Incubo~ [𝑅𝑒𝑛𝑔𝑎]

Noche 3.5

Llegaron las 10 y media de la noche, estaba desanimado, sin ganas de dormir, pero a la vez tenía que hacer algo, porque si no ponía un límite de inmediato, la cosa seguiría igual de mal. Empece a pensar y a pensar.
Hasta que me acordé de algo, de la noche anterior cuando intenté atacarle con una cesta.

Si, lo se, incluso cuando me pongo a pensar en lo que hice me río de lo ridículo y estúpido que era. Pero casi le logré dar un buen golpe, y fue porque lo pillé desprevenido. Exacto. Ya tenía el plan.

Esperaría a que estuviera completamente despistado para darle el ultimátum. Para eso debería mantenerme en pie y despierto hasta las 11 pm, sería difícil, ya que son 20 minutos parado, pero era mejor prevenir que curar, no sabes cuando te va a aparecer, era un hijo de puta.

Llevé a cabo el plan, y me quedé parado en una esquina del cuarto esperando su llegada. Fueron los 20 minutos más largos de mi jodida vida, mirar un punto fijo sin hacer nada era peor de lo que me llegaba a imaginar. Pero después de una eternidad, escuché la voz del incubo al otro lado de mi habitación.

-Buenas noches Reki mi amor, espero que hoy no me recibas con una cesta en la cabeza~

El show comenzó.

-Te prometo que no será así esta vez, Langa~- hice mi mejor cara de seducción para que esto fuera creible

Me fui acercando a la cama poco a poco mientras no perdía el contacto visual con el, algo incómodo para mí la verdad.

-Mmm, Reki, hoy estas raro...

-Raro...¿por qué?- me hice el loco mientras me sacaba los tirantes de los brazos, para q la camiseta cayera al suelo

-Parece que hoy nos vamos a divertir~- pude sentir una llama chispeante en sus ojos

Todo estaba saliendo tal cual lo planee. Me acosté apoyando los codos en el colchón, mientras Langa se colocaba encima mía.

-He cambiado de opinión, ahora quiero que me hagas todo tuyo~-me mordí el labio. De verdad que esto fue más ridículo que el ataque de la cesta

Lo besé por mi cuenta, realmente asqueroso pero tenía que hacerlo. El me seguía, y soltaba pequeños gemidos, parecía él el sumiso. Estuvimos así un buen rato, hasta que Langa se puso a besarme el cuello, era mi magnífica oportunidad. Me mantuve firme en mi papel mientras estiraba el brazo para agarrar la linterna de la mesita. En cuanto la tenía, le solté un golpe en la cabeza, lo suficientemente fuerte para que cayera de la cama.

Cuando me fijé, no había ningún daño grave, pero si fue bastante imprevisto. Lo alumbré con la linterna con toda la potencia para comprobar si la luz les afectaba de verdad, y si, era verdad, se tapo inmediatamente la cara.

-Escuchame bien Langa, no tengo ninguna intención en hacerte daño ni en matarte, ya que aparte de que no puedo, no entra en mis planes. Pero lo único que quiero saber es porque conmigo, y cuales son tus intenciones al visitarme todas las noches a la misma hora. Después de que me respondas, dejaré que me hagas el amor cuantas veces quieras, pero primero respondeme- me quedé sin aire al final de todo el testimonio

El soltó un gemido de dolor antes de responderme.

-Eso de verdad ha dolido carajo...

-Levántate por favor

-Esta bien, esta bien, te contaré todo...

Poco a poco se fue levantando hasta que intercambiamos nuestras miradas. Apagué la linterna en ese instante y esperé a que Langa pronunciara palabra.

-Y bien, suéltalo, ¿cuales son tus intenciones conmigo?

Silencio incómodo.

-Quiero matarte, Reki.- su cara cambió a una completamente maliciosa

Me lo esperaba, sinceramente.

-¿Crees que me vas a dar miedo con esa cara de culo de chimpancé que me llevas? Si quieres matarme inténtalo, pero prefiero morir con dignidad a morir siendo follado por un demonio

Era realmente gilipollas. Pero no quería darme por vencido. De la nada, se formó una sonrisa en su boca.

-Eres capaz de moverte mientras estoy yo aquí, has conseguido pillarme desprevenido y darme un gran golpe, y estás diciéndome todas estas cosas en mi cara, sin miedo a lo que te vaya a hacer. Eres increíble, Reki~

En ese momento levanté una ceja, no estaba comprendiendo nada. Langa se levantó de mi cama y dio unos pasos hacia atrás mientras se retocaba el pelo.

-Quieres enfrentarme, ¿no es así? Entonces te diré la manera en la que puedes acabar conmigo, siéntete afortunado de saberlo

-Dilo

-Haz que me enamore de ti. Si los incubos o los sucubos se enamoran de sus víctimas, reciben un terrible castigo. Así que si quieres enfrentarme, tendrá que ser de esa manera. Aquí me despido, te deseo mucha suerte, Reki...

Desapareció al instante...