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Comprendí que el más grande perdón me lo debía yo. Que jamás debí abandonarme, aprendí que el mejor proyecto y el más importante de mi vida, soy yo. Que todo lo que haga girará en torno a mi bienestar para así poder compartirlo con quienes más amo.
Aprendí que esos dichos, tienen más razón de la que nos gustaría. Que nadie experimenta en cabeza ajena, y que a pesar de ver que alguien ya había echo y resultó mal, no dejamos de buscar nuestro acierto.

Estos son, tal vez, pedazos de mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora