SECUELA DE BREATHE
La mayoría de la gente echaba un vistazo a Billie O'Connell e instantáneamente sacudía la cabeza, ellos miraban su cabello tinturado, ropa holgada y diamantes con disgusto. Todos creían que ella no era más que un problema.
Billie...
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en la enfermedad may 6, 2025
"¿Estás lista?". Billie preguntó, con su mano en la perilla de la puerta principal, antes de estornudar tres veces consecutivas.
Su nariz obviamente estaba tapada y casi goteaba. Sus ojos estaban llorosos y ligeramente irritados.
"Billie, estás enferma, no vamos".
Ella gimió dramáticamente. "Bebé, es solo un resfriado. Estaré bien".
Negué con la cabeza, con desaprobación.
Su mano se soltó de la perilla de la puerta y se quejó. "Quiero ir".
"Te amo, de verdad, pero te ves terrible. No estás en condiciones de salir".
Su cara cayó, claramente decepcionada y suspiró. Abriendo mis brazos para ella, tomó la invitación y me abrazó mientras apoyaba su barbilla en mi hombro.
"Será en otra oportunidad ¿De acuerdo?". Prometí, frotando suavemente su espalda en círculos.
Billie había estado planeando una cita para almorzar durante algún tiempo y siempre parecía que algo se interponía en el camino. Fue el clima, las renovaciones repentinas en el establecimiento o una de nosotras estaba ocupada con el trabajo.
Ayer noté los primeros signos de su resfriado y ella también. Como no quería estropear su entusiasmo, pensé en ignorarlo y esperar que no se convirtiera en algo demasiado serio.
Me equivoqué.
Por el lado positivo, ahora tenía una excusa para cuidarla y mimarla.
Lo más probable es que ella niegue la ayuda al principio, pero luego se permitirá ser completamente sumisa y disfrutará de toda la atención que recibirá.
"Quédate aquí, acuéstate, iré a buscar tu sopa favorita y algunas otras cosas para ayudarte a mejorar".
Billie tarareó y se separó de mi cuerpo, volviendo perezosamente al dormitorio.
Después de un viaje rápido a la tienda, regresé con un paquete. Terminé comprando dos cajas de pañuelos desechables, pastillas para la tos, sopa, vitaminas, una vela con aroma a vainilla y galletas saladas.
También, una pequeña nota manuscrita. En términos generales, solo le decía cuánto la amaba y esperaba que se sintiera mejor pronto.
Con la bolsa en la mano, abro la puerta del dormitorio para encontrarla... ¿Jugando en su teléfono?
La música está a todo volumen, así que ella no me nota ni me escucha al principio. Cuando dejo la bolsa y grito su nombre, ella mira hacia arriba.
