Love; Capítulo 13.

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[Junio]

El martes por la tarde, Lan Zhan se encontraba esperando que el equipo de vóleibol termine su entrenamiento o más bien esperando a que Wei Ying termine de entrenar.

Un último silbatazo anuncia que todos son libres de irse.

Un sonriente Wei Ying se acerca a las gradas.

— ¿Vamos?

— Sí.

Ambos se sumergen rápidamente en un conversación, en donde el de ojos dorados aporta con pequeñas respuestas dejando que su acompañante hable todo lo que desee.

— Lan Zhan.

— Mmn.

— ¿Podemos sentarnos un momento en el parque para tomar un poco de aire? Aprovechemos que la tarde está linda.

— Bueno.

Se van adentrando al parque en busca de un lugar para sentarse. En ese momento el ladrido de un perro resuena a sus espaldas.

Wei Ying se gira y lo ve.

El tiempo comienza a ir más lento. Su corazón se convierte en un tambor furioso que resuena en sus oídos. Su cuerpo se tensa como un resorte, preparándose para huir, como un pequeño conejo frente a su depredador. Su visión se vuelve borrosa, mientras comienza su huida, su mente viaja hacia el pasado. Cada ladrido es como un rayo de angustia que lo atraviesa. El suelo parece inestable bajo sus pies, y la presión en su pecho aumenta, siente pinchazos en su muslo como si un perro invisible lo estuviera mordiendo. Su mente aterrada lo lleva a esconderse detrás de un árbol. No sabe cuánto ni cómo se alejó, sus piernas cansadas pierden el equilibrio y cae bruscamente al suelo.

Abraza sus piernas contra su pecho, con el cuerpo tembloroso comienza a mecerse de un lado a otro.

El sonido de una voz lo sobresalta.

— Wei Ying, te voy a tocar.

Al reconocer quien se encuentra frente a él asiente.

Siente cómo sus manos son sostenidas por otras más grandes y para su suerte están frías. Se aferra esa sensación que lo ayuda a comenzar a ser más consciente de su alrededor.

— Wei Ying, respira conmigo.

Inhala y exhala, intentando seguir la respiración del Lan.

— Muy bien, lo estás haciendo muy bien. No hay nada que temer, solo estamos nosotros aquí.

Luego de unos minutos en donde Wei Ying se comienza a calmar, suelta bruscamente las mano del contrario. Lan Zhan es sorprendido por un abrazo y lo único que puede hacer es apretar fuertemente el cuerpo aún tembloroso frente a él.

Luego de que Wei Ying logra estar más estable rompe el abrazo, pero vuelve a sostener fuertemente la mano del Lan.

— Te encuentras lo suficientemente bien como para irnos caminando hasta tu casa — pregunta con un tono de voz suave.

— Creo, creo que sí.

— Bien.

El Lan se pone de pie, ofrece su mano para ayudar al contrario a levantarse. En el momento en el que se impulsa hacia arriba sus piernas tiritan y vuelve al suelo.

— Creo que no puedo, si quieres puedes ir tú primero, yo te alcanzo.

— Wei Ying, no.

El Lan comienza a hacer una llamada, solo se escucha como da la dirección de donde se encuentran y diez minutos después van en un taxi camino a la casa de Wei Ying sin soltar sus manos en ningún momento.

Love; wangxian.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora