Me deslicé detrás de mi puerta y suspiré. La verdad no esperaba esa reacción de Will pero bueno, estaba borracho.
Miré fijamente el cuadro de toda nuestras familias, de su gran amistad y trataba de mantenerme en calma aunque costase un buen rato.
Como alguien que odiaba tanto conseguía que aunque lo odiase no podía de pensar en él.
Maldita subconsciente, te odio.♡♡♡
— Estas muy callada chiquita, ¿pasa algo? —
— No —
— Y seca incluso — intervino mi amiga.
— Mal despertar —
— Siempre tienes — dijeron al unísono mientras Taylor Swift inundaba nuestros oídos.
— Los quiero mucho y me encanta que se preocupen por mi pero, no me pasa nada — en mi campo de visión apareció Will y me quede helada.
— Efectivamente no me pasa nada se resuelve en que hay algo con Will —
— Uy Will, cuéntanos más —
— ¡Silencio! — me baje del coche sin que ellos hubieran aparcado incluso y fui a mi primera clase —
En el camino de llegada intenté ir lo más rápido posible para que mi querido vecino no quisiera encontrarme, aguantarlo en clase iba q ser otra cosa diferente pero no quería que me acompañase por el camino. Llegué a mi destino, mucho antes de la hora y suspiré antes de abrir mi cuadernillo de pintura.
— ¿Sophie? — ahí estaba nuestro querido Will mirándome fijamente. Me quedé helada ante su presencia y por su mirada supe que no recordaba lo sucedido la noche del sábado. Le miré sus ojos negros azabache que siempre me habían llamado la atención.
Pero la verdadera pregunta era, ¿como había llegado antes que yo?
— William, que pronto tú por aquí — intenté no sonar nerviosa pero fue casi imposible.
— Te estaba buscando — oh no —. Quería hablar contigo — oh no.
— Dirás pues — me temblaban las piernas y rápidamente cerré mi cuadernillo mientras se acercaba.
— ¿Por qué siempre quieres ocultar tu talento? —
— ¿Perdona? —
— Lo digo porque nunca me dejas ver ese cuadernillo de ahí — suspiró —. Si nadie lo ve no podemos comprobar... — sonó el timbre y se sentó a mi lado. Le miré fijamente para que supiera que podía continuar pero ya cada alumno ocupaba su asiento y la clase había comenzado. Esta vez no fui muy salvada por la campana...Me pasé la clase en mis pensamientos, muchas veces tuve que obligarme a prestar atención pero fue casi imposible, ¿qué era lo que quería hablar conmigo? Suspiraba mientras miraba la arruga en la camisa del señor Cam que al respirar parecía una cara sonriente.
Cuando todos abandonaron el aula me enteré rápidamente porque mi maravilloso compi de asiento suspiró a mi lado. Pegue un pequeño brinco y él soltó una larga carcajada.
— No eres más mona porque no puedes — su comentario me tomó de sopetón y se alejó lentamente dejándome absorta en mis pensamientos hasta que los alumnos de la siguiente clase casi me echaron con la mirada.♡♡♡
Las clases pasaron lentamente mientras mordía el último lápiz que quedaba libre e intentaba atender al maestro pero no podía parar de pensar en él. En toda nuestra vida, en todo nuestro camino, que habíamos acabado en este rollo extraño cuando una vez acordamos no entrometernos en cada una de nuestras vida.
Estaba tan cansada de vivir allí. Llevaba tan solo tres años y extrañaba el olor a galletas recién horneadas de la abuela y cualquier cosa que oliera algo que no fuera las intensas fábricas que emitían un olor nauseabundo.
Eso en Australia no pasaba, allí la vida era mejor, aparte de más limpia, era más nuestro rollo, no ese rollo pijo y rico q mis padres creían tener.
Bufaba en la quinienta cena que hacía la empresa ese mes mientras estaba sentada en una pila de sillas. Miraba a todos a lo lejos, derrochando felicidad, derrochando ser alguien que no eran.
Todos compartimos la misma vida pero cada uno tenía su forma de vivirla. Cada uno poseía sus propios problemas y su propia forma de llevarlos. Algunos solo fingían mientras otros solo los dejaban ver.
En mi caso era el segundo, odiaba esa fiesta, odiaba ese vestido y sobretodo odiaba la forma en que mis padres no eran igual que yo.
Intente escapar de allí sin que nadie me notara pero un molesto niño que solo me sacaba medio centímetro me seguía en completo silencio.
El jardín a donde había llegado sin ni si quiera pararme a pensar en si me perdería era precioso y había un pequeño columpio colgado de las hileras del árbol. Me senté allí suspirando mientras me impulsaba y dejaba que abandonara lentamente el suelo y elevara un poco más haciendo que mi barriga emitiera unas maripositas de adrenalina hasta que le oí.
