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𝐿𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑐𝑙𝑎𝑚𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑟𝑒𝑎𝑙

𝐿𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑐𝑙𝑎𝑚𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑟𝑒𝑎𝑙

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El olor a basura se filtraba por mi nariz. Era asqueroso, la suciedad y la gente enferma era lo que más se apreciaba.

Verán, les voy a contar una historia.

Hace muchos años, bueno hace unos 20 años en realidad. Bella y Bestia se conocieron, ocurrió la historia que ya todos conocemos, el castillos, los objetos parlantes, “be our guest”, Gastón se cae de la torre y bla, bla bla. Como sea, luego de su grandiosa boda, en vez de irse de luna de miel y comprar una bonita casa, como la gente normal. Se les ocurrió unificar a todos los reinos, posteriormente fueron elegidos reyes de “los estados unidos de Auradon”, lo sé es un ridículo nombre, en fin, luego encerraron a los villanos, secuaces y prácticamente a toda la gente que no entraba en la vibra de reyes y reinas con sonrisas perfectas y finales felices, dejándolos en un ligar con malas condiciones, sin Wi-fi y sin salida.

Si, no es muy bondadoso de su parte.

Bueno, yo vivía ahí, al ser hija de Abigail Gothel, ya saben la mujer que robo a Rapunzel cuando era una bebé para su propio beneficio, nunca conocí más que esa patética isla.

Después de todo aquí nací, Igual no es ni tan mala, la había recorrido, desde bahía pirata donde el capitán Killian Jones o mejor conocido como capitán Garfio, como prefieran llamarlo, estaba haciendo de niñera por mi adorable hijo Regulus Lynx Gothel, hasta el sendero de la paja dorada, donde probablemente Rumplestilskin estaba no lo sé aterrorizando personas o diciendo cosas sobre tratos.

Aún así, conociendo cada rincón e imponiendo miedo yo de verdad odiaba salir de la torre, sobre todo sin saber donde carajos estaba mi madre, pero Regulus necesitaba más pañales, o bueno, más intentos de pañales.

Al llegar a la “tienda” me atendieron de muy mala gana, igual no importo, eso es muy común aquí, solo quería recoger a mi niño del Jolly Roger e ir a casa.

My Beautiful StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora