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Cuando llegó el viernes, Jimin estaba jugando con su cabello nerviosamente. Los mechones rosas le parecían extraños, desconocidos, pero no podía decir que lo odiara. Lo hacía parecer más suave, de alguna manera, y esperaba que a Yoongi le gustara –No.

Jimin negó con la cabeza y abrió mucho los ojos cuando se dio cuenta de que todos los mechones se habían salido de lugar. Resopló y empezó de nuevo, decidido a hacerlo perfecto. El peluquero le había arreglado el cabello maravillosamente, exponiendo su frente y haciéndolo lucir más maduro. Pero el viento en el camino de regreso lo había arruinado, y ahora estaba atrapado con lo que parecía look de recién levantado.

El timbre sonó, sobresaltándolo. Jimin se agarró el pecho y trató de calmarse, antes de recordar que probablemente debería abrir la puerta principal.

Jimin abrió la puerta con las manos sudorosas y cerró los ojos, aterrorizado de ver la reacción de Yoongi ante su nuevo color de cabello. Escuchó un suave jadeo, luego sintió unos dedos que le acariciaban el pelo con cuidado.

—Es rosa —susurró Yoongi, sonando estupefacto.

Jimin volvió a abrir los ojos y observó al alfa. Sus ojos estaban muy abiertos y llenos de asombro, la boca ligeramente abierta mientras miraba el cabello de Jimin.

—¿Te gusta? —Jimin susurró, sintiendo que rompería este momento si hablaba demasiado alto.

—¿Que si me gusta? —Yoongi preguntó con incredulidad, resoplando— Me encanta. Se ve como tu color de cabello natural, así de bien te queda.

Jimin soltó una risita y sus ojos se abrieron de alegría. Trató de ignorar la sensación de aleteo en su estómago mientras le agradecía a Yoongi y le pedía que entrara.

Después de su cita en la peluquería, Jimin había comprado comida para llevar porque sabía que no le quedaría suficiente tiempo para cocinar. Las cajas de comida los esperaban en la mesa de la cena, ordenadamente apiladas en el medio.

—Pedí comida china, ¿te parece bien?

—Suena genial, me muero de hambre —hizo un puchero Yoongi y Jimin se rió, cariñoso.

—Alfa quejumbroso.

—Omega malcriado —replicó Yoongi mientras se sentaba a la mesa. Jimin sonrió tímidamente, sus mejillas sonrojadas y también se sentó.

Comenzaron a cenar mientras hablaban de sus días, como siempre. Limpiaron juntos después, luego fueron a la habitación para comenzar su sesión de abrazos.

—Entonces, ¿qué película vamos a ver hoy?

—En realidad, estaba pensando —dijo Jimin vacilante, evitando el contacto visual— ¿Que tal vez podríamos abrazarnos? ¿Y escuchar musica? No tenemos que hacerlo, por supuesto, siempre podemos ver una película...

—Minnie —Yoongi lo interrumpió, el apodo calentó las mejillas de Jimin—, eso suena genial. No te preocupes demasiado, ¿sí?

Jimin asintió y conectó su teléfono con los pequeños parlantes en su tocador. Tocó una de sus tranquilas y relajantes listas de reproducción y luego se volvió hacia Yoongi, que estaba sentado en la cama. Jimin se acercó a él, luciendo un poco perdido: había usado toda su valentía para pedir este tipo diferente de sesión de abrazos, no sabía cómo podía preguntarle a Yoongi sobre la posición de abrazo que quería. Sin embargo, Yoongi pareció leer su mente, porque sugirió: —¿Qué tal si me acuesto y te acomodas de la manera que se sienta más natural, sí? Solo sigue tus instintos.

Jimin asintió y observó cómo Yoongi se acostaba en la cama, abriendo los brazos y las piernas como una estrella de mar. Suspiró en voz alta, emitiendo un fuerte sonido de "aaaahhh", obviamente estaba exagerando para compensar la timidez de Jimin.

keep you warm (español)  ❦  yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora