La calida brisa se mezclaba con los olores del mercado, variaban en cuanto a los puestos.
La nariz olfateaba la variedad, se podía perder en la mezcla. Sin embargo un aroma en particular lo había atraído.
Camino entre la multitud e ignoro por completo a su madre quien le hablaba. Sus orbes lila miraban atento ante donde provenía el aroma tan fascinante.
Se colo por la multitud y valla la sorpresa que fue. Sus ojos chocaron con la imaginen misma de un ángel. Su nariz nuevamente olfateo y se dio cuenta que el aroma provenía de el.
Sus rizos negros se adjuntaban con el cálido color de sus ojos, azul infinito. Sus ojos miraban a detallé como el carisma hacia que la gente comprara su mercancía.
Era tímido, pero sin embargo hacia lo posible para promocionar su cosecha. Izana curioso por aquella bella criatura, se acercó con cautela. Miraba atento el movimiento de el y como sonreía.
Miro las fresas, se veían realmente esquistas.
— son de buen cultivo — sonrio.
— s-se nota— la voz era angelical, sus mejillas se sentía calientes y su voz se esfumaba.
Su mirada se perdía entre la cabellera alborotada. Era tan lindo y tierno. Su género era ser alfa por lo tanto los aromas de omegas le llegaban, era repugnante. pero no obstante ese aroma le tranquilizaba y era capaz de someterlo.
Bajo un poco la mirada, no quería hacerse notar como un acosador.
— ¡Izana! — su madre grito alterada, su respiración asendia y desendia por la repentina carrera que había tenido.
— ¿Mamá?.
— por dios no me des esos sustos, ven el carruaje espera. No tenemos nada más que hacer en Bonten— la mujer jalo del brazo del menor, el solo acato la orden de su madre. Izana miro por última vez a su ser angelical, realmente esperaba verlo una última vez.
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Izana rebosaba sobre el asiento del carruaje, miro el cielo azul. Era algo gracioso que recordara aquella pequeña coincidencia.Suspiro al sentirse frustrado, a sus 26 años seguía embelesado con aquel niño. Se preguntaba que habrá sido de el, si encontro alfa oh no. Después de todo era muy lindo.
Podía ser ridículo, pero a su corta edad experimento su primer amor.
Sonrió al sentirse tonto y fue entonces que aquel sutil aroma se hizo presente nuevamente.
Bajo la mirada y sintió su instinto de alfa, bajo del carruaje que de inmediato se paro, era como aquel día que escapó de su madre.
Corrió por las calles, la gente era mucha y sin mencionar que la gente se le acercaba con intención de hablar oh alabar al rey
Ahora no estaba para eso, sabía que al ser monarca no pasaba desapercibido.
Su olfato se centro el un solo aroma, lo llamarian loco, pero recordaba ese olor ala perfección.
Corrió por las calles y callejones, de encontro con la mirada sumisa de aquel niño que ahora realmente era todo un hombre, su cuerpo actuó por instinto. Azotó la cara de los alfas tan asquerosos que estaban rondandole. Controlo su cuerpo lo más que podía, no quería cometer un error.
—¡ Magestad!— hablaron a sus espaldas.
— ¡llévatelo! porfavor... Al palacio — ordenó, sus colmillos resplandecián. Su alfa no podía ser reprimido ante el suculento y delicioso aroma. Quería marcar su piel blanca.
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LIRIOS Y ROSAS, un amor entre espinaz
Fanfictionnos remontamos en el siglo XIX, dónde la sociedad de los omegas es regida por los alfas. Takemichi Hanagaki es un omega hermoso, que es codiciado por los de la región. sin embargo el era un joven amante de un Alfa de realeza. por lo tanto su amor er...