Cuando le preguntaban a Levi las razones de porque escogió ser profesor de kínder y no de algún curso superior, el Omega respondía con simpleza.
―Me gustan los niños, son auténticos, inocentes, llenos de vida, divertidos, y siendo su maestro puedo ser un pilar importante en todo lo que les espera de vida.
Nadie espera ese tipo de respuesta venir del hombre que se rapa la cabeza, está con mala cara de la noche a la mañana y tiene un tiene un tono de voz tan grave, pero esa es su verdad. Le gustan los niños... esa es siempre su respuesta.
―¿Y por qué no fuiste profesor de otro curso? Los profesores son importantes para los alumnos de todas las edades, los de quince por ejemplo, esos adolescentes necesitan a alguien firme y dulce como tu ―responde convincente uno de sus colegas, seguramente con la esperanza de tener a alguien que pueda reemplazarle para la próxima vez que quiera pedir la tarde libre.
―Adolescentes... ―Levi repite, con un tono que parece casi un suspiro.
Alza el mentón y sus ojos se enfocan en un punto fijo del tejado en la sala de profesores, como si aquel contuviera las memorias de esa mañana que comienzan a reproducirse en su cabeza.
Ohh, esa mañana...
Debido a problemas en el tráfico llegó a la escuela un poco más tarde de lo usual, la hora a la que los estudiantes comenzaban a llegar. Y cuando estaba por pasar por las puertas lo vio, Eren Jaeger, entrando casi al mismo tiempo.
―Eren, buenos días ―saluda educadamente el mayor.
El Eren de ese día lucía una apariencia diferente a la usual, su uniforme no se veía tan ordenado como siempre, llevaba las manos ocultas en los bolsillos de su pantalón, con la espalda un tanto encorvada, postura que Levi había intentado corregirle en más de una ocasión cuando aún era su alumno. Le pareció extraño que no caminara a su lado su inseparable hermana, pero le pareció incluso más extraño que el joven no le regresara el saludo ni le dirigiera la mirada.
―Eren ―su tono amable se vuelve algo más duro y alto, como el de un padre severo, creyendo que quizá el haber sido ignorado se debió a que el menor no le escuchó―. Buenos días ―remarca sus palabras.
Con su saludo llegando a oídos del Alfa, ve a éste fruncir el ceño y finalmente dirigirle la mirada.
―Buenos días ―le contesta en el tono más desanimado y molesto que un joven de quince podría forzar para dejar claro al adulto sus pocas ganas por entablar conversación.
―¿Como has estado, Er-
Como si la mala educación del adolescente no pudiera ser más, lo ve fingir un bostezo, aquello logra molestar a Levi, pero su molestia se ve rápidamente reemplazada por sorpresa al ver en la lengua de Jaeger una pequeña bolita metálica ¿¡Se había hecho una perforación!?
―Eren ¿Qué es eso que llevas en la lengua? Sabes que no está permitido.
Levi adelanta el paso para quedar frente al estudiante impidiendo su avance, mirándolo con severidad.
―Uuugh, como sea, no me importa ―el joven rodea los ojos―. Tampoco es que vaya a estudiar con la lengua, esas reglas son estúpidas.
Levi sabe lo que tiene frente él, tiene a un adolescente en toda su fase de rebeldía.
―Eso no quita que sean las reglas, Eren. No puedes desobedecer así, si el director te ve y le respondes así podría suspenderte ―Ackerman podía ser dulce, podía ser el maestro de kínder pero aquello no significaba que fuera suave sobre las normas escolares.
―Ohhhh, de repente te importa lo que me pase ―finge un tono dramático, sin poderle mirar a los ojos― Voy a llegar tarde a clase, adiós ―dice luego de cerrar sus ojos aún manteniendo el ceño fruncido, y apartando con su brazo al Omega de su camino.
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Hasta que te fijes en mí [EreRi]
FanfictionLevi, un Omega de 23 años, trabaja como maestro de preescolar. Los niños son seres curiosos que se emocionan fácilmente con lo que sea, Levi es consciente de ello, por eso no tomará en serio las palabras de su pequeño estudiante Eren Jeager, un muy...