Capítulo cuatro

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La primera vez que merlina intentó expresar sus sentimientos hacia tyler, no fue bien.

Ya no recordaba qué había intentado, pero era otro más de sus gestos que había usado con el castaño rojizo, nada que fuera especial del todo.

Y merlina aceptaba que quizás no era muy clara, porque regalar flores, los "Be", unir su nariz con la frente de el mayor, y demás, eran cosas que ya hacia y que dentro de todo, tyler estaba acostumbrado a recibir. Así que debía hacer un gesto especial.

-tyler, be -dijo, mientras corría en pasitos apresurados detrás de el, estaban en el parque, con Thornhill, quien se mantenía un poco separada para ver su interacción.

-¿Otro más, wennie? -preguntaba galpin, y a la terapeuta le daba gracia que se hiciera la difícil, si a el también le encantaba.

-Be, be.

-Bueno, un be -detuvo su paso, mirándola a los ojos, merlina asintió y juntó sus labios con los de tyler, dejando que el de ojos cafes moviera sus rojizos labios a gusto, y empujandose a más contacto.

Al separarse, sonrieron, y merlina agitó sus manos con emoción, antes de salir corriendo por el parque.

Sin querer golpeó a un niño de unos catorce años, quien le gritó una grosería, pero merlina estaba en su mundo como para escuchar.

Tyler, al ver que el niño iba a ir hacia la pequeña, arremangándose su abrigo mientras apretaba sus manos en puños, fue hacia ella, tomándola del brazo.

-Disculpa, no lo hizo a propósito, tiene autismo, no entiende del todo.

-Oh, es retardada -dijo el chico, con total naturalidad.

Tyler se molestó porque la llamaran de esa manera.

-No, sólo tiene un par de problemas, como todos.

-Si, acabas de decir que está mal de la cabeza.

-No, no dije eso -respondió, molesto.

Odiaba con todo su ser que trataran a merlina de ese modo.

Ella era maravillosa, muy inteligente, buena persona, la persona más buena del mundo, sin maldad en su cuerpo, nunca en su vida se había peleado con alguien, y no molestaba ni buscaba peleas nunca.

Merlina estaba en su mundo y era completamente inofensiva, estaba indefensa ante los demás y siempre la apartaban, y no se lo merecía, porque era una chica excelente.

-tynnie, ¿qué pasa? -preguntó Thornhill, al verlo
tan tensa. Su mirada pasó de el pálido hacia el joven.

Tyler negó y soltó el brazo del chico, murmurando un "Nada" y el niño se fue por su lado, lejos de merlina, mientras el castaño rojizo mordía su labio con rabia contenida.

Thornhill no pudo lograr que cambiara la cara, ni siquiera que hablara al respecto, o que se descargara de algún modo, no importó cuántas tácticas psicológicas aplicara.

Lo único que la hizo reaccionar fue cuando merlina se acercó a el y, como de costumbre, había juntado flores para regalárselas. Tyler ni siquiera las había agarrado puesto que fue directo a abrazarla.

Merlina le tenía muchísima confianza así que la dejó, pero estuvo sorprendida dos segundos completos hasta abrazarla de vuelta y escondiendo su rostro en el hombro de el contrario.

-Eres perfecta tal y como eres, no escuches a los demás que no pueden verte como te mereces, no les hagas caso, merlina. Yo te quiero muchísimo sin importar nada de lo que digan o de lo que te pase, recuerda eso siempre, ¿bien? -murmuró contra su oído, a lo que la pelinegra asintió por puro reflejo, pero no creía haber entendido del todo.

𝐒𝐀𝐑𝐀𝐍𝐆 ─ 𝐖𝐘𝐋𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora