ㅤ⊹ㅤㅤㅤ𝗡𝗼 𝗹𝗲 𝗱𝗶𝗴𝗮𝘀 𝗮 𝗠𝗶𝗻𝗵𝗼 !

11

—¡Hyunjin! ¡Es muy grande! — los gemidos constantes de Felix inundaban la habitación.

En la habitación de el menor, se encontraban ambos chicos sobre la cama, Felix rebotando sobre el gran pene del mayor, mientras este le sostenía de la cintura con fuerza y daba estocadas duras que lograban tocar la próstata del menor.

Las cosas tomaron un rumbo diferente cuando ambos se besaron, esperando obtener más que solo eso, pues el deseo que ambos sentían por el otro era más que suficiente para demostrar lo mucho que se necesitaban.

Por esa razón, no lo pensaron mucho cuando decidieron seguir con lo que habían empezado.

Subieron a la habitación del menor para terminar lo que empezaron, en esos momentos realmente no les importaba si Minho también se encontraba en la casa, completamente inconsciente por tanto alcohol en su cuerpo.

Aunque sinceramente, eso ya no les importaba, por lo menos no ahora.

— Besame. — el menor susurró muy cerca de sus labios, escuchando una ligera risita por parte de Hyunjin.

— Eres tan lindo..

Hyunjin dio suaves caricias a su cintura, impulsando sus caderas para seguir con los movimientos de manera suave y lenta, logrando hacer sentir a Felix un placer diferente. Sus labios se unieron con lentitud, el peli plateado cerró sus ojitos al sentir su tacto con tanta delicadeza que lo hizo sentir cómodo.

Hyunjin masajeo sus muslos con cuidado, tratando de transmitirle suaves caricias para hacer que su cuerpo se relaje. El mayor se separó dejando un piquito en sus labios, sostuvo su cintura y con agilidad cambio la posición dejando al peli plateado sobre el colchón, y él entre sus piernas, se sostuvo con uno de sus brazos apoyado en el colchón mientras continuaba dando embestidas.

— ¡Jinnie..!

El mayor creyó haber escuchado mal aquel bajito gemido que salió de los labios de Felix, llamándolo con un tono cariñoso y aquella linda forma de llamarlo.

— Deberías llamarme así más seguido. — el mayor susurró sobre su oído. — Se escucha tan lindo viniendo de ti.

— Hyun- — no pudo decir una palabra más, ya que las estocadas de su mayor aumentaron, volviendo a tocar su próstata con rapidez y fuerza, haciendo que se retorciera de placer bajo su cuerpo.

Inconscientemente movió sus caderas al ritmo del mayor, tratando de buscar más placer al hacer que Hyunjin lo penetrara con más profundidad si es que eso era posible.

Pero no podía evitarlo, estaba tocando el cielo gracias a Hyunjin, el placer que le generaba era demasiado, el sabía como tocarlo, como complacerlo, sabía de sus zonas más sensibles para darle cariño y hacerle sentir bien, sabía como follarlo, lento y profundo, pero también duro y fuerte, haciéndole ver estrellas cada vez que su pene golpeaba aquel punto sensible en su interior.

Hyunjin sabía como volverlo loco, sabía como tenerlo en sus manos, y es que ya lo tenia ahí, con el simple hecho de saber que su mayor gustaba de él, solo necesitaba sus palabras para saber que le correspondería.

Ni siquiera le interesaba si Minho se enteraba, solo quería estar con Hyunjin.

— Shh, mi amor, no hagas tanto ruido. — murmuró el mayor sobre sus labios, dejando un beso sobre estos. — Si Minho nos escucha y por arte de magia nos encuentra aquí, dudo mucho que se detenga a escuchar mi confesión.

Felix frunció el ceño algo confundido.

— ¿Confesión? — preguntó, mientras ambos se detenían unos segundos para escuchar la respuesta de Hyunjin.