II. Jacaerys

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-Mi niño-. Su madre comenzó a hablar mientras se sobaba su vientre-. Mi padre te habrá dado aquella tarea porque sabe que tu eres un buen chico.

Su madre intentaba animarlo, hoy sería el primer día como protector de la princesa Helaena y estaba completamente nervioso, sentía como si mil dragones revolotearan en su interior. Sabia que él era buen guerrero, tenía aquella confianza que Daemon le proporciono, pero aún sentía que no era suficiente para la joven princesa. Su madre lo calmaba mientras lo abrazaba.

-Lo harás excelente, de eso nunca tengas dudas-. Rhaenyra seguía intentando animar a su hijo-. Daemon te enseñó bastantes cosas como para enorgullecerte-. Ella sonrió.

De la nada se escucho una carcajada, era Daemon que estaba viendo apoyado en el marco de la puerta de los aposentos de Jace.

-No querrás hacer que la hija de la zorra de verde espere-. Daemon se acercó para tocarle el hombro deseándole ánimos, a su manera, pero lo intentaba.

-Daemon-. Dijo su madre "regañando" a su esposo. Su madre detestaba a la reina Alicent, pero, había cosas que no permitía, una de esas cosas, eran los insultos hacia la reina por aquel poco respeto que le quedaba.

-Me voy, deseenmen suerte-. Una vez dijo eso, Jace se retiro, no quería ver como su madre y padrastro se ponian cariñosos.

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Y ahí estaba, parado, no sabía si tocar la puerta o no, tal vez debía esperar a que la princesa saliese o tal vez él debería interrumpir, ¿pero si estaban Aegon o Aemond? No quería tener una pelea ahí mismo y más después de que hace más o menos dos años Luce le saco el ojo al menor. Jace no sabía que hacer y sus nervios no ayudaban mucho y, seguramente los dioses le habrán tenido bastante piedad porque mientras se encontraba en una batalla mental, la joven Helaena salió de sus aposentos utilizando un vestido celeste claro con algunas mariposa bordadas y su cabello completamente suelto sin su trenza carteristica dejando aquellos bucles al aire libre.

A los ojos de Jace, ella era completamente hermosa.

-Buenos días mi príncipe-. Dijo suavemente la Targaryen.

Jace no había podido responder, seguía pensando en lo bella que estaba la princesa.

-¿Príncipe?-. Preguntó una preocupada Helaena.

-Lo siento princesa, Buenos días-. Respondió dándole una sonrisa-. ¿A dónde desea ir?

Helaena se había quedado un rato en silencio, parecía como si tuviera vergüenza sobre decir a donde quería ir.

-Al jardín... -. Susurró la princesa.

-Entonces, vamos princesa.

Caminaron por varios minutos yendo directamente al jardín, Jace había decidido que ir por los pasadillos a esa hora iba a ser raro por más que le gustaría acortar el camino pero los rumores iban a surgir, a él no le importaban, vive lleno de rumores pero Helaena era alguien dulce y... frágil, a los ojos de Jace, duda que ella soporte más de lo que puede cargar y, sobretodo, luego de casarse con Aegon, un borracho. Tal vez si la reina hubiese permitido un matrimonio con Aemond, Helaena no tendría tanto miedo.

Aquel pensamiento causó un pequeño pinchazo en el pecho.

Mientras se encontraban más cerca del jardín, la Reina Alicent se apareció de la nada.

-Mi niña-. Dijo Alicent mientras se acercaba a abrazar a su hija pero aquel contacto era completamente rechazado por su hija. Cosa que a Jace le sorprendió.

-Su alteza-. Jace hizo una reverencia ignorando completamente que la reina no lo había saludado.

-Madre, íbamos con Jacaerys al jardín si eso es lo que te preocupa-. Dijo Helaena-. Necesitaba algunas orugas luego de que Aegon piso a tres.

-Esta bien, ten cuidado-. La reina se acercó a su hija para susurrarle algo en el odio que Jace solamente pudo escuchar la palabra "bastardo".

Después de aquella interrupción siguieron caminando hasta que porfin llegaron. El jardín no tenía bastantes insectos, peor los suficientes para que la princesa se entretuviera.

-Jacaerys-. La princesa lo llamó.

-¿Qué ocurre princesa?-. Jace no olvidaría aquella formalidad más por sí se le ocurría aparecer a algún verde.

-Primero, puedes llamarme por mi nombre cuando estemos solos, y segundo-. Esta vez, la princesa se acercó, agachadose un poco para poder susurrarle al oido-. Mi madre tiene ojos por todos lados, cuidado.

Dicho eso, se dio vuelta y realizó un saltito para ir a cumplir su cometido.

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Habían estado más de cuatro horas y ningún maldito bicho había aparecido. Ya comenzaba a desesperarse y Helaena cada vez estaba más triste mientras estaba sentada en el piso moviendo una pequeña rama. A Jace no le gustó aquella cara de tristeza, era igual a la que tenía en su fiesta de compromiso con Aegon y en su casamiento que, cabe aclarar, fue desastroso, a la hora de la ropa de cama, Helaena fue llorando a la habitación.

-Helaena-. Llamó el príncipe mientras la joven se daba vuelta para verle el rostro-. Ya aparecerá.

-De eso no tengo duda mi príncipe, solo que pensaba que iba a encontrar más-. E hizo un puchero.

Adorable pensó Jace.

De la nada, la princesa comenzó a correr y Jace tuvo que ir detrás de ella, apareció la dicha mariposa luego de horas. Ambos corrieron para intentar atraparla pero Helaena era muy lenta a comparación de Jace, así que, con bastante sigilo, el príncipe se acercó a aquella flor donde la mariposa se había apoyado tranquilamente.

-Ciudado Jacaerys, es muy frágil y si la agarras fuerte puedes matarla-. Dijo Helaena en un susurró.

Jace siguió avanzando y, de un momento a otro logró conseguir la dicha mariposa, Helarna sonrió ampliamente mientras daba pequeños saltitos y buscaba aquel frasco para poder llevar al insecto sin ningún rasguño.

Suavemente Jace se la entrego mientras la princesa hacia el trabajo.

-Muchas gracias Jacaerys-. Y la princesa se agacho un poco para darle un beso en la mejilla.

Tal vez este trabajo no iba a ser del todo malo.

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Aclaración, Helaena de casi 15 años es u poco más alta que Jace de 12, no mucho, pero unos cinco centímetros.

Pd: perdón el retraso.

De Negro Y Verde || Jacaerys x Helaena (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora