Por fin viernes de la primera semana, en las últimas dos horas de clases, todos en la sala se encontraban tomando apuntes de la materia, excepto Wei Ying, quien estaba completamente inmerso en dibujar pequeños conejitos (sí, aún no le devolvía el lápiz a Lan Zhan, no lo culpen porque olvido echar uno a su estuche la tarde anterior). Llevaba aproximadamente diez intentos, pero ninguno lo hacía sentir satisfecho. Su burbuja es rota por la voz de la profesora Chen, diciéndoles que tenía libre todo lo que quedara de clases, se vuelve a concentrar en su dibujo.
- Xingchen - dice Luo Qingyang - cuéntanos que pasó en tu cita con A-Lan.
- No fue una cita - entre avergonzado y triste - sólo fue una salida de amigos.
- Amigos, Lan Zhan y yo amigos, Wei Ying y yo amigos, tú y Song Lan son prácticamente esposos que no saben que lo son.
- Si estuviera seguro que le gusto, le confesaría mis sentimientos, pero no me da señales de nada más que de una amistad y sólo lo tengo que aceptar.
- Lan Zhan di algo, literalmente son los únicos que - es interrumpida por un pedazo de chocolate en su boca, cortesía del Lan, con una clara mirada de que estaba diciendo cosas que no les corresponden.
- Uh, bueno - dice resignada - Xingchen, yo creo que deberías intentar dejarle claro como te sientes de forma no directa, o sea, darle señales tú.
- ¿Qué tipo de señales?
- No lo sé, como salir más seguido, llevarlo a lugares que den una vibra más romántica, ser más cariñoso con él, que sus abrazos sean más duraderos y cosas así.
- Qingyang, es lo que hacen todo el tiempo - dice el de ojos dorados, mientras su compañero se hunde en un gran sonrojo sin ser capaz de hablar.
Un pequeño silencio se transforma después de esto, debido a que Luo está pensando de qué otra manera esos dos puedan abrir sus ojos y darse cuenta de que se gustan. Sus pensamientos se esfuman cuando Wei Ying se gira en su puesto quedando de la misma posición que se encuentra ella, con la diferencia de que él se encuentra frente a frente con Lan Zhan y ella con Xingchen.
- Toma, Lan Zhan, espero que te guste - dice Wei Ying con una sonrisa, la cual mantiene oculto su nerviosismo, entregando el lápiz y una hoja - y gracias por salvarme de quedar atrasado hoy también.
La cara que usualmente es neutra, se pinta de un tierno asombro con ojos brillosos al ver lo que está dibujado en la hoja, Luo y Xiao miran curiosos la reacción del Lan, entendiendo el porqué en el momento que son capaces de ver que hay en la hoja.
- Oh, que lindo - dicen Luo y Xiao, al mismo tiempo.
- Gracias - dice Wei Ying - y te gustó, Lan Zhan - pregunta con nerviosismo al no obtener palabras del contrario después de unos minutos.
- Sí, gracias - un feliz Lan procede a guardarlo de manera delicada entremedio de uno de sus libros para que no se arrugue.
Continúan con una charla completamente diferente a la anterior, hasta que es momento de irse a casa
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