Brooklyn observaba las opciones con flojera… ¿Cuál era la necesidad de pasar tres tardes enteras en un estúpido club? Eso no aumentará su promedio, ¡Ni siquiera tiene calificación! Era una pérdida de tiempo… Pero su maldita escuela siempre había funcionado así, dizque para que los adolescentes no pasen tanto tiempo sin hacer nada y “no causen tantos estragos”. El año anterior había estado en el club de robótica, parecía interesante pero se la pasaron todo el año aprendiendo diferentes lenguajes de programación y nunca salieron de la teoría. No quería pasar otro año aprendiendo estupideces, iba a pasar tres tardes enteras todas las semanas allí, debía ser algo mínimamente divertido.
Después de analizar por varios minutos la mejor opción llegó a la conclusión de que el club de cocina sería lo mejor, por lo menos haría algo práctico (y aprendería a cocinar), no le van a enseñar los constituyentes de los alimentos… ¿O si?
-♡-
Sus clases habían comenzado un martes de septiembre, todos los martes tenian clases comunes en la tarde por eso le hicieron elegir ese día a que club ingresar. Ya es miércoles, después de almorzar tendría que ir al estúpido club de cocina… Solo esperaba que no fuera tan malo, aunque no faltaba mucho para descubrirlo, ya que ya estaba almorzando.
-Hubieras ido al club de literatura conmigo, se que no te gusta pero al menos no estarías sola. - Dawnesha, su mejor amiga, había estado todo el día de ayer jodiendo para que entrará al club de literatura con ella, es un verdadero ratón de biblioteca pero eso no era para ella… A duras penas leía las lecturas obligatorias para la escuela, prefería aventurarse en un club de cocina a tocar un libro por voluntad propia.
-Nesha, sabes que eso no es para mi. – Dice Brooklyn con un suspiro, adoraba a la chica sentada frente a ella pero era muy intensa. - Además ya no vale la pena que insistas con eso, la decisión ya esta tomada, no voy a retractarme ahora.
-Como quieras nena. - Dijo la morena terminando su smoothie de fresa y levantándose de la mesa, su sed de libros no podía esperar más. - Yo ya me voy, grandes historias me esperan, te veo en el dormitorio. - Y se largó después de finalizar la frase.
Brooklyn comía su postre con lentitud y desánimo, era su postre favorito, un cheesecake de oreo, pero cualquier persona que la viera comiendo de esa manera juraría que odiaba lo que había escogido. Tardaba tanto porque no se encontraba realmente ilusionada por ir al club de cocina… de hecho no le emocionaba en absoluto, mientras menos tiempo estuviera allí, mejor.
Inevitablemente termino su cheesecake y tuvo que levantarse con pesadez para llegar a la cocina del club. Si llegaba a faltar si le bajarían la nota, ¡que injusto! Estar allí no le adhiere ningún punto a su avaluación final ¡pero si no va le quitan nota! Que escuela más corrupta.
Llego más rápido de lo esperado a la puerta del club o talvez se le había hecho más rápido el viaje por andar pensando en la injusticia de los clubes. La puerta ya estaba abierta pero aún no habían comenzado a hacer nada, talvez estaban esperando a que el resto de estudiantes llegarán ya que el primer día toleran que llegues un poco tarde, después de eso debes llegar puntual si no quieres problemas. Aun habían unas cuantas mesas vacías asique se sentó en una deseando que nadie se le ocurriera ponerse a su lado, no tenía ganas de socializar.
Sus plegarias fueron oídas, ya estaban todos los alumnos reunidos y tenia una mesa solo para ella. No eran muchos, apenas unas veinte personas más o menos, si no contamos con los dos alumnos de último año que se hicieron cargo del club. A la hora de escoger un club la mayoría escogía deportes, no era particularmente raro que en una escuela tan grande estuvieran tan pocos estudiantes en este club. Talvez debió ser como todos y unirse al club de fútbol. (Es tan mala que se la pasaría siempre en el banco… que aburrido, mejor se queda en el club de cocina.)
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Cocinando nuestro amor (Titulo temporal)
RomanceUn colegio de niños ricos. Padres ausentes. Clubes presentes y obligatorios. Dos polos opuestos y un solo club de cocina. ¿Florecerá aquí un dulce romance culinario?