Harry Styles es un hombre enamorado de la vida y sus placeres, ama conocer nuevas personas y disfrutar sus momentos libres yendo de fiesta o descansando sin embargo todo eso se ve interrumpido cuando la atracción que tiene hacia su jefe se convierte...
-Sigo sin entender esa música que pones.-Louis tomó un poco de su vino tinto saboreando el sabor en su paladar.
-Tiene buen ritmo y te juro que la letra es poesía.-Contestó Harry con una sonrisa traviesa.
-¿Cómo se llama esa canción?.
-Sutra.-Harry sacó un poco la punta de su lengua y lamió el vino que había quedado en los bordes de sus labios.
-Me suena a otra palabra que conozco pero no logro recordar cuál.-Louis hizo una mueca de estar pensando mientras Harry se reía y comenzaba a sentirse animado gracias al ritmo de la canción y el poco alcohol que había tomado.
Era domingo por la noche y habían pensado que era una buena idea tomar una copa pero ya iban por la tercera botella y no se podían quejar, estaban risueños y la música solo hacía todo aún más perfecto.
Harry no pudo evitarlo y su cuerpo se impulso lejos de la silla en dirección al mesón de su cocina por una nueva botella, a medida que caminaba movía sus caderas al ritmo de la canción y Louis se perdió en aquel diminuto short que llevaba puesto debajo de esa larga camiseta.
Su secretario regreso con la botella en sus manos pero había algo más en el, había peligro emanando de su cuerpo en el momento en el que se movió lentamente hacia abajo cuando el cantante canto algunas frases eróticas que en aquel momento si entendió.
"Ella me pide que, otra vez, otra vez".
Louis abrió sus ojos un poco sorprendido al entender cada vez más la letra de la canción, no era poesía era algo más, traía un poco de atrevimiento y algo de doble sentido y justo ahora entendía la mirada que le daba Harry al mover sus caderas.
-Dijiste que era poesía.-Dijo en un murmuró perdiendo el aire al ver a Harry de rodillas gateando hacia él.
¡Dios que alguien me ayude!
Veía a Harry como a uno de esas panteras de ojos verdes asesinos, veía en sus ojos lujuria, deseó y erotismo. Estaban apunto de cazarlo y estaba dispuesto a tenderse en el suelo para que Harry lo devorará.
-Erótica.-Su sonrisa era perversa, ya sabía que era Harry, un angelito disfrazado de demonio y joder si que le gustaba como no tenía idea.
-Ja.-Dijo Louis tomando los rizos de Harry entre sus manos fuertemente sacándole un leve jadeó.-¿Vas abrir esa linda boquita y me la vas a chupar bonito?.
Harry asintió y acercó su cara hacia la entrepierna de Louis poniendo su mejor cara de cachorro apreciando el bulto que tocaba su mejilla.
-Quiero chuparla tanto.-Quito su camisa quedando solo en su pequeño short, ese que había dejado mareado a Louis desde que lo vió.-Quiero que termines en cada parte de mí cuerpo, que aún cuando me bañé tu olor a semen sea lo único que pueda percibir de mí.
¡No Dios, no me ayudes ahora por fa!.
-Mierda Harry.-Se puso de pie con facilidad y deshizo su cinturón, acarició un poco las mejillas de Harry y se puso detrás de su espalda para amarrar sus manos con el.-¿En dónde tienes las corbatas?.
-En el cajón de mi closet.-Louis asintió y se encamino a la habitación, al llegar al closet buscó en el primer cajón encontrándose con camisas y en el segundo algunas medias pero antes de que pudiese abrir el tercero escuchó el grito de Harry.
-¡Louis no lo abras!.-Muy tarde, los diferentes colores alumbraron sus ojos y por un momento no creyó jamás ver un dildo en su vida.
-¿Esto era lo que ocultabas?.-Su mirada estaba oscurecida juntó a una sonrisa torcida que hizo que Harry sintiese miedo.
Las palabras no pudieron salir de su boca, estaba paralizado por el miedo y la vergüenza al sentir su erección sobresalir de su short. No sabe porque estar presenciando tal escena lo excitaba de tal manera, sentía que estaba expuesto al peligro tanto como al maravilloso arte de la creatividad.
Louis podría hacer tantas cosas con aquellos juguetes, puede mover su cuerpo de las formas que quiera, puede hacerlo correr tanto como jamás lo a hecho en su vida, podía hacerlo llorar de placer y suplicarle tanto que se quedaría sin voz.
-¿Eso es lo que eres no Harold?.-En un principio odiaba mucho aquel nombre pero ahora se había convertido en su palabra favorita y juraba que sonaba mejor que verdadero nombre.-Te gusta estar sobre tu cama metiéndote cualquier objeto.-Escucho como Louis tomaba algunas cosas y las arrojaba al suelo frente a el, su mirada estaba en la alfombra viendo los lubricantes, vibradores y dilatadores cayendo en ella.-Solo eres una perra necesitada, ¿A quién imaginas cuando lo haces?.
Ajustó una venda en sus ojos ganándose un quejido de su parte, era una gran tortura que no lo dejara ver el aura tan dominante que estaba mostrando Louis por primera vez.
El silenció de su parte molestó a Louis, se puso a su altura y miro el montón de objetos en la alfombra y paso sus dedos sobre un extraño artefacto de color azul con una forma rara.
-¿Están limpios Harry?.-El chico asintió.
-Lo hice ayer mientras comprabas lo del almuerzo.-La risa de Louis se escuchó en el lugar acompañado de la canción "Negro de J Balvin" y los temblores del cuerpo de Harry.
-Creo que no abra problema si los usó en ti.
Harry podía ver los pasos de Louis aún cuando tenía los ojos vendados, la excitación estaba recorriendo todo su cuerpo, solo deseaba que Louis hiciese algo rápido, quería que Louis se la metiera tan fuerte que al otro día aún lo sentiría.
-Bien vamos a jugar Harry.
Apretó sus manos detrás de su espalda cuando escuchó aquella vibración que conocía muy bien.
¡Mierda si, si y si!.
Por fin Louis lo usaría tanto como quisiera.
Yo después de leer lo que acabo de escribir:
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