Capítulo 3

26 5 5
                                    

«No sé por qué extraño motivo, empecé a llorar, y así, me dormí.»

A la mañana siguiente mi madre me despertó diciéndome:

—¡Mateooooo! ¡Despierta o vas a perder el bus!

Me levanté con desgana, me puse lo primero que encontré en el armario y desayuné un vaso de leche.

Mi madre me había dado el billete con el número de bus y la hora que salía.

Fui corriendo a la estación de autobuses, pues en ese momento vi que el vehículo que necesitaba, había llegado ya. Puse la mochila en él, y me subí. No había mucho sitio.

Todo eran adolescentes, más o menos de mi edad. Encontré un lugar libre al lado de una chica. Era bastante guapa, la verdad. Tenía los ojos medio marrones, medio verdes, el pelo marrón y corto y unos labios carnosos que formaban una sonrisa. Su nariz era pequeñita, y estaba rodeada de pecas, lo que la hacía adorable a ojos humanos. Al estar sentada, no pude ver si era alta o bajita.

"¿Por qué piensas en eso ahora, Mateo? TIENES NOVIA"

"No tienes novia, te dejó por tu mejor amigo" Replicó mi subconsciente.

"No te dejó, te engañó y tú directamente la bloqueaste"

"¡Mateo para de pensar en esas cosaaaaaas!"

Últimamente, ya no tenía ni el control de lo que pasaba por mi cabeza.

—Perdón... Mmmh... ¿Me puedo sentar?— pregunté

— Claro— Respondió.

Ella estaba al lado de la ventana, así que solo tuve que sentarme sin tener que hacer maniobras para pasar, jaja (rio para no llorar).
Me senté, y en cuanto mi culo tocó el asiento, me dormí. No me juzguéis, eran las 6 de la mañana y no podía ni con mi alma.
Me desperté y miré el reloj. ¡Solo habían pasado 10 minutos!

—¿Cómo te llamas?-Le pregunté a la chica. No la había visto en mi vida.

—Me llamo Beatriz, pero puedes llamarme Bea... ¿Y tú qué? ¿Cuál es tu nombre?

—Mateo.

—Guay, me gusta ese nombre.

—A mí me gusta también el tuyo.

—¿De verdad? ¡Pero si es horroroso!

—¡¿Qué?! ¡No! ¿Qué dices? ¡Si es precioso!

—Lo que tú digas...

—¿De dónde eres?-Le pregunté, cambiando de tema. Yo podía ser muy terco y estar hablando de este tema todo el viaje.

—Pues mira, es complicado. Nací en Londres, pero cuando tenía dos años nos mudamos a California por el trabajo de mi padre. Luego lo mandaron a Suiza, después a Polonia y ahora aquí. No sé decir de dónde soy, después de vivir por todo el mundo. Además, me está costando mucho terminar de aprender español, pero hago lo que puedo.

—¡Increíble! O sea que puedes hablar inglés, polaco, español y...

—En Suiza aprendí francés e italiano, correcto.

—Pues yo español y de inglés poco más que HELLO.

-Jaja, ¡pues si quieres te enseño! Aún quedan dos horas y media de viaje.

—¡Me vale! Después de lo que me pasó con mi novia... bueno, exnovia, cualquier cosa que me diga una chica bonita como tú... ¡Mierda!— Ya vuelven a presentarse las frases que no controlo y se escapan. La he cagado.

—¿De verdad te parezco bonita? ¿Qué pasó con tu ex?

...

¿Quién diría..?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora