Los dos estaban tan cerca que sus alientos podían tocarse.
Astelle sintió que sus orejas se ponían rojas. Frente a la apariencia deslumbrante y el cuerpo aparentemente formidable de Kaizen, se sintió tímida. Fue por los recuerdos de anoche.
Kaizen agarró las manos de Astelle con cuidado sin decir una palabra. Sus manos, pálidas como la nieve blanca, estaban frías.
Frunció el ceño con ansiedad.
"Debería haberles pedido que trajeran más leña. Estas fria."
"No es gran cosa."
Astelle sonrió ante su excesiva preocupación.
Aunque supongo que necesito encender un fuego. Theor definitivamente regresará empapado en nieve".
Theor salió a jugar al fondo de la mansión con el marqués.
El patio delantero está bien porque los soldados han quitado la nieve, pero el patio trasero debe estar cubierto de nieve.
"El marqués debe estar sufriendo".
Kaizen sonrió como disculpándose, probablemente pensando lo mismo que ella.
Por un momento, los dos se miraron y solo intercambiaron sonrisas.
Después de un momento de silencio, Kaizen colocó suavemente sus labios en el dorso de la mano de Astelle.
Sus labios secos tocaron el dorso de su mano fría.
"¿Te arrepientes de lo que pasó anoche?"
Las palabras que salieron de su boca contenían un ligero temblor como si fueran a desvanecerse en cualquier momento.
Era una voz que contenía la ansiedad y el miedo que estaba sintiendo Kaizen.
Todavía está preocupado por lo que pasó anoche .
Astelle sonrió suavemente y lo rodeó con sus brazos.
Cuando fue abrazada por sus anchos hombros, un olor familiar y una calidez la envolvieron.
Sus sentimientos por Kaizen todavía se mezclan con muchas emociones complejas. Pero ahora, todas esas emociones se han convertido gradualmente en una dentro del gran marco de afecto.
"No me arrepiento en absoluto". Astelle dio su respuesta más sincera, presionando su rostro contra su duro pecho.
Al final, fue su respuesta.
Por alguna razón, la propia Astelle no se arrepiente de amar a Kaizen.
Al escuchar sus palabras, Kaizen la abrazó aún más fuerte.
"Te amo, Astelle". Un cálido aliento tocó la nuca de su frío cuello.
Astelle cerró los ojos al escuchar su voz.
Después de un rato, Kaizen levantó la punta de la barbilla de Astelle con una mano.
Un rubor rosado floreció en su piel pálida.
Sus ojos verde claro, como capullos de primavera, lo miraban con sincero cariño.
Kaizen besó cuidadosamente sus labios rojos.
Fue un beso corto, ligero y dulce como un caramelo.
✿✿✿✿✿✿
Un pequeño trineo salió disparado por un campo llano cubierto de nieve.
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Cómo esconder al Hijo del Emperador
Novela Juvenil"De todos modos, nunca me amaste, ¿verdad?" La tan esperada vida matrimonial de Astelle terminó en tan solo un día. Trabajó muy duro para convertirse en la esposa de Kaizen desde los diez años, pero lo único que le quedó fue el estigma de emperatriz...