Vientos Polacos

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La verdad es que no tenía muchas ganas de ir a clase de inglés, pero sí que quería ir al centro para estrenar mi cuaderno azul. Estaba nervioso, de hecho, pero con el tiempo aprendí a tragarme los nervios y a transformarlos en energía.
No sabía con quién empezar exactamente, me encontraba ahí plantado con bastante frío. Decidí ir al humana y me topé con la primera persona a la que pensaba hacerle el test y adentrarme así en el entramado mundo de la interacción. Le echaba veintipocos años al chaval y mediría unos ciento setenta y cinco centímetros, llevaba un gorro y vestía bastante bien. Lo abordé de la manera más educada que pude, que acompañé con una voz muy poco grave. Fue muy amable conmigo y me habló un poco de su opinión acerca de la maquiavélica frase «el fin justifica los medios». Le debió de parecer lo que hacía muy interesante porque me pidió el instagram. Me gustó mucho ese primer contacto, me armó de valor para continuar. Más tarde, volví a Sol con una sonrisa y continué abordando a la gente. En cierto momento me encontré a una pareja joven de unos veinte años que me trataron genial. La chica me contestó al test y confesó que le asombró mucho lo que hacía, me dio las gracias y me otorgó otra gran sonrisa. A partir de ahí los noes no valieron tanto, cogía más y más fuerza y soltura con cada test que hacía y, sobre todo, con cada sonrisa que sacaba a alguien. Me di cuenta de que los grupos de jóvenes eran ideales para participar.
Se empezó a hacer tarde y no había comido aún, ni siquiera tenía dinero. En mi mente ya se estaba elaborando un plan para salir de ahí e ir a mi casa, pero mi espíritu de entrevistador analista empujaba mi semblante. Casi al momento de irme, mi mirada se cruzó con un chico rubio joven con pinta de tener prisa. Aun así, crucé los dedos y me acerqué a él preguntándole si me concedería un minuto. Al comprobar que sí, le hice el test rápidamente y empecé a comentar. Mientras iba hablando, su cara iba mostrando diferentes formas, hasta que por fin me pidió el instagram y me dio la mano en señal de asombro. Me alentó muchísimo y me quedé intrigado por saber más de él. Gracias a la agitación del momento, decidí quedarme un rato más en la plaza, y no tardé en divisar un grupo de chicas que caminaban plácidamente. Me acerqué muy rápido y le di un toque en el hombro a una de ellas, se dio la vuelta y sin haberle preguntado, supe que me proporcionaría la oportunidad de hacerle el test. Dado que no me equivocaba, la chica llamó a sus amigas y nos echamos a un lado para no estorbar a la gente que pasaba por ahí. Me sentí muy presionado por la cantidad de personas que me observaban mientras realizaba el espectáculo, pero a la vez eso me daba más ganas de seguir, lo cual se incrementó más aún cuando las risas empezarón a asomar cabeza. De repente, cuando no tenía pensado que la cosa mejorase, apareció el chico rubio de antes colocando el brazo encima de una de las chicas del grupo. No lo procesé del todo hasta que caí en que ella era la amiga con la que él estaba hablando por teléfono antes de toparse conmigo. Me hizo mucha gracia la situación, me hizo sentir muy cómodo. La cosa que empezó con una de las chicas acabó con todo el grupo, y de ello, con una conversación amistosa entre todos en la que averigüé que el chico era polaco y que vivía donde yo estudiaba. Me resultó muy irónico y les pedí los instagrams. Cuando se fueron, decidí irme a casa a comer, pero no sin antes despedirme en mi cabeza de la plaza que, estaba seguro, me daría muchas alegrías de ese momento en adelante.

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⏰ Última actualización: Jan 21, 2023 ⏰

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