Mi pasado pt. 2

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Al ser la primogénita de los lideres del clan, tenía algo de fama en la aldea. 

en mis años de infancia acompañaba a mi padre y a su clan de combate en sus entrenamientos a mi madre esto no le parecía del todo bien 

- Ella será una tsahik, tiene que saber de canto, medicina y a ser buena madre para el pueblo, no debería de ser una salvaje de combate, Tonowari- eran las palabras de mi madre en cada pelea que surgía después de llegar yo de una de mis practicas junto con mi padre, a lo que el respondía con un -Tiene que aprender a defender al pueblo y a defenderse ella, nunca esta de más saber como combatir-  yo admiraba a mi padre por su coraje al defenderme cada que madre trataba de darle a entender que el que luchara estaba mal, madre nos regañaba pero mi padre siempre me susurraba "tu eres y serás mi guerrera favorita" esas palaras siempre me levantaban los ánimos y me hacían creer en mi misma. durante estos años también empezaba a notar algo singular a mi alrededor, cuando acompañaba a mi madre al fondo del océano por medicinas o comida, escuchaba con aún más fuerza un palpitar. en la superficie este era casi como la ultima palara que un eco pronunciaba, pero, en el nido de la naturaleza ese palpita se apoderaba de los alrededores; y los saasil, conocidos como los peces de la salvación aquellos que iluminan tu camino en momentos de pánico, me acompañaban sin yo llamarlos, era como si yo los atrajera. madre era feliz al ver como tenía una conexión Eywa nuestra deidad, pero, no todos eran feliz por ello. 

Al pasar los años mis habilidades se empezaba a salir de control, el saber sobre plantas curativas, el comunicarme de cierta forma con los animales y la gran habilidad que tenia de poder esquivar cualquier tipo de ataque era un punto muy a favor tanto para mi como para mi pueblo, pero poco a poco empezaron a surgir nuevas habilidades y nuevas burlas. 

cuando iba a los entrenamientos con mi padre los demás niños se burlaban de mi al momento en el que yo les preguntaba acerca de "el canto de la sirena" que era como había empezado a nombrar a aquel singular susurro que escuchaba a lo lejos, pero, aparentemente yo era la única quien lo escuchaba,   esto y otras habilidades podían ser ocultadas sin mucho esfuerzo, hasta aquella noche, la noche en la que se escribió un antes y un después en mi historia. 

una tarde después de un entrenamiento pesado por parte de mi padre y mi madre me fui a descansar en una pequeña isla cerca del arrecife. esa isla se había convertido en una guarida para mi, ahí tenia comida, una cama, juguetes y mi colección de caracolas. esa tarde me quede dormida hasta el anochecer, cuando desperté  a lo lejos pude divisar tres luces como bolas fuegos que me movían en la superficie del agua, mi curiosidad pudo más que yo. llame a mi Ilu y a una distancia considerable me acerque a aquellas luces. las luces si eran fuego proveniente de 3 antorchas una sujeta por una persona del cielo y otras dos de na'vi muy distintos a los que yo había conocido a lo largo de mi corta vida, su piel era blanca, aún más blanca que la arena y sus ojos de un lila casi hipnotizante, esa noche la valentía recorría mis venas junto con mi sangre 

- oye pequeña- me llamo el demonio del cielo en mi idioma natal, yo trataba de ordenarle a mi Ilu que diera la vuelta, pero este no obedecía, y el susurro que siempre escuchaba a lo lejos parecía estar detrás mío 

- se que estas asustada- dijo  de nuevo el demonio -per- 

- yo no me asusto con nada- lo interrumpí 

- esta bien, te creo, solo te pido que ayudes a estos niños, dales hogar a ellos, esta bien si no me aceptas a mi pero llévatelos a ellos- mi mirada paso de el demonio a los dos "na'vi" y con un gesto de cabeza les hice saber que podían acompañarme, al llevarlos de la isla a la aldea, mientras pasaba por las casas de mi pueblo los metkayina empezaban a salir de sus hogares y era perseguida por ellos y sus susurros  -estas muerta rarita-  escuche a un conocido gritarme a lo lejos, el sonido proveniente de la caracola no tardo en hacer presencia trayendo a mi padre frente a mi en segundos 

