Posesivo [Dekubaku] {+16}✅

Capítulo Veintinueve.

Mayu.

Seguí a Izuku hasta una caberna llena de agua, en el centro se encontraba un pozo de agua lo suficientemente profundo para sumergirte si te acostabas.

—Creí que me llevarías al plano espiritual — le comenté al ver alrededor.

—Tenemos prohibido llevar humanos al plano espiritual — me miró con ojos tristes y a decir verdad estoy harta de esas miradas.

—¿Ella vendrá? — cuestione y el negó —¿Entonces?

—Tu debes ir a ella — se metió al agua y está le llegó a la pantorrilla — Ven — me extendió la mano y la acepte matiendome con el solo que a mi me llego a los muslos.

Izuku me hizo incarme lentamente para luego insitarme a recostarme, conforme lo hacía el agua llegó debajo de mi pecho, Izuku corto su muñeca lo suficiente para sangrar pero no desangrarse y me ofreció beberla,la magia de sangre es peligrosa pero en este momento debo aceptar cualquier riesgo con tal de ganar, acepte la sangre y Izuku cerró mis ojos.

—No acepte más de lo que pueda manejar — dijo y solo trague, poco a poco comenzó a hundirme y tome aire antes de que el agua me cubriera por completo.

Me levante dejándome respirar nuevamente pero ahora ya no estaba en le cueva, tampoco estaba Izuku solo era un lugar oscuro lleno de agua, agua donde me encontraba sentada, me levante mirando alrededor buscando a la persona que me pidió mi asistencia.

—¿Qué haces aquí? — una voz femenina sono a mis espaldas haciendome voltear y ver a una hermosa mujer de cabellos rojizos y cuernos intimidantes asomándose entre este.

—Tu fuiste la que me mando a llamar — mire su largo vestido negro que parecía no mojarse es más parecía que ella caminaba sobre el agua.

—Dudo mucho que acudieras a mi llamado solo por que te lo pedí —camino hasta que se acero lo suficientemente a mi — ¿Qué haces aquí? — volvió a preguntar.

Medite un momento su pregunta, tenia razón no habría acudido solo por que era ella pero también habia una razón por la que no hubiera venido y era por que el me lo impediría, pero ya no está aquí.

—Quiero que me prestes tu poder — demande y ella sonrió.

—¿Por qué? — formuló una nueva pregunta.

—Por qué no quiero perder a más gente.

—¿Qué me darás a cambio? — se paseo a mi alrededor analizandome.

—Tu y yo sabemos que quieres el alma de ese ser perverso — se detuvo abrutamente.

—Astuta — me señaló — Tienes razón pero también quiero otra cosa.

—¿Qué es? — la mire fijo a sus orbes negros como el carbón.

—Prestame tu cuerpo para pasearme por el mundo humano — tomó mis mejillas acercándose peligrosamente a mi rostro — Déjame usarte como títere.