Ojos Marrones

Un "Accidente"

El show había terminado, estaba solo en su camerino pues todos sus compañeros y equipo de trabajo estaban festejando el haber terminado una gira con gran éxito, así que nadie podía escuchar nada que proviniera de ese cuarto.

— ¡N-No! ¡RODRIGO PARA YA! — Gritaba el cantante desesperado mientras se encontraba sometido boca abajo en el sillón.

De Paul no podía decir nada, estaba totalmente hundido en aquel olor a café con caramelo que provenía de Sebastián.

Tomó sus pantalones bajandolos con todo y su ropa interior viendo como el colombiano ya estaba totalmente húmedo. — Decís todo eso cuando tu interior reclama por mí Sebitas — dijo burlonamente mientras sacaba su miembro poniéndolo en su entrada metiéndolo lentamente.

Al sentirle el cuerpo de Yatra comenzó a estremecerse, su cabeza estaba hecha un lío y no podía resistirse. —Espe- — no pudo terminar su oración pues Javier la había introducido completamente.

El argentino empezó a moverse algo brusco tocando el punto del cantante varias veces, lo cual hacia que este gimiera fuertemente. - No sólo cantás bonito... — Se agachó llendo a su oido —También tus gemidos son lindos —  Mordió su oreja aspirando más ese aroma dulce proveniente de Sebastián.

— Está demasiado cerca —Yatra había dejado de luchar, sus instintos también le habían ganado, el placer le había invadido su cuerpo por lo que ahora estaba totalmente sumiso ante De Paul.

Sintió las manos del alfa recorrer su cuerpo llegando a sus pezones, todo el calor del momento, más el aroma amargo de Rodrigo hacían que sus deseos de Omega salieran a flote.

—Muerdeme... — suplicó viéndole desde el hombro a De Paul.

El argentino respiro profundamente ese aroma tan peculiar, estaba encantado con él, acarició su nuca con la nariz lamiéndo su cuello, quería hacerlo, todo su ser le decía que ese Omega tenía que ser suyo, pero levantó un poco la mirada y notó un espejo allí frente a ellos, al ver la cara de Sebastián completamente roja y llena de lágrimas se dió cuenta de lo que estaba haciendo, lo cual le hizo tener un momento de lucidez. —No puede ser — aún así seguía batallando con la idea de marcarle, quería a ese Omega para él, pero otra parte sabía que estaba mal, así que un arrebato de locura y confusión tomó el cuello de Yatra mordiendo su propia mano en repetidas ocasiones para tratar de controlarse.

Sebastian aún perdido le miró desde abajo, en sus ojos se veía la tranquilidad de no haber sido mordido. — Gracias... — Dijo a duras penas con una leve sonrisa y lágrimas en el rostro antes de desmayarse.

Pasó poco más de una hora para que retomara la conciencia, el colombiano se despertó con la respiración agitada y el cuerpo aún cálido, abrió los ojos de a poco tratando de reconocer la habitación en la que estaba. — ¿Dónde estoy? — Intentó levantarse pero al hacerlo se cayó al suelo pues estaba aún débil. — Hujoeputa — sus piernas no le respondían bien y sí aroma dulce aún se percibía un poco.

Se escucharon pasos acercarse a la habitación, la puerta se abrió y Sebastián vió a Rodrigo allí frente a él, un poco asustado se hizo para atrás.

— No te asustes... —

Al enfocarle bien la mirada se dió cuenta que estaba con la boca y naríz cubierta.

—Escuché un golpe y me asusté —se acercó algo preocupado — ¿Vos estás bien? —

— S-Si — aún estaba algo tenso ante la presencia del argentino — solo que... Me siento débil ahora —

— Supongo que si... — Rodri se levantó cargando a Yatra poniéndolo de nuevo en la cama.

Un silencio incómodo invadió el cuarto, Sebastián solo lo veía como si quisiera decirle algo, pero era evidente que no lo iba a hacer, así que De Paul tenía que decirle la atrocidad que le hizo.