En la torre de astronomía se podían escuchar bajos susurros que provenían de Harry y Draco. Estuvieron hablando sobre las estrellas toda la noche sin darse cuenta. Solo se percataron de la hora cuando el cielo comenzó a ser más claro y las estrellas menos visibles, pero no fue hasta que salió el primer rayo de sol que no se movieron.
—Malfoy.
—¿Mmh? ¿Si?— Draco se giró ante el llamamiento de Harry.
—Bueno, me preguntaba si querrías ir a desayunar conmigo ahora. No habrá nadie y nos tendríamos que levantar en menos de una hora así que... ¿qué me dices?— Draco lo pensó un momento ¿Desayunar con Potter? Ni en sus peores ( o mejores ) sueños se había imaginado que ese día llegaría. Lo cierto es que tenía hambre, y no había nadie que luego pudiera cuchichear por el castillo.
—Claro, vamos Potter—. Harry sonrío feliz y siguió al rubio por los pasillos de vuelta a donde habían quedado la noche anterior. Como pensaban, el comedor estaba vacío así que se sentaron en la mesa de Hufflepuff, territorio neutral, y pronto aparecieron varios platos en la mesa. Ambos estaban en silencio, comiendo tranquilos.—Me lo he pasado muy bien esta noche—. Draco se atragantó con su zumo ante las palabras de Harry y se giró para verle, ¿cuando se habían sentado al lado en vez de en frente?
—¿Como?
—Digo que me lo he pasado muy bien esta noche.
—Oh, yo- Bueno, yo también. Tu compañía no es del todo... desagradable.
—Vaya, te cuidado con los cumplidos hermoso, va a parecer que te caigo bien—. El moreno reía mientras comía un trozo de su tostada y veía como a Malfoy se le subían los colores a la cara.
—¿Cuando vas a dejar de decirme así? Ni si quiera te dije que eras guapo ni nada solo que no pasaste el curso por tu cara bonita—. Draco frunció el ceño y Harry volvió a reír por el enfado del rubio, cada vez más divertido.
— Es lo mismo. Y jamás—. Malfoy no contestó, pero le salió un pequeño resoplido y una sonrisa. Al cabo de unos minutos terminaron de desayunar, de nuevo en silencio.
—Bueno Potter, debería irme a coger mis cosas para pociones.
—¿Hay pociones ahora?
—Claro, ¿no te sabes el horario todavía?
—¡No ha pasado ni una semana desde que empezaron las clases claro que no me lo sé!
—Se me olvidaba con quien estoy hablando, en fin. Te veo en clase Potty.Harry se quedó un par de minutos sentado esperando a que Malfoy se alejase lo suficiente como para que no los vieran juntos alumnos que se levantaban temprano a desayunar. Fue tranquilamente hacia su sala común y cuando estaba a punto de decir la contraseña la puerta se abrió, de ella salía Hermione.
—¿Harry? ¿De donde vienes?
—Buenos días Hermione, vengo de desayunar.
—Pero si son poco más de las 7:30, ¿cuando te has levantado?
—¡Harry! ¿Donde estabas compañero? No te escuche subir a las habitaciones anoche—. Detrás de Hermione salió Ron. Tenía que pensar en algo que decir que fuera creíble para que sus amigos no empezaran a hacer preguntas.
—Yo... bueno ayer llegué un poco tarde y me senté en el sofá enfrente del fuego y me quedé dormido. Me he despertado sobre las 6:30 así que he bajado a desayunar porque tenia hambre. Venía a ducharme ahora.
—Entiendo. Será mejor que te des prisa Harry, ya sabes que a Snape no le gusta que lleguemos tarde a su clase, y menos tú.
—Si tranquila Herms, no llegaré tarde—. Cuando ambos chicos se fueron Harry pudo respirar tranquilo, no le gustaba mentir a sus amigos pero si les decía que había estado toda la noche mirando las estrellas con Malfoy y que luego habían desayunado juntos les habría dado un infarto. Definitivamente sonaba surrealista. El moreno subió rápido a las duchas, en las que no tardó ni 10 minutos, se echó desodorante y se puso una camisa limpia, cogió sus materiales para pociones y aún tenía tiempo de sentarse un rato a descansar.Ya en pociones Gryffindor y Slytherin se sentaron con las parejas que McGonagall les había asignado. Snape estaba hablando sobre la amortentia, o a lo mejor era la felix felicis, Draco ya no estaba seguro. Tenía el brazo izquierdo apoyado en la mesa, y sobre la mano descansaba la cabeza. Harry estaba en la misma posición, sólo que apoyado en su brazo derecho, de manera que sus cabezas casi se tocaban. Ninguno de los dos se había dado cuenta de lo agotados que estaban, y la noche despiertos más el aburrimiento que suponía la clase de Snape pronto les pasó factura. Antes de que se dieran cuenta ambos habían caído rendidos ante los brazos de Morfeo, dejando caer sus cabezas hacia el lado apoyándose la una con la otra. Por el peso de estas sus brazos se inclinaron uniendo el costado de sus manos. Si hubieran estado despiertos podrían haber visto las caras de asombro de algunos de los alumnos, las divertidas por parte de algunos de los amigos de Draco y las horrorizadas de los Gryffindor.