- ¿Qué significa esto Tanoch?, ¿Quiénes son ellos?- grito mi padre al verme 

- no se quienes sean, me los encontré cerca de la isla del arrecife, venían acompañados de una persona del cielo y yo sé que Eywa quería salvarlos, mi Ilu no obedecía mis ordenes siendo que todos los animales hacen lo que yo les ordene apenas con pensarlo- explique a mi padre 

- tu Ilu solo a de estar cansado, no debes porque darle la bienvenida a cualquier persona- 

. no esta cansado papá, eso fue una señal, estoy segura, el palpitar de Eywa eras aun más fuerte en ese momento- al salir estas palabras de mi boca los susurros comenzaban a llegar a mis oídos 

- esta bien- grito mi madre al pueblo -vayan a sus hogares, disculpen a mi hija por las inquietudes dadas, nos encargaremos de ello-  mi madre me tomo bruscamente del brazo y me llevo hasta mi hogar. al cruzar la puerta tiro conmigo con fuerza y me obligo a sentarme, yo me aseguraba que los na'vi extraños me estuvieran siguiendo y así fue, padre les dijo que se sentarán y ellos obedecieron

-¿De donde son?, ¿Cómo dieron con nuestro clan?- empezó a preguntar mi padre 

- señor, mi nombre es Tzahim, el es mi hermano menor No'ell, venimos de un laboratorio que flota al rededor de pandora, habíamos estado naufragando por días debido a que el laboratorio estrello a kilómetros de aquí, el hombre que nos acompañaba estudiaba este planeta y sabía sobre su clan, era el que quedaba más cerca de donde ocurrió el accidente- 

-no debe de preocuparse por el- dijo el na'vi más pequeño -su mascara de oxigeno estaba a minutos de terminarse, ya a de estar muerto- con mis ojos estudiaba a más a detalle su anatomía, su piel brillaba y su pelo tenia una luz fluorescente que cambiaba de color a lo largo que contaban la historia, tenían cuatro dedos en sus pies y cuatro en sus manos, había una especie de escamas que adornaban sus cuellos y todos sus dientes eran afilados... su belleza era inigualable. 

-Lo entiendo, no tenemos mucho conocimiento acerca de las personas del cielo...- menciono Tonowari pensando en que más decir 

-pero son malos, llevan la maldad en su sangre y cada que bajan grandes desastres suceden al rededor- grito Ronal de inmediato 

-pero mamá, son unos niños- le grite 

-Tanoch nocokiri, sal de aquí, ahora nos enfrentamos a este problema por tu culpa- 

-pero yo solo obedecía a Eywa- volví a subir mi tono de voz, salí de casa pero no deje de escuchar, al final madre y padre decidieron que se quedarían en la isla donde yo tenía mi guarida, al ser yo quien los llevo al clan les sedería mis pertenencias. 

al pasar los días los niños de la aldea comenzaban a tener curiosidad acerca de los recién llegados, trataban de ir a la isla para espiar a "los aislados" como habían comenzado a llamarlos. yo iba a visitarlos casi de diario, después de las comidas, de los entrenamientos y antes de irme a dormir, yo los había rescatado y ellos eran los únicos que me escuchaban cuando les hablaba de el palpitar de Eywa. 

un día lleve a No'ell a mis practicas de las mañanas, padre me vio con mala cara cuando llegue de la mano de mi nuevo mejor amigo, pero, no me dijo nada, los demás niños comenzaron a molestarme diciendo que el era mi novio y que entre raros nos comprendíamos, de ahí el sobrenombre de Noe'lla, por mi parte no me molestaba y mi orgullo me llevo a presentarme como Noe'lla. 

Tzahim era muy diferente a No'ell, tenía un carácter más maduro (aburrido)  y nunca acepto mis invitaciones a la aldea. 

los tres crecimos juntos, yo les enseñe a cazar entre otras cosas y ellos me enseñaron acerca de los humanos y su vida en la estrella de la que provenían, el español, y me contaban las historias de Toruk Makto y estaban más que seguro que el antes era humano... 

Tsaheylu Avatar  *(Kiri, Neteyam, Lo'ak, Tuk)*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora