Siberia.

90 12 0
                                    

Siberia 1992.

La nueva misión era recuperar un activo muy importante, un joven que había sido raptado un grupo disidente llamado ecko Scorpio, una celda terrorista de un país de Europa del este llamado Sokovia. Entró sigiloso y colocó las descargas explosivas para cubrir su escape, revisó los vehículos, eligió una moto de gran cilindrada y descompuso el resto, explotó el generador eléctrico y a oscuras entró al galpón, a pólvora y fuego. Rápidamente se movió de un lado a otro, esquivó disparos y ganó peleas a cuchillo muy rápido. Llegó a su meta, en el fondo del galpón devenido en bunker, encontró suspendidos de sus manos al objetivo, un joven de cuna noble, golpeado y torturado, pero aun así consciente.

- ¿Helmut Zemo?

-Barón Zemo.

Lo corrigió de inmediato.

El soldado del invierno corto rápido las sogas y lo liberó de su castigo. Apenas podía caminar, le habían roto algunas costillas, tenía un ojo tan golpeado que apenas lo mantenía abierto y sangre seca de viejas heridas manchaban su torso desnudo. El soldado de inmediato evaluó la situación y me saco el abrigo a uno de los guardias muertos.

- ¡Póntelo!

El Barón lo miró con odio por su insolencia, aunque lo toleró por el frío, estaba descalzo así que también le quitó el calzado y el resto de la ropa al cadáver.

- ¡Vamos, a prisa!

El soldado de invierno lo tomó del brazo, levantándolo.

- No me empujes, puedo solo necesito....

El objetivo apenas se podía mantener en pie así que lo subió a su hombro y escaparon dejando atrás a todos bajo un fuego arrasador de los explosivos. Llegaron hasta la salida, lo dejo al lado de la motocicleta y encendió la moto mientras el joven se subía.

-Agárrate.

El Barón lo sujeto fuerte de la cintura, salió a toda velocidad, entró al sendero del bosque, muy difícil y escarpado. Zemo se agarró con las pocas fuerzas que le quedaban, y además necesitaba el calor que podía tener de su cuerpo.

Recorrieron más de dos horas en la motocicleta hasta llegar a un claro, un pequeño río y una cabaña rústica, entraron de inmediato, el soldado prendió el generador e inicio las comunicaciones. El Barón se acercó a la chimenea y encendió el fuego, estaba casi congelado, por más que tenía un abrigo, el frio en esta región del mundo es cruel. El soldado se quedó parado al lado del radio, esperando órdenes quizás.

- ¿Te ha enviado mi padre?

-No puedo revelarlo.

-De acuerdo, gracias por ayudarme a escapar. Ahora necesito un poco de calor y si hay comida estaría muy agradecido. ¿Cómo te llamas?

-No tengo que revelarle mi nombre

-Es cierto, pero al menos tu nombre mi salvador

Helmut se acercó a él, le estrechó la mano y ya con una sonrisa en su rostro.

-Soy Zemo, Helmut Zemo Barón de Sokovia

El soldado se quedó mirando la muestra de intimidad, dudaba un poco

Los ojos color miel de su rescate lo endulzaron de imprevisto, extendió su mano

-Soy James Barnes.

Al estrecharse las manos se desencadeno una reacción inesperada, sus genes de omega se encendieron, súbitos y fuertes, su aroma invadió todo el lugar. Zemo lo captó al instante. Se sumergió en su aroma. El celo lo incitaba.

"Toxica Revelación"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora