Royal Mate | Taegi AU | EN HIATUS

Capítulo 4

El sol brillaba sobre ambos jóvenes, la brisa era fresca y el aroma de las flores inundaba el exterior. Taehyung estaba en paz y en armonía con el hermoso escenario que tenía frente a sus ojos.

—Majestad, ¿le gustaría ver mi propia zona privada? —Jungkook parecía haber tomado el atrevimiento de decir aquellas palabras pues las había soltado de manera rápida.
—¿Te refieres a una especie de guarida dentro del castillo?
—No exactamente, es a las orillas de los jardines donde casi nadie va —Taehyung asintió con la cabeza para darle una respuesta afirmativa —¡Bien! Es por aquí —el menor tomó al castaño del brazo y lo jaló para llevarlo por un camino de tierra entre unos arbustos descuidados a los cuales les faltaba un buen arreglo.

Pronto se asomó un árbol de grandes ramas, de una de ellas colgaba un par de sogas en las cuales había un trozo rectangular de madera atado. Al otro lado del árbol habían un par de mantas y lo que parecían cortinas viejas extendidas en el pasto y sobre ellas algunos cojines cosidos con retazos de tela que habían sobrado de algún sitio. Era un lugar bastante agradable, Taehyung se acercó al columpio que había armado Jungkook y se sentó en él para mecerse.

—Vaya, no me imaginaba que había un espacio así en los jardines
—No es mucho, pero al menos cuando necesito un tiempo para mí solo, cuando necesito que mi alma encuentre un poco de paz vengo aquí a escribir o a cantar, a veces pintar... lo que necesite hacer en ese momento —el joven se sentó encima de la manta y seguido de ello se acostó dejando su cabeza sobre uno de los cojines.

Taehyung apreciaba la sencillez y lo cálido del sitio, nunca se le habría ocurrido que con cosas tan simples de conseguir se pudiera hacer un lugar o un refugio para el alma. Pasó varios minutos disfrutando de la brisa del atardecer, el aire comenzaba a sentirse frío y a pesar de ello el sol seguía alumbrando; el cielo comenzaba a tomar un leve color anaranjado y con eso supo que probablemente ya era hora de volver adentro. Cuando se levantó y volteó a ver a su acompañante lo descubrió durmiendo con la boca ligeramente abierta, decidió no despertarlo y salió del rincón siguiendo el camino de tierra.

Conforme se iba acercando al castillo alcanzó a escuchar una suave melodía que parecía ser proveniente de un piano. Su curiosidad le pedía investigar de dónde venía pero su sentido común le decía que probablemente no tenía que entrometerse, entró al castillo por la puerta principal siendo saludado nuevamente por los guardias, la melodía se hacía cada vez más fuerte. De manera disimulada caminó por el pasillo derecho el cual llevaba a un par de salas más, la música se volvía más fuerte, a veces rápida y desesperada, a veces lenta y calmada. Se posicionó frente a una de las puertas que se encontraban entreabiertas y echó un vistazo a lo que había dentro de ella; apuradamente veía la espalda de alguien quien portaba una capa roja y que su cabello era negro, de la manera más silenciosa que pudo abrió un poco más la puerta, lo suficiente para poder entrar.

El crujir de la madera de la puerta fue silenciado por el piano, Taehyung estaba admirando a la persona frente a sus ojos. Se recargó con la espalda en la pared, analizaba los movimientos del chico tan majestuoso. Tenía un concierto frente a sus ojos y en primera fila, le fascinaba la destreza con la que el contrario manejaba las teclas del piano.

—¡Su Majestad! ¿Qué hace aquí? —Jungkook había visto la puerta entreabierta y cuando vio la silueta de Taehyung entró en pánico y no pudo evitar gritarle.

La melodía fue interrumpida y todas las notas saltaron en desorden asustando a Taehyung y a Jungkook. El pianista se levantó de golpe del asiento y se volteó para enfrentar a ambos chicos; Taehyung estaba en trance, no sentía ninguna extremidad y al ver el rostro del músico no pudo más que quedarse en silencio y admirar el rostro que estaba frente a él: unos lindos ojos gatunos rasgados que gritaban una especie de enojo apasionado, la piel pálida adornada con un leve rosa por las mejillas del chico.

—Salgan de aquí —el chico apretó el puente de su nariz y cerró los ojos con fuerza tratando de recuperar su compostura —¡Ahora!

Jungkook agarró el brazo de Taehyung y lo jaló afuera de la sala, ambos con el corazón latiendo con fuerza de haber enfrentado al rey de aquella manera. Mientras caminaban las notas musicales volvieron a sonar solo que cada vez más suaves, como la calma después de la tormenta.

Ambos caminaron hasta la habitación de Taehyung, el castaño solo pudo caminar hasta su cama y dejarse caer sobre ella mientras que el más joven sacudía sus manos y caminaba de un lado a otro. El ambiente era tenso entre ambos y eso ponía nervioso a Taehyung, el error que había cometido de entrar a esa habitación le estaba comiendo los nervios y cada vez se le hacía más difícil poder controlar su respiración, los latidos de su corazón iban demasiado rápido; estaba teniendo un ataque de pánico.

—¿Majestad? ¿Está bien? —Jungkook al ver el comportamiento de Taehyung se preocupó, se acercó a él y al verlo en ese estado no dudó en tomar sus manos para levantarlo- Vamos Majestad, respire conmigo.

Taehyung veía a Jungkook respirar y lo hacía con él, poco a poco se fue calmando y cuando se sintió mejor soltó un gran suspiro relajando así su cuerpo. Le dio una sonrisa al menor y volvió a sentarse en la cama.

—Gracias —pasó una mano por su cabello, calmando así todo su ser y recobrando la postura.

—¿Qué hacía en esa habitación majestad? Nadie entra ahí sin el permiso del rey, cuando el piano suena nadie debe interrumpir la sesión del rey.

Taehyung no entendía bien lo que había sucedido, la melodía era hermosa como para ser ignorada. Como si fuera parte de sus memorias, una imagen vívida de el rey pasó por su mente, en donde había una terrible discusión entre él y el rey. Un fuerte dolor de cabeza se hizo presente, colocó la mano en su frente y frunció el entrecejo, Jungkook, su acompañante, volvió a estar a su lado, sin saber que Taehyung había cambiado algo en el destino de aquel misterioso y nuevo mundo.