Inmerecido Karma

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Se sentía la frialdad de la noche, acompañada de una gran tranquilidad mientras la brisa acariciaba las ventanas de la habitación donde se encontraban aquellas chicas. Hablando de su pasado, claramente siendo una conversación tranquila, acompañada de caricias y calidez en esa fría penumbra.

Lentamente Miyano acariciaba la cabeza de Hariki, la misma abrazaba a Miyano y se amaban mutuamente, intercambio de palabras y opiniones. Risas por aquí, risas por allá, nada fuera de lo común.

La madre de Hariki dormía, las sirvientas se preparaban para hacerlo también. Pero algo perturbó la calma de aquellas dos chicas, un murmullo de multitud a lo lejos, algo estaba sucediendo y claramente no era algo bueno. Las dos se escabulleron lentamente por los pasillos y bajaron lentamente por las escaleras intentando no dar un paso en falso en aquel suelo de madera ya un poco vieja.

Consiguieron salir de la mansión y a su vez para poder inmiscuirse en aquel murmuro pueblerino.

-Oye Hariki, no crees que esto es un poco peligroso

.-Tranquila Miyano, estoy totalmente de acuerdo en hacer eso... realmente nunca salgo de mi casa ya que mi madre lo impide

-E-entonces está bien

Cuando por fin las dos llegaron al lugar del epicentro de aquel acontecimiento, se quedaron perplejas ante aquel escenario, un escenario turbante. Esto hizo que realmente a Hariki le dieran nauseas y mareos.

-M-Miyano... ¿Qué es eso?

.-¡Hariki!... no deberías ver esto... lo siento

Hariki se dio la vuelta en la dirección contraria y corrió hasta más no poder, dirigiéndose al campo de flores cerca de ahí, mientras tanto Miyano solo corría detrás de ella, parece que ver un hombre destripado fue mucho para ella. Claramente Miyano se sentía muy culpable acerca de ello.

El pensamiento de Hariki se veía perturbado por esa escena, a pesar de ello con cada suspiro se calmaba, para cuando llegó Miyano ella ya se encontraba bien, Miyano se sentó a su lado así como la primera vez que se encontraron.

-Jajajajaja... ¿Sabes Miyano?

.-¿Mmmh?

-Todo ha sido muy loco desde que llegaste

.-¿Debería sentirme alagada u ofendida?

-Te amo...

La tranquilidad era tanta que para cuando Miyano se dio cuenta ya era muy tarde y no pudo reaccionar. Justo ahí, de pie enfrente de ellas, un hombre barbudo muy alto, sostenía en sus manos dos Hoces. Por unos segundos se quedo detenido delante de ellas sin hacer nada.

Solo se podía escuchar el constante jadeo de ese hombre, todo era muy raro hasta que empezó a avanzar lentamente, muy lentamente hacia ellas. Se asustaron y se levantaron bruscamente, pero eso solo lo empeoró, ya que aquel hombre se abalanzó contra Hariki y le hizo varios cortes profundos, rasgando su ropa y maltratando su cabello, un cabello fino ahora solo era un cabello sucio, despeinado y manchado con sangre.

-¡HARIKI!

.-¡AAAHHHH BASTA!

Miyano intentó hacerle daño al hombre pero solo le hizo pequeños rasguños que claramente no era mucha cosa. El hombre solo golpeo a Miyano rompiéndole varias costillas y dejándola retorciéndose en el suelo. Todo pasó tan rápido que a Miyano no le dio tiempo de reaccionar.

-¡P-por favor no me mates, quiero vivir!

.-¡AAAAAGGHHH!

El hombre golpeó repetidamente el vientre de Hariki haciendo que entres sus piernas corrieran ríos de sangre manchando su vestido blanco. Hariki comenzó a jadear de dolor y sus fuerzas se estaban agotando. Pero cuando Miyano pensó que no podía ser peor, solo sucedió lo más duro para ella.

-B-basta... d-duele... duele mu-cho

El hombre clavó una de sus hoces en el estómago de Hariki, esto haciendo que sus intestinos colapsaran hacia fuera, el hombre metió su mano dentro del estómago abierto de Hariki y apretó con fuerza sus tripas haciéndola gritar de forma desgarradora.

¡AAAAAAAAAAHHHHHH... AAAAAAAAHHHHH!

.-¡HARIKI NOOOOO!

Los gritos de Miyano se quebraron y se levanto con las fuerzas que no tenía y empezó a golpear vagamente al hombre intentando apartarlo de Hariki, mientras las tripas de Hariki caían al suelo y el cuerpo de Miyano se manchaba con la sangre de Hariki.

Cuando el hombre se hartó del estorbo de Miyano, le clavó la hoz en el hombro y se lo desgarró haciendo que no lo pueda mover más.

Luego continuó con Hariki y metió su mano una vez más pero esta vez la dirigió hacía el torso de Hariki y comenzó a destrozarla por dentro. Tomaba cada una de sus costillas y las partía, a Hariki no le quedaban fuerzas para gritar así que solo sufrió en silencio. Hasta que por ultimo tomó su corazón y lo estrujó, le clavó los dedos y lo despedazo.

A Hariki solo se le abrieron los ojos de forma exaltada y tosió sangre, el vago forcejeo de Hariki, si así se le puede llamar, solo cesó y su presencia se apagaba.

-¡HARIKIIIII AAAAAAHH!

El hombre dejó caer a Hariki la cual cayó y justo antes de golpearse contra el suelo Miyano se colocó debajo. Miyano no paraba de sollozar mientras entre suplicas le pedía a Hariki que le hablara.

-P-por favor Hariki dime algo... no- no te vayas... yo te quiero...

El hombre solo soltó una pequeña risa y se fue corriendo mientras gritaba al aire que lo "Habían conseguido". Miyano solo estaba rechinando los dientes mientras abrazaba con fuerza a Hariki.

Luego de que Miyano comprendiera de que la muerte de Hariki había sido real, con mucho dolor en su alma, tomó el cadáver de Hariki y lo llevó al jardín de la mansión donde allí la dejó y llorando mientras se estrujaba el pecho y apretaba sus dientes se fue corriendo de ahí.

Al día siguiente cuando la madre de Hariki vió su cuerpo sin vida en tal estado no pudo evitar gritar a los cuatro vientos: "¡MALDITA... TE MALDIGO!" y al igual que Miyano la madre también lloró desesperadamente, el dolor de una madre. Siempre se ha dicho que una madre nunca debe enterrar a un hijo.

Esa misma noche, la madre de Hariki se suicidó...

Mientras que Miyano no se quedaba atrás, ella también había decidido quitarse la vida y de hecho lo logró. Tomó una daga que robó de una de las tiendas del mercado y atravesó su garganta, no podía respirar, su boca se llenaba poco a poco de sangre, alrededor de ella se formaba un charco de sangre como un lago, y su vida termino arrodillada.

Miyano sintió una profunda tranquilidad y ella sentía como su alma dejaba su cuerpo mientras poco a poco recordaba todo lo que le había sucedido, ahí fue cuando entonces sintió que podía respirar de nuevo y despertó...


Continuará...


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