ADELANTO

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¡Un adelanto HOT de una novela Yaoi que muero por compartir con ustedes!

¡Ojalá les guste mucho!

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Dalton  utilizó sus manos abiertas como base sobre la cama para mantenerse  encima de Jake sin colapsar encima de su delgado cuerpo

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Dalton utilizó sus manos abiertas como base sobre la cama para mantenerse encima de Jake sin colapsar encima de su delgado cuerpo. Jake se convertía en neblina color durazno cada que exhalaba y recuperaba su forma cada que recuperaba el aire. Dalton jadeaba tan fuerte que el cabello castaño del chico se movía con cada exhalación.

Su polla, dura y gruesa se alzaba con orgullo sobre Jake, la imponente sombra que emitía su miembro reposaba en su espalda, oscureciendo y ocupando un tercio de su espina. Dalton acababa de correrse y no podía esperar para hacerlo de nuevo. Creyó haber alcanzado la saciedad con un orgasmo tan potente, pero no se sentía ni cerca de estar satisfecho, menos con la deliciosa imagen que tenía debajo.

Entre los pilares de sus gruesos brazos, entre el refugio que formaban sus piernas, tenía a Jake Norton completamente desnudo y arruinado en placer. Piel cubierta en transpiración propia y ajena, cara enrojecida, mirada vidriosa y su boca abierta, jalando y soltando aire a través de una sonrisa. Su espalda estaba cubierta en su semen, la sustancia perlada yacía distribuida por cada músculo en su espalda, sobre cada vértebra que ponía distancia entre sus glúteos y nuca, también un poco sobre sus hombros.

Jake estaba cubierto en él, empapado en su esencia, marcado por él.

Dalton sonrió igualmente y pasó su mano abierta por la espalda de Jake, empapando su palma con su propio orgasmo.

Con la otra mano, tomó uno de los glúteos del chico, apartándolo hacia aun lado, exponiendo su entrada que lucía pulcra, rosada, apretada; los pliegues contrayéndose vulgarmente con cada agitada respiración, incitándolo, tentándolo.

Dalton alzó su mano empapada y la convirtió en un puño, dejando que el semen escurriera entre sus dedos cerrados y los pliegues de su mano, dejándolo caer justo encima de la entrada de Jake.

El chico jadeó al sentir el líquido aterrizando en él, gimió cuando sintió el pulgar de Dalton acariciando alrededor de su entrada y maldijo al sentirlo entrar en él. Dalton sintió en su pulgar el calor y la presión de las paredes internas de su cuerpo, se lamió los labios imaginando lo bien que se sentiría alrededor de su polla.

Cambió de dedo hasta que los cinco tuvieron el calor del interior de Jake impreso en sus huellas.

Siguió lubricando su interior con su semen hasta que se lo terminó y procedió a utilizar el lubricante que guardaba especialmente para él. Lo dilató con dos dedos, luego con tres y cuando lo tuvo lo suficientemente listo para él, hizo bajar su polla hasta conectar la punta con el umbral entre el exterior y las profundidades de Jake.

—Dalton... —el chico jadeó, con impaciencia, con súplica, con desafío.

Dalton comenzó a entrar en él, muy lentamente, dándole lo que pedía pero en la medida que él mismo dictaba.

Su pubis chocó contra sus redondos glúteos y estuvo completamente dentro de él. Dalton bajó hasta pegar su pecho a la espalda del chico y paulatinamente se dejó caer, arropándolo con el calor de su piel, cobijando con la fuerza de su peso.

Jake gimió y se estremeció bajo su cuerpo desnudo.

Dalton retrocedió y volvió a introducirse lento, sólo unos pocos centímetros, estirando el marco de su entrada al máximo alrededor del tronco de su erección.

Dalton pasó su rasposa barbilla por la parte trasera de su cuello, irritando su piel con su barba y aliviándola con delicados besos.

—¿Quieres que te folle, Jake? —murmuró—. ¿Quieres que tu guardaespaldas te folle? ¿Quieres que me entierre profundo y me corra dentro de ti?

Lo sintió contraerse alrededor de su polla y temblar bajo su pecho.

—Sí —jadeó—. Ahora.

Dalton rió por lo bajo y le besó la coronilla.

—Tan mandón —susurró burlesco—. ¿Quién te crees para soltar órdenes así?

Jake tragó saliva y lo miró sobre su hombro, su mirada de fuego ardiendo, elevando sus iris café a un tono más cálido y rojo.

—Tu jefe —respondió con adorable altanería.

Dalton rió por lo bajo, el chico no estaba en lo incorrecto en autoreferirse como su jefe, a este punto Dalton se sentía como un esclavo, a total merced de su amante de años escasos pero sabiduría infinita.

Para Dalton, su lujuria se sentía como cadenas alrededor de su cuello y manos conectándolo a los demandantes dedos del chico, atando sus cuerpos al deseo del otro, dejándolos vulnerables e impotentes ante los primitivos impulsos que despertaban en ellos cuando estaban juntos.

—Bueno, en ese caso...

Dalton retrocedió hasta dejar únicamente la cabeza de su polla en su interior antes de regresar por completo en una sola estocada.

—Al cliente lo que pida.

MI SEXY MILITAR (YAOI HARD 18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora