Cómplices

Prólogo

Nuevo día en la Academia Shuuchin. 

Yu Ishigami se encuentra finalizando el segundo año, mientras sale de las típicas reuniones que hacían en el Consejo Estudiantil, aunque ya consciente de lo poco que le queda al lado de sus amigos de tercer año. 

Ahora mismo se preparaba para ir a algún lugar, sin embargo su maquinita de videojuegos que carga consigo casi siempre parece llamarlo, por lo que se detuvo a jugar un rato en algún pasillo de aquella Academia, ignorando las parejas que pasaban por ahí, algo que detestaba presenciar.

Estaba ya cansado, sus demás compañeros cada vez estaban más enfocados en continuar sus estudios y entre ellos Miko es la única con la que comparte curso. Incluso sabía que extrañaría a Chika, y eso le molestaba demasiado. De alguna manera era frustrante admitirlo.

Estos últimos meses han sido raros para él, quien se ha alejado del grupo por cuenta propia, aunque no por su decisión, sino porque desde hace tiempo ha guardado un pequeño secreto que no le ha contado a nadie. Esta era la razón de las actividades que realizaba y que le impedían disfrutar sus últimos meses con sus senpai, entre ellos Miyuki y Kaguya.
 

En otro lado, una bella chica rubia sale bastante agotada de sus clases. Está algo distraída por la presión de su familia, sobre todo de su madre para que pueda continuar sus estudios a futuro. Las conversaciones sobre las diversas universidades que podría seguir, la estresaban demasiado.

"Creo que necesito uno de mis tantos baños termales para poder relajarme"

Su cabello suelto algo corto y su uniforme ahora completamente ordenado contrastaba con su antigua apariencia de "gal" o "gyaru" por la que era reconocida entre sus compañeros y algunas personas de la Academia. Sin embargo, había decidido este cambio tras haber dejado de servir a Kaguya de un modo más formal. Pese a todo, su amistad con ella siempre se mantenía firme y agradable.

Aun así, también sentía que su rutina se volvía aburrida... al menos hasta salir de clases.

La vida normal era aburrida para ella... al menos hasta que podía hacer lo que quería.

Tras pasar por uno de los pasillos menos habitados de la Academia, la vista de un joven de mirada sombría y totalmente enfocado en su videojuego llamaron su atención de una manera bastante extraña.

"Oh, es el tesorero Ishigami... hmmm..."

Sin embargo, su atención en él no era por interés, sino por otro tema. Lentamente se acercó a este muchacho, quien no pareció escuchar sus pasos y siguió inmerso en su videojuego.

- Veo que aprovechas el tiempo.

- Oh, hola Hayasaka-senpai - Dijo algo sorprendido mientras veía tristemente como perdía su partida. Esto lo hizo lamentarse y contestar con cierto cansancio a la chica que lo miraba expectante - Ay, rayos, ¿qué rayos sucede?

- Creo que te tomas la vida con mucho relajo, kohai - Dijo con seriedad la joven.

- Ya sé, solo me estoy distrayendo de este día tan aburrido - Contestó bastante estresado.

- Hmph, deberías buscar algo más que hacer para relajarte. Tal vez un baño termal, o algún manga que te pueda recomendar.

- Lo consideraré, senpai. Gracias - Dijo para querer volver a enfocarse en su juego, sin embargo...

La chica sonrió y soltó un suspiro mientras tomaba algo guardado en su bolsillo y se lo daba.

- Bueno, preocúpate de no llegar tarde, compañero - Tras darle lo que necesitaba, se marchó de allí dejando extrañado al joven.

"Otra petición, hmph, que molesta compañera..."

El chico suspiró pesadamente mientras dejaba de lado su juego y ojeaba la hoja de papel con pesadez.

"20:00 p.m. en donde siempre"

- Tsk, que molestia - Dijo en voz baja mientras soltaba un profundo suspiro y se mentalizaba en lo que sería su tarde, una que al igual que muchas en los últimos días, venía siendo muy movida.

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Nueva historia, tenía ganas de escribir algo de este ship que algunos me han pedido. 

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