CAPITULO 1 - JOSHUA. El joven sirviente

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-Shhh.. shhh- Hiddleston tenía a Joshua contra la pared y de espalda hacia él. Estaba completamente desnudo, tapándole la boca mientras con su otra mano hacia maniobras para desatar los pantalones de Joshua quien trataba de poner cierta resistencia.

Ambos llevaban algún tiempo con sutiles insinuaciones. Pero para Hiddleston su silencio en esta ocasion significaba una aprobación.
-Señor espere... por favor.
-Cállate.
-Oh señor...- ahogaba un gemido.
-Eso es, calladito.

Hiddleston terminó de desatar los pantalones de Joshua y sostuvo su tronca fuertemente.
-Y querías decir que ¿no?¿he? La tienes bien dura y bien parada.
-Perdón señor.

Se encendió una luz fuera de la habitación.
-¡Mierda! Sal, sal de aquí, llévate esa ropa, di que veniste por ella.

Hiddleston se metió en su baño. Hecho un puñetazo sobre el lavado. ¡Mierda! Y se froto los ojos.

-¿Amor?- se escuchó desde afuera. Era Yerinua, su esposa.
-Estoy aquí querida. En la ducha- y abrió la regadera, se metió debajo de agua y comenzó a masturbarse. Jalo y jalo de su miembro hasta la eyaculan.

Hiddleston era un hombre de mediana edad, abogado de la real corte británica

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Hiddleston era un hombre de mediana edad, abogado de la real corte británica. Un tipo con mucha clase y dinero. Venía de una de las familias más ilustres de todo el reino Unido y sobre sus hombros descansaba la reputación de su apellido. Estaba casado con Yerinua, una mujer de ascendencia libanesa, de hermosa y sedosa caballero negra . Sus ojos eran grande y oscuros. Sus labios gruesos y sensuales. Y toda su figura destilaba elegancia y delicadeza. Dueña de un carácter bastante educado y femenino. Era una artista que había sabido mantener su éxito por encima de él apellido de su marido. Ambos llevaban ya 16 años de un estable matrimonio. Tenían dos hijas. Veruca de 15 años y Lili de 10. Esta última padecía un tipo de autismo que había impedido el desarrollo de su habla.

La relación de Hiddleston y Yerinua era estable. un ejemplo de feliz matrimonio para la alta sociedad británica a la cual permanecían. Y ni la desdicha de su hija había hecho tambalear su relación. Por lo contrario ambos habían aceptado y abrazado las diferencias de su hija con respecto a cualquier otro infante. Hiddleston era el padre perfecto, el esposo perfecto e incluso ere el abogado perfecto. defensor de los derechos humanos y de cuidar los intereses de la corona inglesa. No había hombre mas admirado y respetado que William Hiddleston.

Pero Hiddleston ocultaba un secreto. A menudo, con más frecuencia de lo que cualquiera pudiera imaginar, este solía mantener encuentro fugaces con hombres. Le gustaba entrar y salir de ellos sin pasar la noche con nadie. Era una especie de fetiche, hacer esto lo llenaba de vida. Amaba a su esposa y a su familia y aunque durante un tiempo intento no ceder antes sus instintos, pero resultó ser un fiasco. No era feliz así. Necesitaba del cuerpo de un hombre para sentirse realizado y Joshua que había entrado a trabajar a su mansión hace unos meses como parte del servicio domestico había llamado su atención desde que lo vio.
El era un joven de 20 años. Tenía un par de años de experiencia en servicio domestico, sin embargo la agencia lo había recomendado por tener gran talento con la comida, sobre todo en el Garnish, el arte de la decoración y ornamentación en la comida. Además de tener una personalidad bastante tranquila. Entendía bien el idioma aunque hablarlo le resultaba aún un poco difícil. Razón por la cual era perfecto para el servicio. Eficaz y silencioso. Joshua era de una estatura modera, 1.77 piel trigueña, cabello oscuro ligeramente rizado, ojos cafés, cejas gruesas. Completamente gay por supuesto, pero bastante reservado.

Desde que vio a Hiddleston la primera vez quedó cautivado por completo. Este a pesar de ya estar bien entrados en los 40 era un hombre guapo, de porte distinguido. De una piel tan blanca y de unos ojos más azules que el mismo océano.
Para joshua era difícil no admirar la belleza de su patrón, pero era también era muy consciente del lugar que ocupaba. Él era un sirviente, y Hiddleston su patrón, rico y casado. Todo un imposible.
Sin embargo despues de algun tiempo había notado ciertas miradas indiscretas de su patrón. Como aquella vez que pudo verlo por vez primera sin ropa.

Fue una mañana de verano. Hiddleston acaba de regresar de un pesado viaje y decidió refrescarse en la piscina. Joshua que se repartía en distintas tareas estaba recogiendo los restos del desayuno cuando vio a parecer a su patrón en su bañador, un slip azul muy ajustado.

Su quijada casi cayo descolocada cuando lo vio. Hiddleston tenía un cuerpo maravilloso. Era delgado, esbelto, con una musculatura perfectamente bien repartida en los lugares adecuados. Su abdomen era firme como una roca. Sus pectorales se levantaban. Una espalda recta, fuerte y sus muslos eran amplios con la músculos alargados y marcados, Por sí no fuera ya bastante, tenia el culo británico más prominente que había visto. Nada vulgar. Todo el estaba perfectamente trabajado. Definitivamente era 1.88 de puro esplendor.

Joshua no podía no mirarlo. Iba recogiendo cada miga, casa traste con paciencia infinita para quedarse a ver el espectáculo que era su jefe.

Hiddleston quien ya se encontraba sumergido salía a flote a sacudir su cabello y estirarse un poco. Se percato de la presencia de su joven sirviente que lo observaba desde lejos.
-¡Hey! ¿Joshua verdad?
-¿Si señor?- camino hacia él.
-Cuando te desocupes ahí, tráeme un refresco. Una limonada o quizás algo más fuerte.
-¿Con hielo señor?- mientras preguntaba y sostenía un estropajo en la mano su ojos no pudieron dejar de distinguir el abultado paquete que Hiddleston poseía entre sus piernas.
Cosa que Hiddleston noto de inmediato.
-Si, con hielo. Luego vienes a limpiar aquí, las sillas deben estar algo empolvadas-.Y señalo las reposaderas.
-Aja, si. Como diga y mande señor-. Joshua se había exitado de ver a su patrón y se marchó mordiéndose los labios y tratando de cubrir su erección.

Cuando regreso Hiddleston estaba nadando de pecho. Su glúteos sobresalían del agua y Joshua simplemente no podía dejar de verlo. En silencio dejó la bebida sobre una mesa y comenzó hacer lo que le habían indicado.
Hiddleston salió del agua.

-¿Cuanto tiempo llevas aquí Joshua?- Tomo el vaso y se deposito en una de las reposaderas.
-Hace 4 meses señor.
-¿Te gusta el trabajo?
-Me encanta señor.
-Bien, por ahora todo esta muy tranquilo pero pronto la casa se llenará de gente, aquí hacemos muchas cenas de negocios, viene gente muy disntiguida y esperamos que todos ustedes estén a la altura.
-Lo estaré señor.

Hiddleston tomo un sorbo de su bebida y como si no se tratase de nada importante le pido a Joshua que dejara lo que estaba haciendo .
-Deja eso ahí. Y ven ayúdame con esto-le extendió un bloqueador.

Joshua acudió inmediatamente.

-¿Que hago señor?

-A mi espalda- y se giro.

Joshua un tanto nervioso untó sus manos con la pasta cremoso y recorrió la gran espalda de su patrón. En ella habitaban muchas pecas y lunares. su piel gozaba de gran tonicidad. Joshua estaba totalmente placido.

-Suficiente- Dijo Hiddleston en tono severo. -Anda, retírate. Otro día terminas de hacer la limpieza-. Se giro y bajo sus lentes.

Hiddleston parecía actuar con cierta indiferencia e incluso con cierto desdén pero la verdad es que se había percatado de todas la miradas de su joven sirviente y disfrutaba de tentarlo. Para cuando Joshua se fue le había parecido que el bulto de su patrón había crecido.

QUEDATE CONMIGO (LGTB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora