[𝐿𝑎 𝐹𝑒𝑙𝑖𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑆𝑜𝑙𝑜 𝑆𝑒 𝐸𝑛𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 𝐶𝑜𝑛𝑡𝑖𝑔𝑜] ❀

Tu cabeza en mi hombro

~ Mi más hermoso recuerdo♡

De: Tú novio.

Para: Mi hermosa novia.

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Esta tarde tan hermosa como tú, me ha hecho recordar el día en el que te declaré mis sentimientos amor mío.

Espero y puedas leer esta carta en algún momento de tu ocupado día.

Aquella tarde cerca de las 6 de la tarde, fuimos juntos a ver el anochecer.

Ya que tu estabas apunto de irte a otro país a estudiar.

Lo cual me llenó mucho de miedo al saber que te ibas.

Y finalmente que no te iba a poder  declarar mis sentimientos.

Así que me llené de valor y te invité a salir por última vez en tu tiempo de estancia aquí.

(Pero ahora en plan de declararte mis sentimientos).

Mientras iba de camino a verte.

Recuerdo que iba memorizando cada una de las palabras que tenía preparadas para abrirte mi corazón cuando llegara el momento.

Así que poco a poco llegué a las afueras de tu hogar y me dispuse a tocar el timbre avisando que ya estaba ahí.

Cuando de repente, saliste.

~ Tan bella como la noche. ~

~ Hermosa como un lirio. ~

~ Acompañada de un deslumbrante atuendo que te hacía verte como la mejor mujer que el mundo haya tenido y tenga viva. ~

Tu aroma a lavanda llenó mis fosas nasales en ese momento y me hizo calmar tales nervios que me estaban abrumando.

Mientras iniciaba a soñar despierto contigo amor mio.

Hasta que escuché tu melodiosa voz.

-  Naruto-Kun. -

Me hablaste en un saludo.

Mis pies regresaron a la tierra y me dispuse a tomarte la mano muy atrevidamente.

Mientras te veía a tus gloriosos ojitos llenos de alegría y te recitaba unas palabras.

-  Hinata, te ves tan hermosa que siento que aquí voy a quedar muerto.  -

Aún sé, que no fueron la mejor elección de palabras para la ocasión.

Pero dio el resultado a que tú me miraras y corrieras a abrazarme con tu hermoso sonrojo.

Mientras en un tono de voz muy bajo me respondiste:

-  Tonto, deja de decir eso, aún no te puedes morir.  -

Sentí que casi caía desmayado.

Pero no iba a ser así.

Tenía que ser fuerte para que tú, mi bella dama no te dieras cuenta de mis horribles nervios.

Dando a consecuencia que te respondiera en un trabalenguas tanto mental como vocal.

-  Claro que sí Hinata, hoy te ves más hermosa, claro, no es que no seas hermosa ya, si no que tú er-.

Me cortaste las palabras cuando me miraste a los ojos con una expresión de interés acompañada de un hermoso puchero y me comentaste.

-  Oye, ¿qué tienes?  -