𝑁𝑜𝑐ℎ𝑒 2

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Una noche de viernes era, o eso creo. Todos los de mi edad estarian en las discotecas o de botellón, pero yo estaba afuera, en una pista de skate completamente solo, donde la oscuridad inundaba la zona. Allí solo se escuchaba las ruedas del patín, y algún suspiro mio. Paré un ratito para comerme un sandwich. Me senté en el frío banco y revisaba el móvil mientras cenaba. Nada interesante, mis mensajes vacios. Entonces lo guarde en la mochila, y me sumergí en mis pensamientos.

Quería dejar la S, esa idea rondaba por mi cabeza cada dos por tres, y no entendía el porque. Ademas, sabía perfectamente que ese súcubo iba a visitarme de nuevo nada mas toque la cama. Me dolía la espalda por sus embestidas fuertes, encima me dijo que sería mas duro la próxima vez, y tenía miedo.
Se me ocurrió una idea, me pareció fantastica. De repente me sonó el teléfono, confundido lo levanté, y era un mensaje de mi madre.

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-Cᴀʀɪɴ̃ᴏ, ᴇs ᴜɴ ᴘᴏᴄᴏ ᴛᴀʀᴅᴇ, ɴᴏ ǫᴜɪᴇʀᴇs ᴠᴇɴɪʀᴛᴇ?

                  -Nᴏ ᴍᴀᴍᴀ ɢʀᴀᴄɪᴀs, ᴇsᴛᴏʏ ʙɴ

-Nᴏ ʟʟᴇɢᴜᴇs ᴍᴜʏ ᴅᴇ ɴᴏᴄʜᴇ

                                        -Vᴀʟᴇᴇᴇ  

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Terminé el último bocado del sandwich, y volví a mi tarea, hasta que llegaron las 11 de la noche, agarré mis cosas y me fui a casa.

-¡Mama, ya estoy aqui!- dije nada mas llegar

Me cambié, me lavé los dientes y fui a mi cuarto. Encendí la lamparilla de la mesita para tener algo de luz. Entonces llevé a cabo el plan que se me ocurió a fuera. Agarré un cesta vieja que mi padre puso a un lado de mi armario, para pegarle.
Pero en medio de mi ataque de felicidad recordé que no podría moverme.

-𝐽𝑜𝑑𝑒𝑟, 𝑠𝑜𝑦 𝑔𝑖𝑙𝑖𝑝𝑜𝑙𝑙𝑎𝑠- me insulté mientras la cesta bajaba lentamente

Pero en eso....

-Reki, me hicistes esperar mucho~

Me giré bruscamente en alerta, ví a quien me esperaba ver, apontocado en la pared, sin camiseta y con rostro excitado. Fue caminando hacia mi, entonces levanté la cesta y corrí hacia él.

-Ven aqui cabrón- alzaba la voz

Sus ojos se tornaron como platos, y me esquivo de milagro. No pude controlar mis pies, y acabé estampado contra la pared. Mínimo me salía un chichón que me ocupe toda la frente.

-Pero Reki, pensé que eras mas débil~

-¡Ven aqui rata celeste!- fui por el por segunda vez

-Es inutil hermoso~

Se echó a un lado, y caí de bruces al suelo. Langa soltó una risita y comenzó a levantarme agarrandome por la cintura.

-¡Suéltame, me cago en tus muertos!- pataleaba como un niño pequeño

Hasegawa solo sonreía, parecía no importarle las rabietas. Me acostó sobre la cama y se volvió a subir a mis piernas como hizo la otra vez. Haciendo que me callara, pero sin perder los nervios.

-Kyan, ¿me tienes miedo?~

-¿Y eso a ti que te importa?

-Porque lo parece~

-Un poco...

-Oh~ eso me prende aun mas~

Tras eso, empezó a quitarme la ropa lentamente. El cuerpo me temblaba de nervios, incluso tenía ganas de llorar.

-Calmate Reki, no quiero hacerte daño~

-¿Por qué haces esto? ¿Por qué a mi?....

Se quedó callado durante unos segundos.

-Eso no lo puedo explicar

-¡No, dimelo ahora!

-Ehh.... bueno... en verdad...

-¿Te cuesta decirlo o qué?

Soltó un suspiro.

-Es divertido, sobre todo contigo~- luego soltó una sonrisa pícara

-¿Y por qué conmigo?

-Demonios, deja de preguntar ya

Me agarró del cuello, ahorcandome, sin que yo pudiera respirar. En eso comenzó el lio. Empecé a gemir como si no hubiera un mañana, y a Langa no se le borraba la sonrisa de la cara. Dejé pasar ese momento, pero me propuse saber el secreto de aquel demonio pervertido que me atormentaba la noche y me robaba energía.

Incubo~ [𝑅𝑒𝑛𝑔𝑎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora