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╰➤✎ Era un tipo de tradición silenciosa entre jugadores que todo el mundo dentro del fútbol no cuestionaba ni mucho menos reprochaba, era incluso una muestra de respeto hacia el equipo contrincante.
El capitán entregaba su camiseta al otro y recibía la de este, en un intercambio balanceado que era bien visto.
Y Andrés Guardado no tenía ningún problema con cumplirlo, absolutamente ninguno.
Su equipo apenas se volvía a reagrupar en los vestidores después del partido que lamentablemente perdieron dos a cero. No lo niega, un poco de su orgullo Alfa se siente herido al saberse a si mismo perdedor en el campo, y no, no es un hombre visceral que caiga rápidamente a las garras feroces de sus instintos, pero incluso para alguien como él, con un autocontrol casi envidiable, es inevitable lamentarse por esa maldita astilla de la derrota que le jode en la parte posterior de la cabeza y sabe que no lo dejara en paz por un buen tiempo.
Mal líder.
— Cállate de una buena puta vez. — Un murmullo, para si mismo, para la bestia que vive en su interior y siente su mandíbula apretarse. Rabia. Que Luna lo perdone y Sol le tenga piedad, pero si es honesto, la última cosa que esperó a los quince años fue presentar como Alfa.
— ¿Mmh? ¿Dijiste algo? — Alexis se anuncia a su lado y Guardado no lo espera, por lo que el respingo en su respiración y postura es instantáneo y genuino. Se corrige inmediatamente, tiene que hacerlo.
— Dios, me asustaste. — Dice, y el muchacho solo sonríe un poco a lo dicho. Respuesta corta.
— Lo siento, es que te ves un poco distraído, ¿Todo bien? — Andrés levanta su mirada de lo que hace y la conecta con Vega, quién se ve sencillamente curioso, no hay mucho más que hurgar detrás de la mirada joven que lo observa.
— Sí, sí, todo bien ¿Sabes si ya estamos todos? — Evade, con su aroma Alfa intentando cubrirlo, y puede estar casi seguro que Alexis lo nota, pero si lo hace, no dice nada y simplemente le responde lo que pide.
— Creo que faltan algunos, Herrera y Memo siguen en el campo, Kevin creo sigue ahí tambien. — Y el conteo es erróneo cuando ve a Héctor y Kevin entrar por la puerta de los vestidores entre platicas tontas y chistes sin gracia.
Entonces Andrés echa un vistazo a su alrededor, contando, analizando el aire con su nariz astuta y haciendo, como debe de ser, un registro mental de su manada.
Raúl está en las duchas, lo escucha hablar junto a Néstor y Edson sobre algo que no le importa, los demás están ahí, con él, cambiándose los uniformes por los conjuntos convencionales que normalmente usan antes de un partido, Herrera y Kevin apenas llegan, el aroma Beta de ambos es normal y no hay nada aparentemente raro.