—Como iba diciendo, la Felix Felicis hace al bebedor un ser afortunado un cierto tiempo condicionado a la cantidad tomada, durante el cual todo aquello que intente o emprenda tendrá un resultado exitoso. Por ejemplo, el señor Potter y el señor Malfoy precisarían de un total de... tres calderos para librarse de la detención por dormir en mi clase—. Snape se acercó a los dos chicos y estampó el libro de pociones de Harry sobre la mesa, sobresaltando a ambos y haciendo que el moreno se cayera de la mesa. La clase estalló en risas mientras Harry se frotaba la cabeza con dolor y Draco alternaba la mirada entre el moreno y Snape—. Detención durante una semana para ambos y 30 puntos menos a cada casa. Acompañe al señor Potter a la enfermería.
—Si señor—. Draco se levantó sin quitar la mirada de Harry, que estaba levantándose del suelo todavía frotándose la cabeza.Durante el camino ninguno dijo nada, quizá por la vergüenza que sentían al haberse dormido de aquella manera o porque simplemente no tenían nada que decir, hasta que Harry se paró y se apoyó un poco en la pared—. ¿Qué haces?
—Me duele la espalda, y estoy un poco mareado—. Tenía la cabeza apoyada en la pared con los ojos cerrados mientras que respiraba profundamente intentando calmar el mareo.
—¿Te has dado con algo en la cabeza al caer? A parte de con el suelo—. Harry rio ante el comentario y Draco se permitió sonreír.
—Siempre tan gracioso, ¿verdad?
—Si, soy muy gracioso en realidad.
—Creo que me he dado con la pata de la mesa de al lado.
—Déjame ver—. Draco se acercó al chico y le pidió que bajara un poco la cabeza, él era más alto que Potter pero aún así no podía ver bien. Comenzó a separar el alborotado cabello de Harry, buscando alguna herida o golpe notable. Cuando quitó una de sus manos de la cabeza del moreno vio que tenía un poco de sangre y comenzó a buscar entre el pelo más frenéticamente la herida, cosa que Harry notó.
—¿Qué pasa? ¿Tengo algo?— Hablaba en un susurro, y Draco notó que el moreno había apoyado todo el peso de su cabeza en él.
—No es nada, una pequeña herida. Pero vamos ya antes de que se te infecte—. Era verdad que la herida era pequeña pero la velocidad a la que perdía sangre era considerable. En cuanto Malfoy se separó, Harry perdió el apoyo de su pecho en la cabeza y se tambaleó hacia delante, haciendo que Draco tuviera que hacer de punto de apoyo para él de nuevo—. Vamos Potter no te desangres en el pasillo—. Colocó su brazo por la cintura de Harry y el brazo de este por encima de sus hombros. Al final consiguieron llegar a la enfermería, aunque Draco tuvo que llevar medio a rastras a Potter los últimos metros—.¿Hola? ¿Madame Pomfrey? Mierda Potter como es posible que tengas tan mala suerte en un solo día—. Con prisa el rubio colocó a Harry, que en este punto ya estaba más inconsciente que consciente, sobre la cama. No sabía ningún hechizo para poder cerrar las heridas, y los pocos que conocía de medimagia no los tenía dominados y no quería arriesgarse a matar al chico o empeorar la situación. Fue a paso rápido hasta el botiquín muggle que había en la pared de la habitación, cogió un bote de alcohol y algodón y se dirigió de nuevo a Harry—. Bueno Potter esto te va a escocer un poquito, lo siento—. Con cuidado, echó un pequeño chorro de alcohol a la herida y presionó con el algodón. Harry emitió un quejido y se acercó más al cuerpo de Draco, apretando su pantalón con el puño. Hizo aparecer una aguja e hilo de sutura y comenzó a coser la pequeña brecha como pudo. Su madre le había enseñado a coser y no se le daba mal, pero era distinto en una cabeza. Se levantó de la cama para dejar el alcohol en la mesa y tirar el algodón, para luego sentarse en el borde de la cama de Harry y esperar a que llegase Pomfrey y curarle con magia. Potter seguía dormido, y Draco, ante el repentino agotamiento se inclinó y apoyó la cabeza en la almohada, al lado de la de Harry. El cansancio que había sentido en la clase de Snape había vuelto después de todo el estrés.
—Draco.
—¿Mhmm?
—Gracias.
—No es nada Harry—. Al final, ambos chicos se durmieron, uno al lado del otro.1616
ESTÁS LEYENDO
Perfectos Prefectos
FanfictionA finales de cuarto año Voldemort fue finalmente detenido, y tras un verano de lo más tranquilo, llega septiembre dando comienzo al quinto año de Harry Potter en Hogwarts. Lo único que Harry quiere es tener un curso en el que pueda estar en completa...