"ADVERTENCIA"
—Presente, con dos minutos y 27 segundos —dije en un suspiro.
Mis ojos le dieron un recorrido rápido. Estaba de traje ese día, traje negro. Le quedaba bien, muy bien. Hacía que sus facciones resaltaran más. Sus músculos se marcaban cuando doblaba los brazos y los botones en su pecho luchaban por no salir disparados en todas las direcciones.
—Cierre la puerta, por favor —me pidió.
No dije nada y la cerré detrás de mí. Al acercarme más a su escritorio, el ruido de los tacones resonó por toda la oficina. El silencio estaba tenso, algo que se había empezado a volver común entre nosotros.
—Te esperaba más temprano —comentó viendo unas hojas.
Ni siquiera se atrevía a mirarme a los ojos cuando me hablaba.
—Realmente no era mi intención dirigirme a usted de esa forma —ignoré su comentario y procedí a disculparme—. Estoy acostumbrada a discutir en juego con varios compañeros.
—Lo hizo cuando me presenté en su oficina y ahora —recordó—. ¿Se cree con el derecho de hablarme como quiere solo porque intimamos una vez?
Volvió otra vez a lo mismo. ¿Acaso le costaba tanto superar algo que había pasado una sola vez? ¿Por qué se esmeraba tanto en sacarlo a la luz cada vez que hablábamos?
—No hace falta que lo recuerde... —me interrumpió.
—Le dejé bien en claro que las cosas iban a cambiar, así lo deseó usted también —me miró.
Mis pulmones dejaron de funcionar con fluidez al conectar mis ojos con los suyos. La saliva se quedó atorada en mi garganta y mi cuerpo se volvió un mar de lava.
—Lo siento, si debe darme una sanción por eso, hágalo, pero no me despida —pedí bajando la mirada al piso.
No iba a dejar que me intimidara, jamás lo hacía si se trataba de un hombre, pero en esa situación, necesitaba tener una imagen de pobrecita arrepentida por sus actos.
—No lo haré —negó—. El agente Smith me ha puesto al tanto sobre su importancia y aporte en el departamento. No voy a despedirla, pero por su comportamiento inadecuado, le voy a pedir que haga trabajo extra.
—¿Trabajo extra? —alcé la vista de forma abrupta, con la frente arrugada.
—Smith le pidió que analice unos papeles para el caso, quiero que me lo entregue para el final del día —finalizó.
—Eso... eso me lleva más que algunas horas, puede que esté una semana entera para hacerlo... —dije con la voz entrecortada.
—Lo quiero para hoy. Es su sanción por faltarme el respeto frente a otros compañeros —ordenó sin piedad.
Ryan sabía que ni él mimo podría hacerlo, pero quería verme fallar, quería que lo hiciera así él podría seguir con su estúpido juego de tenerme como su marioneta. Juego que, sin que lo sepa, podíamos jugar los dos.
—Yo no me dedico a esa área... jefe —insistí.
—Nunca es tarde para aprender cosas nuevas —dijo con la clara intención de provocarme aún más.
—No me entendió. Soy una agente especial, necesito estar con los demás, no analizando papeles —recordé con un tono más autoritario.
Necesitaba que me mirara cuando le hablaba. No sentía que me estuviese escuchando como debía, y me estaba faltando el respeto, algo que no tolero.
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Entre el juego y el deber [+18] ©
ActionMe pareció lindo. Me pareció sexy. Me pareció fuerte y varonil. Hasta que se volvió mi nuevo jefe y no me pareció más nada. ------ Pía Vargas es una destacada detective del departamento de L.A, y cuando hablo de destacada me refiero a una de las mej...