Capítulo 3

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Una ligera molestia en la cabeza le hizo despertar y abrir los ojos, el cuarto ya no era el de antes y cuando a lo lejos vio la sombra de Jimin en la cocina, supo que había vuelto de aquel extraño viaje astral.

Trató de levantarse de la cama teniendo una sensación rara en su cuerpo, hormigueo y cierta debilidad; el crujir de la cama alertó a Jimin quien rápidamente ingresó en la habitación y le insistió a Taehyung de seguir acostado un par de minutos más.

— ¿Regresaste temprano?

— Si, y vaya que me has metido tremendo susto, llego y lo primero que veo es un cuerpo a mitad de la cocina inconsciente — volteó a ver al gato que había dado un salto para subirse a la cama — bueno y a él también dormido a un lado tuyo, haciéndote compañía al parecer.

Jimin miró de mala manera al gato, no le agradaban demasiado los felinos en ninguno de sus tamaños; a pesar de eso toleraba al pequeño de color blanco por ser de su prometido y como fuera, le agarraba cariño a ratos. El rubio le insistió a Taehyung que se quedara acostado y que descansara hasta que su fiebre disminuyera, y así lo hizo pues en unos minutos quedó dormido estando acurrucado con su pequeño felino.

Cerca de la medianoche, el silencio reinaba en la vivienda; se podía sentir la paz y la tranquilidad. Taehyung despertó sin problemas esta vez, se sentía sucio puesto que el rato que había dormido su cuerpo había sudado y desprendido toda la fiebre que había en su cuerpo. Resoplando se aseguró que su prometido estuviera dormido y sin hacer mucho ruido ni movimiento se levantó de la cama para ir al baño a darse una ducha. Mientras se bañaba, en lo único que podía pensar era en aquel sueño, y pensaba si tan siquiera había sido uno.

Salió del baño ya vestido en una camiseta blanca y unos pantalones de seda negra; aún con la sensación del cuerpo pesado caminó a la cocina y se sirvió agua del dispensador del refrigerador.  Su mente vagaba por las escenas tan vívidas que había tenido, ¿un sueño lúcido? Era una probabilidad pues estaba plenamente consciente de lo que hacía y lo que pensaba, algo que le habría ayudado a identificarlo hubiera sido un reloj, aunque claro ¿quién iba a tener un reloj analógico o un smartwatch en lo que parecía ser el siglo XV-XVI?

Entre cada pensamiento nuevo que llegaba a su cabeza tomaba un trago de agua como si lavara la losa de su cerebro para poder permitir el espacio a un nuevo pensamiento. Entre sus preguntas por este raro mundo o visión que había tenido estaba el extraño aparecer de un Jimin de cabello negro que le había asegurado ser su amante; la conclusión era obvia en su cabeza y es que en ese mundo, él estaba casado.

— ¿Pero quién será mi esposo? — no pudo evitar preguntarlo al aire como si las respuestas fueran a llegar por arte de magia.
— Tu esposo seré yo — Jimin envolvió a Taehyung en un cálido abrazo por la espalda rodeando su cintura y descansando las manos sobre su abdomen. — Estas emocionado por que sea tu esposo, ¿verdad?

Si bien ahora eran prometidos, Taehyung sentía que era demasiado pronto para darle ese término a Jimin.

— Si, Jimin ¿Qué haces fuera de la cama? — quería evitar a toda costa aquel tema.
— El sonido del agua y las luces de la cocina me despertaron, como no volvías decidí venir por ti.

Ambos solo se sonrieron y cuando el rubio se separó del castaño, tomó su mano para atraerlo hacia él y así llevarlo nuevamente a la habitación.

Esa noche no tuvo ningún sueño, pudo descansar plenamente, libre de cualquier fantasía.

A la mañana siguiente, cuando despertó y pasó la mano por su costado descubrió que no había nadie más que un trozo de papel con unas palabras escritas. Al parecer su prometido había tenido una emergencia en el trabajo y tuvo que ir mucho más temprano de lo normal. Tomó los lentes de la mesita de noche y al colocarselos logró ver a su gato adentrarse en la habitación, lo tomó entre sus manos y lo recostó en el lado vacío de la cama aprovechando que Jimin no estaba y no lo bajaría debido a su poca tolerancia hacia el felino.

Se levantó minutos después, su mañana había comenzado normal al contrario del día anterior. Caminó a la cocina para hacerse un desayuno ligero: avena y fruta. Mientras comía abrió su laptop y siguió escribiendo uno de los capítulos de su próximo libro, había prometido entregar a su público una nueva historia de fantasía. Pasó un par de horas sentado en el comedor de la cocina, su cabeza estaba vacía y las ideas no fluían, apuradamente había logrado escribir un par de hojas y la fecha límite para entregarlo a la editorial estaba a la vuelta de la esquina.

