Deliciosa Victoria

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Aquel que de negro danza con la Luna de blanco, la rosa en su pecho que estremece a los espectadores observantes de una inefable belleza de aquel suceso tan esplendoroso.

-Hey viejo, ¿Qué está pasando ahí?

.-Están recitando un poema en honor a cada batalla que se haga

-Oh... vaya, es eso

Akira se sentía abrumado por la batalla tan dura que había tenido, a pesar de haber ganado el sabe lo mucho que se sobre esforzó. Tan pronto se dio cuenta ya estaba sangrando su nariz y sus oídos. El viejo también se dio cuenta de esto así que le ayudó a llevarlo a un logar donde estuviera cómodo y estuvo unos minutos charlando con él.

[En otro sitio]

-Oye papá hay un pedido en la mesa tres 

.-Okey hijo ya sale

Padre e hijo con su propia taberna trabajaban arduamente para llevarse el pan a la boca, tan pronto la calma inundó el lugar el olor óxido y azufre comenzó a llegar a todos y muchos decían que también lo percibían. Las miradas de todos se vieron atraídas hacia la puerta donde se llegaba a sentir una presencia escalofriante y tétrica.

Dos toques en ella, toc... toc...                                                                                                                                          La tranquilidad desapareció y se transformó en una sensación de muerte y soledad. El frío se desplegaba por todo el recinto y nadie deseaba abrir aquella puerta por el temor a que sea eso que se encontraran del otro lado.

-P-papá yo abro

.-¡No! Hijo no lo hagas

El joven ignoro las advertencias de su padre y tan pronto como abrió ahí estaba, una mujer muy alta con una armadura ligera roja, cabello despeinado y descuidado. Sin más la mujer se adentró al lugar y decidió sentarse en una de las mesas, justo ahí el frío se hizo más fuerte ya que estaba ocupado todo el lugar. Entonces la mujer toma a una persona y la levanta apartándola.

-¡Oye mujer insolente que te sucede, bájame ahora mismo o si no paga las consecuencias!

El hombre intentó sacar su daga y tan pronto hizo un movimiento la mujer ya había destrozado su brazo, los gritos desgarrados del hombre atemorizaron a todos los presentes. Y tal y como lo pidió el hombre la mujer lo soltó cayendo al suelo creando un gran charco de sangre.

-Oye niño

.-¡S-si! 

-Quiero que me traigas lo mejor que tengas, tengo mucha hambre

.-¡E-esta bien señora!

Tan pronto la comida y bebida llegó a su mesa la mujer comió de forma desesperada, respirando agitadamente y sus manos temblaban cada vez que tomaba un bocado. Todo observaban perplejos, unos fascinados y otros atemorizados, primera vez que se había visto algo así en aquel remoto pueblo.

La mujer termino su comida y se levantó, las dudas surgieron cuando se quedó parada en medio de la taberna sin moverse. La mujer soltó una pequeña carcajada y tomó a un pueblerino y lo destrozó por la mitad dejando caer al suelo las vísceras del mismo. Los ojos de todos se abrieron ante el suceso, ella estaba tranquila y se dirigió a la puerta para cerrarla. 

-Yo no estoy encerrada con ustedes, ustedes están encerrados conmigo

En eso en el mismo medio del recinto se manifestó una bruma oscura y se divisaron dos luces como luciérnagas que a pesar de lo absurdamente pequeñas que eran lograron encandilar a la mujer.

-¿Cuál es su nombre?

.-¿Qué eres?

-Respondes con una pregunta

.-No te lo diré

-Entonces tendré que adivinarlo Miyano

.-Jajajaja maldito bastardo

-Si por casualidad llegas a lastimar a alguien más me veré obligado a hacerte daño

La mujer se abalanzó contra la bruma, pero sus planes no salieron como esperaba, ya que tan pronto se acercó a la niebla, sintió un fuerte golpe en el pecho y salió disparada a una velocidad espantosa hacia atrás, estampándose contra la pared rompiéndola.

La chica logró levantarse y al ver el escenario se dio cuenta de que tenía todas las de perder así que rápidamente recuperó la compostura y se alejó del lugar poco a poco. Y antes de que alguien pueda agradecer a su salvador, la niebla ya se había disipado.

[En las lejanías del pueblo en una pequeña granja]

-¿P-por qué?

.-Eh señorita no puede estar aquí, le voy exigir que se vaya

La chica alzó la mirada y el viejo dueño de la granja estaba diciéndole algo, ella por la conmoción de lo sucedido hace rato no pudo entender lo que aquel hombre le decía, si embargo ella sabía que no le decía nada bueno. Alzó su mano y con un movimiento arrancó la cabeza del granjero, se acurrucó en la hierba cálida y se abrazó a si misma.

-¿Qué debo hacer? Extraño todo como era antes de que pudiera irse todo al garete, extraño a Akira, extraño a mi padre, extraño a mi madre y a mis amigos.

-Sin embargo todo es raro, siento dolor en mi pecho, quiero llorar pero algo me lo impide, no puedo...

La chica se quedó dormida en el esponjoso suelo y pasaron las horas, la noche cayó, la luna llena brillaba como nunca. Pero ella se sentía confusa, estaba media dormida pero una ligera sinfonía no la dejaba reconciliar el sueño. 

Se frotó sus ojos y se sentó para ver que sucedía, entonces fue cuando vio dos figuras, una mujer de vestido blanco y cabello largo del mismo color y a un hombre de traje negro y larga cabellera. Los dos bailaba muy lento y suave, algo agradable a la vista, pero algo era raro, no parecían reales. Una fuerte brisa hizo que su cabello se metiera en su rostro y cuando rápidamente lo apartó, los dos habían desaparecido, pero algo que no se había ido era la luna tan brillante de esa noche.

Ella decidió levantarse a caminar y sin más recorrió las planicies verdes del campo, la brisa acariciaba el césped, el cual se movía y brillaba al movimiento gracias a la luna. Ella no se quedaba atrás ya que su armadura roja también brillaba a la luz de la luna, como si fuera un bello vestido carmesí.

Ahí algo llamó su atención, algo raro y sin precedentes, eso despertó su curiosidad y ella no estaba dispuesta a quedarse con la duda de que era.


1era Temporada Finalizada

Continuará...

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