𝑺𝒉𝒊𝒏𝑾𝒂𝒌𝒂 |ʷᵉᵉᵏ ²⁰²³| ❥ ꨄ

𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐜𝐢𝐭𝐚

Había sido empujado con violencia en un punto que su cuerpo sin voluntad propia se hiciera atrás de manera fugaz, así cayendo que más parecía una pileta llena de agua, agradecía que no era nada profunda y solo su trasero hasta su cadera estaba cubierto del agua fría. El impacto fue fuerte y suponía que su trasero se había dormido porque dejó de sentirlo junto al suelo de la pileta. O simplemente estaba más concentrado en esquivar golpes con lo que podia conseguir sin su buena vista.

Estaba acabado.

─ Me impresiona que las mujeres te encuentran atractivo a pesar que eres un enfermo y loco de mierda, joder ─ Su poca vista visualizaba cómo la enorme mancha con colores se aproxima hacia su persona. Trato de cubrirse con lo que podía, pero no era fuerte.

─ Ese chico llama la atención con su cara ─ una vos nueva apareció en una distancia prudente de él, dando un comentario más que seguro era el que ahora está frente suyo.

─ Llama la atención más su cabello y ojos ─ Una risa se oyó como un eco en sus tímpanos, su cabeza empezaba a dar vueltas de manera rápida.

─ ¿Hay que raparle la cabeza o golpear sus ojos? ─ reposo sus palabras unos segundos, con una sonrisa perversa en su cara lo expreso al peliblanco a pesar que sabe que no lo puede ver con claridad ─ sabes algo..

Su cara se acercó a milímetros de la suya, su vista se guío hacia un lado de su rostro, su arete de tres balóncillos pequeños de cristal con un brillante rojizo de color en ellas brillaban y siempre se movían al movimiento de la cabeza de imaushi. Resaltaba bastante, un color llamativo en un lugar donde lo demás era piel blanquecina como su cabello blanco; aunque el color de ojos sea lila de igual manera no resalta bastante gracias a sus lentes.

Su mano se dirigió al arete; sus 4 dedos y su pulgar fueron sujetados alrededor del está.

El grito desgarrador del peliblanco fue un poema y un proximo problema para los tímpanos de los tres chicos presentes. En verdad sentían que un hilo de sangre aparecerá por sus odios aunque tan solo es su teoría de su propio dolor, porque, para Wakasa eso mismo le está ocurriendo, un recorrido de hilo de sangre por la oreja de imaushi.

Sus manos por impulso se dirigieron a la herida creciente. Quejidos, gemidos e insultos de dolor salieron por su garganta de desesperación. Empezó a llorar y con la poca voz que le quedaba pedía ayuda. Se estaba lastimando con sus propias manos, su cara se encontraba arañada y sus uñas tenían sangre de esta misma.

─ ¿Que sucede Wakasa?, solo tienes que decirlo como se debe, sin llanto, insultos o tartamudeos. Dilo, "Don-un-lee, déja de molestarme" ─ Gruñó el más mayor, tomando por los cabellos blanquecinos, haciendo que este nuevamente comience a soltar insultos, a su vez que su cuerpo se tiraba para atras.

Ni siquiera intentó hablar por que sabía que no podría. Solo se dejó golpear mientras intentaba calmarse y relajarse, pero no podía, quiera o no, en esos momentos solo tenía dos cosas en la cabeza; La primera era hacer que ese ataque deje de ser tan serio y la segunda era que la ansiedad severa posandose en el desapareciera, por no poder ver ni un carajo.

Hiperactividad y Tourette, esas eran las palabras que describían a los trastorno que era su condición. Siempre tenía energía para todo, incluso cuando no, también. Quizá ni terminaba una cosa y empezaba otra por impulso.

De igual manera siempre la cagaba a lo grande a lo que no debía, Insultaba, gritaba, golpeaba y decía cosas que quizá estaban mal por aquel problema que él tenía. Los secretos jamás existieron para él por que apenas se lo contaban ya lo gritaba sin que él lo quiera. Lo cual muchísimas veces lo metió en problemas.

Total, él siempre fue asi. Por culpa de su condición soltaba insultos, sonidos, golpes o incluso llegaba a parecer loco, definitivamente odiaba eso, lastimarse hasta por la mínima cosa o decir insultos, pero si o si debía acostumbrarse tanto él como los demás a aquellas nuevas cosas. Nuevamente lo tiro hacia la pileta, hubo risas y frases que quería mejor ignorar, pero no hubo un movimiento por parte del más grande y pensó que ese era el final de esa tarde o noche de los constantes golpes e insultos.