Descubrir tu lado tierno - Imagina Kim Taehyung

Capítulo 8

T/N

-Hahh... Otra vez. Aquí T/N, ¿alguien está sintonizando este canal? ¿Hola?

-¿Nada aún? - Negué tapándome la cara con el cabello.

Quiero llorar. Llevo todo el día sentada en este mismo sillón y no he parado de intentar contactar a mi familia.

-Tal vez hayan salido a buscar provisiones - Igual que las últimas dos horas Matías me ha abrazado pasando sus brazos sobre mis hombros apoyando su barbilla en mi sien.

-Ya te dije que no hagas eso - Lo aparté exasperada y Nala que nos veía desde su cama rugió - ¿Ya ves? Volviste a poner celosa a tu chica.

-Ja, tienes razón.

Se fue a sentar junto a la tigresa y le acarició las orejas.

Volví a intentar contactar, pero fue inútil, no recibí respuesta.

-Me siento una imbecil - Susurré levantándome y colgando mi mochila en mis hombros.

-Espera. ¿A dónde vas?

-Al canal de radio. Debe haber alguna pista de mi familia - Caminé a la puerta y cuando la abrí ligeramente ésta se cerró de golpe por el fuerte manazo que dio Matías.

-No quiero que te vayas... - Otra vez.

-Por favor déjalo - No me moví y él aprovechó de rodear mi cintura con sus brazos - Matías, déjame.

-T/N, no has comido nada en todo el día. Y tampoco has dormido. ¿Cómo piensas llegar a ese lugar?

-Ese es mi problema - Lo aparté y me dispuse a salir.

-Por favor solo quédate esta noche. Y mañana te acompañaré hasta donde me dejes.

Hahh, es más terco que una mula.

Desde anoche al primer uso de la radio no se alejó de mí. Incluso durmió en el sillón de enfrente mientras su padre y Nala dormían en el piso de arriba.

Y en la mañana después de casi cien intentos de contactar con alguien y desearle feliz cumpleaños a la nada, despertó y me preparó un desayuno que no probé por estar demasiado centrada en la radio.

Cuando Martín apareció con Nala me pidió que comiera, pero no tenía ganas de probar nada, y simplemente se fue con la tigresa. Dijo que enterraría los cuerpos de los zombies que maté hace dos días. Cuando Matías y yo nos quedamos solos no se movió de mí lado por un rato. Incluso me pidió perdón por haberse comportado tan descarado y por haber mandado a Nala, me cambió el vendaje del brazo y me dio una infusión de hierbas, dijo que me ayudaría a calmar los nervios, pero no sirvió de nada.

Ya cuando Martín volvió le dijo a su hijo que quería ir a pescar, pero Matías se negó diciendo que me haría compañía, le dije que me dejara en paz, pero se quedó a mi lado.

Y al final, hace dos horas ya no pude más y me derrumbé. Tenía la esperanza de que alguien contestara, pero no fue el caso. Matías al escucharme o verme llorar corrió hacia mí y me abrazó, aunque le grité y lo aparté siguió intentando abrazarme y me dio unas palabras de aliento.

Creo que el haberme visto en ese estado tan miserable le dio valor para exigirme cosas y acercarse de más.

-T/N - Su mano estiró la mía y aunque intenté soltarme, fue más fuerte y me llevó hasta el interior de la cabaña.

-Ya suéltame Matías. No tienes ningún derecho a querer encerrarme aquí - Al fin me soltó y me encaró.

-Sé que no lo tengo y tampoco pretendo obligarte a quedarte mucho tiempo. Solo el suficiente para que recuperes fuerzas y pienses con claridad.