//CUATRO// = Lágrima de Fénix

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- ¿Estás segura mamá? - pregunto muy serio un chico atractivo

- más que segura hijo mío. Debo de enfrentarme a ellas aún que signifique salir lastimada, solo la sangre de esa tipa podrá sanar a tu padre - la mujer miraba sería al chico, aún que por dentro estaba preocupada, sabía que meterse en territorio demoníaco es peligroso, peor aún sabiendo que la guardia de este se a triplicado por su aparición de hace un mes

- entonces te acompañaré, no dejaré que vallas sola sabiendo que si están todos podrías morir - dijo el chico más que decidido, la bella mujer solamente le sonrió y le dijo que estaba bien

- espérame cariño, pronto despertarás y podremos empezar nuestra vida - ella se acercó a la camilla de Issei, lo que le dijo hizo sonreír al chico, definitivamente ella amaba a su papá

- bien, vamos - dijo ella sería mientras creaba un círculo de transporte hacia el territorio Phoenix, esto se cataloga como suicidio por lo peligroso que se pondra

∆∆∆∆∆∆∆ Territorio Phoenix ∆∆∆∆∆∆∆∆

En una de las habitaciones de dicho castillo se encontraba una bella joven que ya podría considerarse una adulta debido a que por su desaparición de más de 10 años termino de crecer un poco

- Issei - dijo ella levemente mientras sostenía un pequeño peluche del Emperador rojo, dicho peluche ella misma confecciono, no solo ese si no también uno de Issei, solo que ese fue robado, aún no sabía por quién pero estaba más que segura que lo descubriría tarde o temprano ya que cuando volvió y lo busco no estaba

Ella interrogó a todo el personal, incluso amenazó a varios por no decir que a las empleadas, ella pedía que le fuera devuelto su peluche, sin embargo no quería decir cómo era, solo decía que faltaba un peluche y el que lo tomo debía de devolverlo

La matriarca Phoenix al ver esto intento ayudar pero a Ravel le daba mucha pena el confesar que tenía un peluche de Issei más cuando ella lo confecciono

El sonido de la puerta fue lo que la trajo de nuevo a la realidad, ella con expresión no muy emocionada pregunto quién era

- ¿Quien es?, No deseo ver a nadie - dijo ella sería, aún que más decaída

- soy yo, voy a pasar cariño - dijo Leydi Phoenix después de entrar a lo que Ravel solamente se tapo la cara con su almohada intentando evitar a su madre

- retirate mamá, por favor - pidió ella amablemente aún que no estaba segura que ella le obedeciera

- ¿Esto buscabas? - pregunto ella ignorando por completo su petición a lo que Ravel solamente pudo suspirar derrotada, sin embargo vio lo que su madre le traía a enseñar

Al momento de levantar la almohada de su cara y poder ver a su madre frente a ella sosteniendo el peluche que tanto buscaba su rostro se torno tan rojo como el cabello de Rías, en un rápido movimiento le arrebato el peluche de las manos a ella y lo oculto debajo de la almohada intentando disimular su gran sonrojo

- s si - dijo ella nerviosa

- fu, fu, - rio con gracia al ver la reacción de su hija menor, Ravel solamente se sonrojo más, por si fuera posible

- ¡gracias!, ¡ya vete! - agradeció y pidio ella rápidamente ya que no soportaba más su vergüenza

- encuentro tu obra de arte y ¿así me agradeces? - reprochó la dama mientras tomaba asiento al lado de su hija, Ravel no dijo o hizo algo más, pedirle algo a su madre es como pedirle a un bicho que hable, sería casi imposible

- no es mi obra de arte - dijo ella intentando disimular su vergüenza

- claro que sí, se que tu lo confeccionaste por eso pedías tanto consejo a tu abuela. ¿Cómo estás? - de un momento a otro cambio de tema, algo que extraño mucho a Ravel

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