Obsessed

Show Me

—Sloane— sonríe al verla, se sentó en su cama observando como su hermana de acercaba 

—No quiero preguntarte pero...— se sienta con ella— ¿Estás bien?

Rueda sus ojos— Vamos a morir, así que, tu dime 

Sloane toma las manos de Crystal entre las de ella—Podemos disfrutar el tiempo juntos— le sonríe, Crystal hace una mueca— Te fuiste antes de que diera la noticia

Crystal arquea una ceja— ¿Qué...?— baja la mirada a las manos de Sloane y luego vuelve a mirarla— ¿Te comprometiste?

Ella asiente con emoción — Luther me propuso matrimonio— Crystal la abraza. Fei y Sloane siempre la han ayudado y protegido en todo— Se que te atormentas con lo de Fei, pero no fue tu culpa 

—Si lo fue— lágrimas comenzaron a caer— Pensé que desde Gia iba a poder controlar mi fuerza, pero... No pude

Se separa de ella y limpia su rostrl—No eres tú, Crystal. Fue el Kugel

—El Kugel es parte de mi ahora, Sloane.— se levanta de la cama— Cada muerte, cada tragedia después, será mi culpa también.

—Necesitas relajarte un poco— se levanta y la toma de las manos— Venía a pedirte que a las 6 P.M bajaras a la sala, con un hermoso vestido— la toma de la chaqueta y se la retira— Y que cantes un poco— dice rápido 

—Ay no

—Ay si— ríe— Vamos Crystal, algo diferente. Cómo tú misma lo dijiste: Vamos a morir. Este puede ser nuestro último día en la tierra, debemos hacerlo a lo grande

Suspira rendida, deja caer su cabeza hacia atrás y mira a Sloane quien tenía un puchero— ¿Es necesario el vestido?

Ríe— Sí. Sobretodo si...— la guía al gran espejo que tenía— Si hay un lindo chico de uniforme que te gusta— Crystal mantiene el semblante serio— No te juzgo, me casaré con un Umbrella. Solo digo que deberías dejarlo boquiabierto

Gruñe—¿Que canción quieres que cante? 

—No lo sé. Solo me imagino a todos levitando y bailando en el aire con una canción lenta interpretada por mi pequeña, poderosa y actualmente— la toma de los hombros y la pega a ella— única hermana

—Mal chiste 

—si— hace una mueca— muy malo... ¿Y bien?

—Bien— asiente. Sloane aplaude con emoción— los veré abajo

—Hola Rodo— dice Reginald, el hombre de recepción los vio sorprendidos

—Sir Reginald... Cuánto... Cuánto tiempo

—¿Se conocen?— pregunta Klaus

—Claro— afirma sin voltear a verlo— soy el dueño. ¿Y los niños?