— Hola — dijo con su voz timida haciendo que me parase en seco.
Bufé mientras él me miraba sorprendida, sabía perfectamente que no quería hablar con él a ninguna hora del día pero esta vez, ¿lo de seguirme? Había pasado ya la raya.
— ¿William como puedo hacer para que me dejes de una vez en paz? — mis palabras hicieron que su carita cambiase radicalmente y me dedicase una mirada triste, lo compadecía pero no quería adaptarme a un sitio que abandonaría a lo largo del tiempo. Le dediqué una mirada que quitaran su cara triste pero fue imposible, bajó la cabeza y no quiso esbozar ninguna palabra —. Seguiremos aparentando para nuestras familias pero nunca nos entrometamos en la vida del otro, ¿entendido? — dudó un rato en asentir pero finalmente lo hizo y abandoné el hermoso sitio donde quizás había roto el corazón de un chico que solo quería que me adaptase al lugar o alguien que quizás quería ser mi amigo de verdad. Me dio pena dejarle tan triste pero el miedo me apoderaba cada parte de mi cuerpo...— ¿Señorita Taylor? — mi profesora esperaba lentamente mi respuesta pero no la había escuchado en absoluto, me limité a sonreírle para que pasara a otra persona. Ella suspiró y pasó de mi cara para fijarse en la de mi amiga. Ella responde perfectamente pero ella no le hace mucho caso a la profe ya que con una mirada entiende que es mejor preguntarme después.
♡♡♡
Por fin acaban las clases y llega el deseado fin de semana. Esbocé una sonrisa al salir de la ultima clase, las dos ultimas semanas habían sido la mar de complicadas y necesitaba tiempo en casa a solas, mis padres seguían en el viaje pero algo me decía que no iba nada bien.
Me subí al coche con mis dos únicos amigos, antes de que pudieran empezar con el interrogatorio me senté atrás y dejé que el sueño me venciera.
Sentí el coche detenerse delante de mi casa y por inercia fui a bajarme pero mi amigo me detuvo.
— ¿Y nosotros? — mire a mi alrededor, era "viernes de comida rápida", me rasqué los ojos mientras veía el increíble McDonald's que reposaba al lado de mi asiento.
— Vamos — esbocé un gran bostezo que hizo que mis amigos se rieran mientras bajaban del coche.
Desde que conocimos a Sasha se ha vuelto tradición "el viernes de comida rápida" o como a mis padres les gustaba llamarlo "el viernes guarro" consistía en comer comida rápida y pasar la noche y el día juntos. Era una pequeña tradición que habíamos bautizado los tres. Al llegar a mi casa me desplome en el sofá mientras mis amigos, que conocían a la perfección donde se encontraban cada uno de los cubiertos.
— Como llevas semanas rara hemos decidido hacerla en tu casa cosita — dijo Kev mientras me miraba con esa mirada de "todo estará bien" que pocos entenderán... ni Sasha la entendía.
Suspiré me senté en la mesa mientras me servían mi hamburguesa, una Big Mac doble, mi favorita.
Odiaba que me conocieran tan bien y me aterraba a la misma vez.
— Tu signo se encuentra en el puesto número 10, normal que lleves una semana horrible — pronunció mi amiga conocida como la loca del zodíaco. Era virgo pero casi nunca me fijaba en eso, pero si que me sabía perfectamente el signo de casi todas las personas que me rodean.
— ¿Y el mío en qué puesto está? — esbozó mi amigo muy feliz que poco a poco entraba en el mundillo de Sasha.
— Mi gran cangrejo me alcanzas en la casilla solo por dos puntos, estás en el puesto 4 mientras que yo en el 2. La pequeña libra te va ganando — mi amigo bufó y luego empezaron a pelear sobre cual era el mejor signo mientras que yo devoraba mis nuggets.
Al ver que la tensión se iba acortando se acordaron de que estaba allí y ambos volvieron a ponerse de acuerdo.
— Y bueno pequeña puedes explicarnos que te ha pasado desde la llegada de Will a tu vida — contemplé a mis amigos con miedo. Miedo a decirles todo. Miedo a que admitiera el desliz que ha pasado entre ambos y que el ni recuerda.
Pero quizás es el miedo que me ha invadido tanto que no me deja ni pensar cuando las palabras empiezan a salir solas como si de un volcán se tratasen. Y no hay quien vuelva a apagarlo, nunca.♡♡♡
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El quinto piso
Novela JuvenilNunca pensé que subir al quinto piso me haría sentir tan viva y tampoco pensé que ese sentimiento fue ocasionado por el tonto de mi vecino pero ahí estábamos. Nuestra historia comienza así...