Capítulo 3

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Capítulo 3.

Maicol no se adaptaba ni a la escuela ni a la finca. No musitaba palabra. La profesora extrañada interroga a mi madre.

—Tu primito si habla en tu casa.

—Nunca dice nada solo nos mira.

La profesora reviso las tareas, estaban enseñando las vocales y Maicol ya había escrito el abecedario. Asombrada le hizo un examen y concluyo que él estaba muy adelantado para ir en primero. Lo ascendió a tercero. Mi madre se libro de sentir ese extraño dolor de tripas cada vez que se encontraba con la mirada de Maicol. Lo único que se lamentaba era que ya se había acostumbrado a su olor. En el descanso lo buscaba para compartir sus onces. Los chicos de quinto grado se creían los dueños de la escuela, les gustaba quitarles el descanso a los niños de primero. Mi madre era una niña muy caprichosa, ella se creía una princesa, para ella ninguno de sus compañeros estaba a su altura. Debido a esto Carlos el niño problema de la escuela se dedico a divertirse a costilla de mi madre. En la entrada siempre le daba la bienvenida, la decía la reina cuaja, mi madre tan solo al escuchar su voz se le erizaba la piel. En el descanso le gustaba robarle su merienda. Jugando a futbol le lanzó varios pelotazos. Maicol no aguanto el bulín que le hacían a su prima. Se le fue encima. Carlos era más alto que Maicol, le ganaba en fuerza y en años. Maicol aprovecho que había llovido para lanzarlo a un charco que había formado el agua. La profesora tuvo que intervenir para sepáralos teniendo tan mala suerte que termino hundida en el charco de lodo y agua que habían Formado Carlos y Maicol. Debido a este incidente fueron citados los padres de Carlos y el acudiente de Maicol. Los padres de Carlos decidieron retirarlo.

—Si el no quiere estudiar que trabaje.

La profesora decidida aceptar esa decisión, se libraba del niño problema. Mi madre Tania se sentía ganadora, en la escuela se rumoraba que los dos estaban enamorados de ella. Mi madre se creyó el cuento. Según ella ya había elegido a Maicol. La profesora se fijo en Maicol era un excelente estudiante, pero tenía un problema de socialización, no se adaptaba a sus compañeros.

La profesora le pidió a mi madre que ayudara a su primo a integrarse en la escuela. Maicol le gustaba colisionar ineptos. Tania aprovecho ese pasatiempo para pasar su tiempo libre ayudándole a casar todo tipo de bichos. Hizo de tripas corazón cuando Maicol le regalo un cuadro enmarcado con moscas, cucarachas, marimondas, mariposas, gusanos, hormigas y termitas. Mi madre lo colgó en su cuarto. Maicol le agradeció juntado sus labios con los de mi madre. Mi madre dice que se emociono mucho, que fue tanta su emoción que termino empapada en sudor. Se baño tres veces ese día.

—Hija. Te parecerá increíble, pero hoy después de tanto tiempo siento como mi cuerpo se enciende cada vez que pienso en el contacto de mis labios con los suyos.

Desde ese día esperaba la noche para encontrarse con Maicol, su lugar de encuentro era detrás de las cortinas de la habitación de mi madre. Se tomaban de la mano, se miraban a los ojos y terminaban dándose un corto beso. Para mi madre ese era la máxima expresión de su amor. No necesitaba más, se conformaba con ese instante. Llegaban las vacaciones. Mi madre escucho una conversión de mis abuelos, discutían la manera de enviar a Maicol de vacaciones con la madre de él.

Mi madre se sintió muy triste. Maicol la consoló.

—Solo van hacer solo unos días. No van alejar de aquí. Esta vez no lo van a lograr. Te prometo que voy a volver.

No se dieron cuenta y mi tatarabuela los escucho y formo un lio de la madona. Mi abuela y mi madre se opusieron a que Maicol volviera a tener contacto con mi madre. En la noche Maicol aprovecho un descuido de mis abuelos, fue a la ventana de mi madre, escalo hasta su ventana. Mi madre lo vio asombrada entrar por la ventana. Fue rápidamente a su encuentro.

—No importa si mis padres no te quieren aquí, yo te esperare, ahora que somos niños ellos deciden por nosotros, cuando yo sea una adulta yo tomare mis propias decisiones. Te juro que te buscare. Pase lo que pase te encontrare y ya no podrán alejarnos.

—Vamos hacer esa promesa, vamos a encontrarnos cuando seamos adultos. Si tu amor perdura todo ese tiempo. No lograran separarnos. Intercambiaron sus escapularios. Se acostaron en la cama, mi madre le dio un largo beso, durmieron abrazados. El ruido de los gallinas los despertó al alba. Maicol la beso de nuevo. Reiterando su promesa de volverse a ver. Mi madre lloro cuando vio a Maicol salir por la ventana. esa fue la ultima vez que lo vio. Pues al caer de la ventana fue visto por mi abuelo. Decidieron alejarlos.

Enci Silva


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