Capítulo 2

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Harry sabía de límites pero está noche se había olvidado por completo de ellos, ¿Cómo es posible eso?, siempre sabe cuánto alcohol debe tomar y cuando debe parar pero después de que su jefe insistiera en hacer una carrera de shots se perdió y se embriagó.

Estaba consciente aún pero le costaba quedarse de pie sin caerse es por eso que siempre que intentaba mantener el equilibrio terminaba en el piso riéndose, Louis no estaba muy diferente pues tenía las pupilas dilatadas y los labios rojos por estar pegándose al vaso cada veinte minutos.

—Juro que me asustas mucho.—Murmuró un poco ido mordiendo una rebanada de limón.

—¿Por qué?, Soy una dulzura.—Louis apoyó su cabeza en la mesa y se encargo de admirar la maravilla de tener a Harry borracho y sonrojado porque se veía muy bonito.

—Si lo eres pero cuando te enojas das miedo es decir tus ojos se ponen más oscuros y tus cejas se fruncen tanto que casi llegan a tus labios.—Sonrió bebiendo de su vaso de whisky haciendo una mueca cuando el licor quemó su garganta.

—No soy muy enojón fuera del trabajo.—Hizo un pequeño puchero cargándose en su mejilla.

—Eres adorable.

—Oh tú eres el adorable ricitos.—Alboroto su cabello con su mano libre y acarició su mejilla.

—Debo ir al baño.—Susurro Harry sonrojado hasta los pies.

—Te acompaño.

—No te puedes ni parar Louis.—Dijo Harry riendo.

—Tu igual.—Pasó su brazo por los hombros de Harry.—Nos ayudaremos mutuamente.

No le quedó más remedio que aceptar pero en el camino fallaron muchas veces en llegar a su destino y terminaban en el suelo, cuando estaban a punto de llegar al baño se resbalaron tras ignorar el letrero que advertía que el suelo estaba mojado así que como resultado Louis cayó encima de Harry apoyando su cabeza en el cuello del contrarió para reír suavemente haciendo que el corazón de Harry lateara con fuerza.

—Opps.—Dijo Louis aún en su cuello.

—Hola.—Respondió Harry con una bonita sonrisa, una sonrisa que fue capaz de hacer que Louis perdiera el control y fuese obligado a caer sobre esos labios rosados que hace mucho lo llamaban con insistencia.

Los labios de Louis cayeron sobre los de Harry, fue solo un roce pero luego ambos labios comenzaron a moverse lentamente disfrutando el sabor a alcohol que tenía cada uno en su boca, el ritmo se hizo más rápido y el ruido que producía el choque cruzaba lo obsceno en ese lugar.

Louis lentamente fue bajando su mano hacía la cintura de Harry acariciando con la yema de sus dedos la zona, se sentía caliente y culpaba al alcohol por ello pues jamás en su sano juicio lo hubiese excitado un hombre y jamás se hubiese metido con su empleado.

El ruido que salió de los labios de Harry fue suficiente para hacerlo perder el poco control que le quedaba, se apresuró a ponerse de pie y cerrar la puerta con seguro, el suelo estaba húmedo pero poco les importaba ni siquiera sentían el frío del suelo en su ropa, demasiado deseo en ambos para fijarse en esas cosas y en el error que estaban cometiendo.

—Mierda hace mucho quería hacer esto.—Jadeó acariciando el torso de Harry bajo su camisa mientras movía sus caderas lentamente sobre el.

—Yo quería que lo hicieras.

—Ya no tienes que esperar más.—Se acercó hacía su oído y lamió causándole más sensaciones al rizado.—Ya estoy aquí, no tienes que aclamar más por mí.

—Dios.—Dijo Harry cuando los dientes de su jefe se clavaron en su cuello dejando marcas que mañana serían difíciles de ocultar.

—Louis.—Harry lo vió con confusión sin entender porque su jefe había dicho su nombre.—Ese es el nombre que dirás apartir de hoy cada vez que recuerdes lo que es el placer.

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