5. Volver a casa.

254 38 1
                                    


─ Bec, corazón. Te pasaré a buscar por el hospital apenas termine con mi último paciente, ¿te parece? ─ El bostezo del otro lado de la línea me dio a entender que Becky todavía no se había levantado por completo de la siesta, por lo que me digne a sonreír mientras anotaba un par de cosas en mi libreta.

─ ¿Te tomará mucho tiempo? De verdad quiero ir a casa.

─ No Bec, la cita con este paciente es corta, apenas pueda huir iré a buscarte. ─ Le lanzó un pequeño beso al parlante y corto la llamada rápidamente al ver que alguien giraba el picaporte.

─ ¿Freen?

─ Diga.

─ De los arreglos florales, vengo a entregar el ramo de flores que usted me pidió. ─ Sonreí para mis interiores pasandole al adolescente un monto de dinero el cual cubría las flores.

─ Por favor, déjalas sobre aquél sillón de allá. ─ El joven hizo caso a mis palabras y se marchó casi al instante de haberlas acomodado sobre el sillón.

Volví a marcar el número de Becky guardando mis cosas. ─ Bec, el paciente ya se fue.

─ Pero Freen, no hace mucho que me llamaste.

─ Lo sé pero solo tenía que venir a dejar algo y se marchaba. ─ ¿Sonaba muy nerviosa? Tal vez si.

─ Oh, esta bien Freen. ¿Ya me vienes a buscar?

─ Voy en camino corazón.─ Se me agrandó la sonrisa al escuchar su pequeña risa.

Corte la llamada y tome las rosas del sillón para partir rumbo al hospital para recoger a Becky y volver juntas a casa.





















...















─ Bueno Bec, por fin estamos en casa, ¿no? ─ Suelto la mano de Becky una vez dentro de casa saludando a Antypac una vez ambas estamos en la cocina. ─ Tus cosas...tus cosas están en mi habitación, hice que remodelaran toda la habitación donde, bueno, tú ya sabes.

─ Esta bien Freen, espera. ─ Becky me señala y luego a ella. ─ ¿Vamos a compartir cama?

─ A menos que no quieras dormir conmigo. ─ Me encojo de hombros sirviéndome un vaso de leche, ella sigue mis acciones con la mirada sentándose en una de las banquetas de la barra.

─ No no, no es eso Freen, es que es un poco raro.

─ umm, deberías acostumbrarte, cuando seas mi esposa vamos a pasar días y días durmiendo juntas en esa habitación. ─ Le sonrió bebiendo mi vaso de leche. ─ Moviendo una caja con tus pertenencias encontré un par de pinturas tuyas, espero que no te moleste que las mande a enmarcar para colgarlas. ─ Becky abrió sus ojos como platos.

─ ¿C-cuales mandaste?

─ Oh, uno de nuestras manos, un retrato tuyo y uno que me llamó mucho la atención. ─ Becky comienza a dudar, seguramente pensando en todas las obras que llego a pintar. ─ Es un cuadro donde yo aparezco de espaldas mientras tomo tu mano, es...lindo, perfecto a mi parecer.

─ Oh, esta lo pinte el día que te confesé por primera vez que me gustabas. ─ Becky sonríe.

─ Lo sé, le pones la fecha detrás a todos tus cuadros.

─ Así es, todo porque luego me olvido que días los pinto. ─ Nos reímos un poco pero la leche comienza a hacer efecto y me ganan las ganas de dormir con ella.

─ Bec, ¿no tienes un poco de sueño?

─ La verdad es que si, estar con vos ne da sueño.

─ ¿es malo o bueno?

─ es como quieras tomarlo.

La miró sin saber que decirle pero le sonrió y tomo su mano para irnos escaleras arriba. Le enseño las habitaciones, los estudios, los cuadros, los baños y los balcones; me hace sentir como una madre. ─ Este es nuestro cuarto, es acogedor pero siempre te gustaron las cosas así por lo que no lo remodele para que fuera de tu agrado. ─ Me toma por sorpresa que me abrace por la espalda y me sonría tímidamente, antes de tumbarnos a la cama matrimonial que da contra el gran ventanal en la cabecera de la misma.

─ Gracias por recordar cada mínimo detalle Freen.

─ No hay de que, mientras tú estés cómoda en tu casa, yo también lo voy a estar. ─ Le sonrió para recostarla sobre mi pecho. ─ Extrañaba tenerte en casa de esta forma.

─ ¿Cómo un bebé koala y su madre?

─ No Becky. ─ Me río de lo que acababa de insinuar. ─ Cómo una persona que amo y extraño mucho a otra persona.

─ Es más lindo el "como un bebé koala y su madre", tu puedes ser la madre y yo el bebé koala. ─ Le sonrió divertida negando. Con mi mano desaconodo su cabello y nos volteó para que ella quede apoyada sobre una de las almohadas de la cama.

─ Cómo tú digas, Bec.

Se me cerraban los párpados del cansancio y los masajes que propinaban las manos de Becky en mi cabellera no ayudaban mucho para mantener mis cinco sentidos al tanto de ella, pero sabía algo, una sola cosa; mientras Becky estuviera en casa, yo ya no tenía que preocuparme de estar triste.

❝ A New Kind Of Love || Freenbecky❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora