a la gente.

—Y te sientes mal contigo mismo porque....

—No complazco a la gente —digo en voz baja y dejo de hablar, limitándome a mirarlo.

—Eras cercano a tu padre; vivías para complacerlo a él, y a tu madre. Ahora eso ha desaparecido. Eres incapaz de complacerlo, incapaz de ver su alegría con tu devoción. —Lo miro a través de las pestañas y guardo silencio. —Y luego está JaeHyun. Te sientes incapaz de complacerlo y eso hace que te duela por dentro, ¿verdad? Cuando tu mayor deseo es complacer y servir a otro, a la persona que amas, y si fallas en ese servicio, bueno, te hace sentir inútil, ¿verdad, Taeyong?

🔥 JaeYongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora