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Cuando Kokushibo tiene oportunidad, suele buscar al joven demonio acuático de ojos como el mar. Al inicio solo para ver su hermoso rostro y hablar con él, pero luego sus deseos van más allá.
Usualmente, suele darse el lujo de recibir una mamada de parte de Giyu, quien a pesar de ser inexperto hace lo que puede.
Kokushibo insiste que, su lengua tan suave y húmeda recorriendo su longitud es lo mejor que existe.
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