Mientras veía al reloj de su dispositivo, sintió como si hubiesen tirado sobre él un balde de agua fría; ya tenía la solución para su escasez creativa: el sueño al que había sido transportado. Se levantó de un golpe de la silla haciendo escándalo, si iba a estar viajando o teniendo ese tipo de sueños lúcidos, ¿por qué no aprovecharlo?

No planeaba quedarse tirado nuevamente en el piso de la cocina, así que entró a la habitación y se acostó junto a su gato que ahora se encontraba dormido. Trataba de conciliar un poco de sueño, pero tenía los ojos más abiertos que un búho; comenzaba a rendirse pensando en que tal vez había sido una mala idea, incluso pensaba si lograría continuar el hilo del sueño. Finalmente cuando ya se había decido por levantarse de la cama, sintió una gran pesadez en su cuerpo haciendo difícil cualquier movimiento; sus párpados empezaban a cerrarse y cuando sintió un leve pitido en el oído supo que estaba a punto de experimentar lo mismo del día anterior.

Cuando abrió los ojos, se encontraba sentado en un comedor bastante lujoso ambientado con candelabros que colgaban del techo y algunas lámparas en las paredes a base de velas, habían varios platos algunos aún con comida y otros vacíos, tenía en sus manos cubiertos; había logrado regresar al sueño.

Dejó los cubiertos a un lado y dejó que los sirvientes retiraran los platos que estaban frente a él. Sentía una mirada penetrante sobre él y aunque quiso voltear hacia los lados una voz demandante lo detuvo.

— Taehyung, ¿sigues teniendo esos sueños extraños? — escuchaba el chocar de los cubiertos, al parecer la otra persona seguía comiendo.
— Si, me confunden demasiado y estropean mis labores diarias — dio una respuesta sincera.
— Parece que también te atrofian el cerebro, se te olvida que debes dirigirte a mi como 'Su Alteza'

Taehyung solo mantuvo la mirada al frente, clavado viendo el bailar del fuego en una de las velas que estaban en la mesa. Sentía que sus orejas ardían por el enojo y la vergüenza que estaba sintiendo, se quedó en silencio pues si abría la boca para protestar seguramente le contarían el cuello por levantar la voz a la autoridad.

— Permiso para retirarme — apenas pudo decir entre dientes pero lo suficientemente fuerte para que el contrario lo escuchara, se levantó de su asiento no sin antes dar un vistazo de reojo al chico arrogante del cual solo pudo ver su cabello azabache y sobre su cabeza posaba una corona dorada.
— Su Majestad, por aquí — Jungkook había aparecido de uno de los rincones del gran comedor y no dudó en colocarse a un lado del castaño para luego guiarlo hacia la salida del lugar.

Cuando salió al pasillo presionó el puente de su nariz y largó un pesado suspiro, el ambiente después de haberse dirigido a aquél hombre se había tornado pesado y con tan sólo unas palabras por parte de él había logrado perder los estribos y por un momento comenzaba a dudar de si su plan de vivir la experiencia de un mundo medieval para la escritura de su libro había sido una buena idea. Jungkook le calmó dando leves palmadas en su espalda, para ser alguien menor lograba comprender lo suficiente sus sentimientos, ahora se sentía... acompañado y un extraño sentimiento de alegría se expandió por su pecho.

— Majestad, me parece que se ve algo tenso... puedo sugerirle un paseo por los jardines, dicen que estar al aire libre tranquiliza el alma. — el menor caminaba junto al castaño sin estar muy cerca pero dándole su espacio.
— Está bien, aceptaré tu sugerencia.

Ambos caminaron por el inmenso pasillo saludando a los guardias que se inclinaban ante Taehyung hasta la entrada del castillo llegando al comienzo de los laberintos florales.

— Si necesita algo, puede llamarme, le dejaré sólo para no molestarle.
— No, joven Jungkook... me preguntaba si quisiera ¿acompañarme? — Taehyung le tomó por el hombro y bajó la mirada al suelo, se sentía algo apenado por hacer tal pedido.
— ¡Claro! Es decir — Jungkook aclaró su voz — Con gusto le haré compañía.

Ambos se sonrieron y comenzaron su paseo en silencio por el camino de los tulipanes rosados. Taehyung estaba a gusto con su compañero, estaba feliz pues en su realidad no tenía a nadie con quien pasar un rato en silencio o alguien con quien admirar los pequeños detalles de la vida y fue algo que Jungkook sin pensarlo le había ofrecido.

Royal Mate | Taegi AU | EN HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora