El verano aún no terminaba, pero el aire se sentía gélido para Jungkook, Jin y Taehyung, al ser ellos los únicos que quedaban fuera de la maldad de la Reina.
Ahora, ellos tres son la única salvación para sus amigos, y son la llave para obtener la v...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Suficiente chicos... Discutiendo entre nosotros no vamos a lograr absolutamente nada, así que será mejor que empecemos a cooperar ya.—Jungkook alzó la voz por fin, sonando más imponente.
Con eso, el dúo contrario bajó las miradas y soltó sus posturas rígidas; Jeon tenía razón, aunque a Taehyung le costara admitirlo.
—Ahora... Necesitamos apresurarnos ¿entienden?, podemos tomarnos dos o tres días como máximo para prepararnos, formar un plan e ir al Palacio.—prosiguió Jungkook.
—¿Tres días es tu máximo?, tú no sabes lo que están viviendo ahora mismo ellos en posesión de la reina, ¿y si pasados esos días ya es muy tarde para un rescate?—reclamó nuevamente Jin, sin poder creer que debieran esperar tanto.
—En primera, es lógico que nos quiere a todos encerrados, no les hará nada a ellos hasta que nosotros estemos en su poder también.—explicó Taehyung—Y en segunda, ¿ya viste quién nos está ayudando?, es un mortal, por lo tanto, el plan se complica, ya lo habíamos hablado.
—Perdón por no nacer con magia de Merlín, pero mientras estemos solos los tres, tendremos que adaptarnos.—finalizó Jeon.
Jin acabó asintiendo, resignado a quedarse en ese lugar hasta poder crearse una oportunidad de éxito.
—Primero, vayamos con lo más fácil... Jin, tú ya estás acostumbrado a tu magia, supongo que será más sencillo que aprendas de los demás poderes que tienes ¿no?—el peli negro lo miró con los brazos cruzados, esperando una respuesta positiva.
—Puede que sí, habrá que iniciar ya.—aseguró el tritón—Lo difícil será que Tae aprenda su magia.
—Ya, la aprenderé yo solo entonces.—y finalmente la paciencia del castaño se acabó, y salió a pasos grandes de la cueva helada.
Tenía suficiente en la cabeza como para seguir escuchando a dos personas que, en esos momentos, no eran sus favoritas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mientras tanto, los ahora prisioneros de la reina se mantenían en una situación para nada agradable.
Habían sido encerrados en calabozos de piedra en la parte inferior del palacio, en dónde a duras penas obtenían un rayo de sol; las rejas que los contenían parecían ser irrompibles, con un grosor más grande de lo común, y una cerradura encantada. Sumándole que, a pesar de haber sido privados de sus poderes, los tenían encadenados por grilletes en las muñecas y tobillos, haciéndoles muy difícil el movimiento por la celda.
