¿Mío?

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Después de una hermosa noche a lado de Rodrigo, Sebastián se despertó solo en la cama, se acomodó sentandose buscandolo pero era obvio que no estaba en la habitación.

— ¿Se habrá ido? — preguntó en voz baja mientras se ponía de pie viendo que su ropa no estaba por ningún lado, en la cama solo había una playera y unos calzoncillos doblados que aparentemente era de de Paul, así que decidió usarlo pues no había algo más.

Después de vestirse bajó por las escaleras, mientras lo hacía un olor a mantequilla y dulce llegó a su nariz, lo cual hizo que su estómago rugiera.

Parce tengo hambre — Se agarró el estómago llegando a la sala viendo a Rodri cocinar — Te levantaste temprano — sonrió caminando hacia la cocina.

— No queria molestarte — Igual una sonrisa se dibujó en su rostro — A vos le queda muy bien mi ropa — lo tomó de la cintura pegándolo a el.

— Era lo único que había — acercó su rostro dándole un beso.

— Puse tu ropa a lavar — Volvió a besarle en repetidas ocasiones llenandole la cara de éstos— Así que decidí prestarte algo —

Mientras la pareja estaba en ese tierno momento el estómago de Yatra volvió a sonar lo cual hizo que las mejillas del colombiano se tornaran rojas y que el futbolista comenzara a reír.

— No te rías — Sonaba algo apenado mientras se alejaba de él agarrando su estómago — Ayer ya no comí ni cené... —

De Paul seguía riendo mientras se voltaba a la parrilla sacando los hotcakes del sartén poniéndolos en un plato con los demás — Lo Siento — Calmo su risa  — Es que no esperaba eso — apagó la estufa y se volteo con los platillos en las manos — Vos sentáte, ya está el desayuno —

— Eres malo — se volteó llendo al comedor tomando asiento.

El argentino puso la comida frente a él — Hice café y de hecho es colombiano porque ese es mi favorito— le guiño el ojo sentandose también.

— Es el mejor del mundo — Tomó la taza sirviéndose, el ambiente era tan tranquilo, algo que no había sentado desde hace tiempo debido a su trabajo.

Ambos desayunaron, realmente parecían una pareja enamorada, hablaron de muchísimos temas sin tanta relevancia, pero el estar juntos era lo verdaderamente importante.

Después de terminar su comida los dos regresaron al piso de arriba para tomar una ducha, ambos entraron para supuestamente ahorrar tiempo, pero este no fue el caso, sino todo lo contrario.

Se escuchaban los gemidos de Sebastián junto al salpicar del agua de la tina — Ah... Rodrigo — Sintió la lengua del alfa recorrer lentamente su cuello subiendo por su barbilla hasta llegar a su boca fundiendo sus labios en un apasionado beso.

Mordió su labio inferior viendo como Yatra hacia una hermosa cara mientras era penetrado por él — Tu cara exitada me encanta — lo tomó de los muslos ayudándolo a moverse lentamente.

Está muy profundo — se hizo un poco para atrás recargandose en la pared dejando relucir su cuerpo siendo penetrado por De Paul.

Esto hizo que el Alfa se excitara aún más dejando salir sus feromonas mientras aumentaba la velocidad en sus embestidas.

—Vente... Vente dentro de mi — Con esas palabras Sebastián llegó al orgasmo contrayendo su abdomen.

Rodrigo lo tomó de la cintura pegándolo de nuevo a su cuerpo para poder llegar aún más adentro.

— Haré lo que vos quiera — mordió su oreja y bajó las manos las caderas del Omega empujandolo hacia abajo viniéndose llenando por completo el interior de Sebas.

Ojos MarronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora