Guardián / Duskwood fanfic

Capítulo 3

*Jake POV*

No sé qué esperarme que haya en ese cuarto ¿tendrá algo que ver con la investigación? ¿Qué esté lleno de peluches de cuando era pequeña? ¿Qué es lo que avergonzaría a una chica de su edad?

Abre despacio la puerta de ese cuarto, pasando primero ella como si quisiera comprobar que todo está en regla.
   —Vale, entra.
    Entro temeroso, pero luego me sorprendo. Es... Un cuarto totalmente normal. Bueno, normal casi, porque parece casi un museo lleno de marcos con noticias en vez de obras de arte.
El cuarto parece estar bastante limpio para ser un cuarto en el que nadie se queda a dormir. La cama es pequeña comparada con la que he visto en su cuarto. Un escritorio lleno de fotos familiares. Me gustaría observarlas mejor.
   — ¿Esto era lo que ocultabas? —pregunto acercándome a leer un recorte de periódico, sobre un hombre con el mismo apellido que MC aparecía en una fotografía hecha desde lejos, deteniendo a alguien.
   —Dijiste que no te reirías —reprocha, mirando a un lado.
   —No me río —señalo otra noticia—. Todos son del mismo hombre.
   —Ya... Mientras que en mi adolescencia mis amigos tenían en sus cuartos colgados posters y fotos de viajes o de amigos, yo tenía recortes de periódicos de la persona que más admiraba —se acerca a mí mirando el recorte del periódico, con una extraña sonrisa—. Era un gran detective. Y a veces su hija colaboraba con ella cuando se quedaba atascado en entender la conducta de algún sospechoso —se ríe, pero la noto diferente. Distante.
   —Y así comenzó la pequeña vida de detective de aquella chica —me llevo una mano a la barbilla, con una mirada de curiosidad hacia ella. No era de extrañar que se fijase en pequeños detalles.
   —Y conforme iba pasando el tiempo, a algunos de la policía no le hacía gracia, demasiadas personas querían el puesto del detective. Si la chica llegaba a ocupar aquel puesto, sería bastante injusto —me fijo como aprieta las manos con fuerza, ahora enfadada—. Pero se toparon todos con un casi que ni ella podía resolver, así que las burlas de los adultos celosos vinieron y la inseguridad de ella apareció, provocando que prefiriera dedicarse a investigar historias. Algo que a su padre no le hizo gracia. Odiaba la prensa a pesar desde aquel caso sin resolver.
   — ¿Qué ocurrió con el detective? —la miro comprensivo— Hablas de él en pasado.
    Se muerde el labio y me mira. Noto cómo intenta aguantar las lágrimas.
   —Fue en navidades. Él y su hija discutieron por un estúpido artículo en el periódico donde ella trabajaba pero que no tuvo nada que ver, porque él creía que era una especie de venganza por aquellos adultos que se rieron de ella—suspira llevándose una mano a la cabeza, más molesta por el pasado que porque hubiera preguntado—. En ese artículo se reían de la policía por ser unos incompetentes porque se ve, que nunca debieron haber perdido a su perfecta asistenta. Ella intentó razonar con él, los dos eran cabezones. Se marcharon de la fiesta discutiendo —poco a poco va reduciendo sus palabras, yendo más lenta hablando—. Continuaron discutiendo en el coche. Su hija era la que conducía, poniéndose cada vez más nerviosa—responde, con la voz quebrada—. Al final hubo un accidente. Él y su esposa. Por suerte su hija se salvó. Pero...
   —No se ha recuperado todavía —intento indagar un poco, siento que no habla de otra persona. No puedo forzarla a decírmelo.
   —Sí, se recuperó. Tan sólo que a veces piensa en porqué justo tenían que haber discutido ese día. Digamos que... No se perdona el no haberle pedido disculpas... Tampoco que llegase a ver el camión a tiempo porque prefirió seguir gritándole que escoger a mirar por el retrovisor... Algunos periodistas pensaron que la policía encubrieron que la hija estaba borracha por ser la hija de su compañero—susurra eso último con rabia. MC suelta un suspiro y sonríe—. Voy a preparar la comida, te dejo a cargo de la última cámara.
    Se dirige a la puerta, pero la detengo con mis palabras.
   —No creo que esa chica deba sentirse culpable —la miro con cierta melancolía, entendiéndola—. O al menos... Eso creo...
   —Se lo diré cuando la vea.
    Me deja solo en el cuarto, preparado para poner las cámaras.