Capítulo 17

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Nathalie y Jagged llevaban un mes con su amorío al cual vamos a etiquetar como "romance adolescente" los dos fingian que entre ellos no sucedía nada, pero en la soledad de la noche y el cuarto del rockero, los dos amantes se encontraban para liberar su pasión.

Seguramente al leer estas líneas se preguntan el porque de esto, y es algo tan sencillo de explicar, Nathalie tenía miedo, el mundo de la moda la forjó como un mundo cruel y aunque aún no conocía con exactitud el mundo de la música, la dama no quería que nada arruine el sano romance que ambos tenían.

Todo hasta ahora había salido más que excelente, los niños amaban a Nathalie y la carrera de Jagged iba viento en popa, cada día vendía más discos y gracias a la ayuda de su hijo también logro posicionarse entre los número uno de varias aplicaciones móviles, destronando al invencible XY.

Lamentablemente no todo es color de rosa, y ustedes saben muy bien que algo de sazón siempre viene bien; a pesar del voto de silencio que ambos habían hecho juntos una noche envueltos entre sábanas después de haber hecho el amor. Nuestro querido Jagged faltó a su promesa y con la persona menos indicada.

Ahora nos remontamos a un pequeño concierto privado que otorgó Jagged en el hotel Legrand en honor al cumpleaños de la indiscutida reina de París, Audrey Bourgeois.

─Jagged, querido, a pesar de que cada año me opongo a qué vengas, logras deslumbrarme─ comento acercándose a él con dos copas, la extra se la extendió, el sonrió y bebió un poco, solo tenía permitida media copa ─Este nuevo estilo me encanta, desde ya digo que el año que viene te quiero nuevamente, pero solo si sigues cantando tan bien

─Gracias Audrey, me alegra que a alguien como tu le guste mí nuevo estilo, estoy muy orgulloso de el.

─¿A qué se debe el cambio?─ dijo picara terminando su copa ─O mejor debería decir ¿a quien se le debe el cambio?─ ríe, el se ruboriza

─No se te escapa nada─ ríe nervioso

─¿Cómo crees que llegue tan alto?, tengo buen ojo─ sonríe y levanta su mano, un camarero se acerca y le entrega otra copa ─¿Todo se debe a ella cierto?

─¿Ella?.

─Nadalina, ya se que ahora trabaja para ti, Gabriel hizo un berrinche cuando paso, aunque lo entiendo, esa mujer de seguro se metía en su cama. . .cómo lo debe estar haciendo contigo─ intento hablar pero ella no lo deja ─Te aconsejo que la ates bien o estarás llorando como Gabi─ ríe

─Nos amamos, no digas esas cosas, Nathalie no es una cualquiera.

─¿Y por qué París no sabe de esto?─ el se traga sus palabras ─Es una mujerzuela

─No hables así de mí novia─ ella sonríe victoriosa ─Sabes que, mejor me voy de esta fiesta espantosa, y el año que viene no cuentes conmigo─ se va indignado

Al salir del lugar Audrey dejo su copa, camino hasta una zona en donde estaba sola y en privado; y realizó una llamada.

Aquel espantoso timbre de celular inundó la silenciosa mansión Agreste, Gabriel se despertó y contesto sin ver el remitente.

Gabi─ saludo con algarabía ─Es mí fiesta y no viniste

─Audrey ya te explique que no me llames así. . .y sabes bien que odio socializar, ¿que quieres?─ suspira

Queria contarte un chisme, ¿sabías que Nazarena está de novia con Jagged?.

Gabriel empezó a toser con fuerza, su pecho dolía y su brazo le comenzó a temblar, rápidamente soltó el celular y tomo su brazo izquierdo para calmarse, luego recogió el móvil y continúo la llamada.

─Si sabía, estoy feliz por ellos, no molestes mas─ cuelga

El ataque de pánico regresa, y las puntadas de su brazo se intensifican, en ese momento vio como su herida comenzó a crecer, al fin caía en cuentas que fue mala idea dejarse golpear por el cataclismo de Chat Noir, pero el estaba desesperado y sin la asistencia de Nathalie no tuvo otra idea.

─No puede ser.

Se animó a decir ahora que estaba calmado, luego inspiro y suspiro varias veces, para finalmente salir de la cama meterse en el baño y hacer una llamada, está fue contestada en segundos.

¿Que quieres?.

─¿Es cierto Jagged?.

No debí hablar con Audrey─ se quejo

Gabriel colgó la llamada y se dejó caer en el piso frío de su baño, las lágrimas salieron solas, y junto con este ataque de depresión la herida se hizo más grande, llegando ahora hasta su hombro.

─Tengo que hacer algo.

Dicho esto se levantó y bajo a la guarida, ya no había tiempo para dormir, debía invertir todos sus recursos en su meta, conseguir los miraculous y reparar todo.

Miraculous: DespedidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora