Capitulo 2

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● Capítulo 2

Mi vida como transmigradora comenzó con un viejo y aburrido cliché.

Al igual que muchos otros transmigradores de universos paralelos, yo estaba ocupándome de mis asuntos mientras volvía a casa con una lata de cerveza en la mano. Entonces, de repente, un camión me pasó por encima y, poco después, me desperté dentro de un mundo ficticio.

Fue un comienzo ordinario, a fin de cuentas.

En mi primera transmigración, me reencarné en una novela web. Tenía el cuerpo de una protagonista de tipo "A", que se presentaba como una estudiante totalmente dedicada a nada más que sus notas. Sin embargo, una vez que salía de los terrenos de la escuela, se veía envuelta en peleas de bandas y guerras territoriales y otras cosas. Era una vida en la que, aunque tuvieras doce cuerpos, seguiría sin ser suficiente. Además, "yo" ni sabía de qué se trataban las peleas, así que todo era terriblemente agotador.

Sin embargo, no tuve más remedio que seguir la historia original tal y como estaba escrita. Aferrándome a la débil esperanza que tenía de que tal vez –sólo tal vez– si llegaba al final de la novela, podría ser capaz de volver a mi mundo original.

Por supuesto, la vida no fue tan fácil. Un día antes de mi graduación en ese mundo, una vez más fui arrollado por un camión.

“Esto... ¿Qué es esto...?”

Cuando recuperé la conciencia, me di cuenta de que poseía el cuerpo de otro personaje.

* * *

El segundo mundo en el que me encontré era una fusión de fantasía de artes marciales, algo así como una novela de cultivo. A mi lado había un padre que era un maestro y hermanos que habían alcanzado la trascendencia, por lo que, debido a este tipo de antecedentes, me resultó fácil perfeccionar mis habilidades y aprender el camino de la espada. El género de este mundo significaba que vivir era luchar, y luchar era vivir.

Sin tiempo para lamentar la muerte de mi vida anterior, decidí coger el toro por los cuernos. No pude llegar a la conclusión de la novela anterior, pero esta vez seguro que llegaría al final.

Mi segunda transmigración, que comenzó con una perspectiva esperanzadora, me golpeó con una bola de horquilla en lugar de una bola rápida.

Como no estaba familiarizada con temas como los "Cuatro Reyes Celestiales" y demás, algo que cualquier estudiante de secundaria se sabría de memoria, al principio no pude averiguar cómo utilizar mis habilidades. Me resultó extraño que siempre que me enfrentaba a situaciones en las que la más mínima brecha en la defensa de uno significaba la muerte, nadie tosía sangre.

De todos modos, al igual que la última vez, fui incapaz de llegar al final de esa novela.

Perfeccioné mis habilidades y me esforcé por convertirme en un personaje digno de una protagonista, por lo que forcé mi débil cuerpo y me entrené como una loca. Al principio de mi entrenamiento me costó sostener bien una espada de madera, pero al cabo de un año fui capaz de convertir un trozo de tela en un arma lo suficientemente afilada como para cortar la carne.

Irónicamente, esa pasión me llevó a una muerte peor. En un pequeño caso en el que de repente no pude usar mis habilidades, fui atrapada por el villano, y en medio de la huida, tropecé con una roca y morí.

Así es. Esta vez, me mató el suelo.

—Mierda. —No pude evitar maldecirme a mí misma.

¿Acaso era una comedia? ¿Cómo podía ser mi muerte tan hilarantemente patética que, en comparación, un pez que se ahoga parece la ascensión de un budista?

LA AGOTADORA REALIDAD DE LA TRANSMIGRACIÓN A NOVELAS - NOVELA  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora